martes, 30 de marzo de 2021

Sellados con el Espíritu Santo de la promesa

 


Sellados con el Espíritu Santo de la promesa

«En Él (Jesucristo) también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria». Efesios 1:13-14

En tiempos antiguos los sellos eran utilizados en diversos materiales; su propósito era autenticar y otorgar una protección exclusiva a través de una marca o símbolo, lo cual indicaba autoridad o poder, y aún se marcaban animales por medio de un hierro ardiente para declarar su propiedad.

En la biblia leemos que Dios arrebató a Enoc, al profeta Elías y también levantó a Jesús en el momento de la resurrección y luego lo llevó a los cielos; de la misma manera, nos dice la misma palabra de Dios, que levantará a su Iglesia, aquella que ha sido sellada con el Espíritu Santo. Dios ha sellado a los creyentes con su Santo Espíritu, a quienes recogerá; ya que han sido comprados a precio de sangre en la cruz del calvario, Él nos levantará el día del rapto y así estaremos para siempre con el Señor. Es el Espíritu el que identifica y confirma a su iglesia. El ser sellado con el Espíritu Santo garantiza seguridad de salvación y nadie puede romper el sello de Dios.

La palabra “arras” significa “prenda,” esto es, parte de la compra dada como anticipo, para garantizar la seguridad de lo que resta. En otras palabras, es el objeto que se entrega como garantía de que se cumplirá una promesa, puede ser una suma de dinero que representa el primer pago para la adquisición de algo, y es así como el Espíritu Santo ha dado avance y garantía de que lo mortal será vestido de inmortalidad.

El Espíritu Santo nos confirma que pertenecemos a Dios, quien nos da su Espíritu como un regalo, así como lo son la fe y la gracia. A través del don del Espíritu, Dios nos renueva y santifica. Él produce en nuestro corazón esperanza genuina y la evidencia de que somos aceptados por Dios, que somos considerados como sus hijos adoptivos y que nuestra recompensa y salvación están aseguradas de la misma forma que un sello garantiza un testamento o un contrato. La prueba de la presencia del Espíritu, en el corazón del creyente, produce arrepentimiento, obediencia, fervor por la oración, la alabanza, la adoración y da fruto del Espíritu; esto es evidencia de que el Espíritu Santo ha renovado el corazón del creyente que ha sido sellado para el día de la redención.

Hermanos, no olvidemos que hemos sido creados por Dios, redimidos por la sangre preciosa de Jesús y además certificados con el sello de su Espíritu Santo como propiedad de Dios, pues Dios creó al hombre para estar con Él eternamente.   Oración.

«Padre amado, gracias porque por nuestra fe en Jesucristo y el haberlo aceptado en nuestro corazón, fuimos sellados y confirmados por tu Santo Espíritu como propiedad de Dios hasta el día de la redención. Hoy podemos vivir plenos y libres del pecado, llenos de gozo y confiados en que nuestro lugar está asegurado en un futuro que guarda glorias inimaginables. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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