miércoles, 20 de marzo de 2019

EL ÉXITO VERDADERO


EL ÉXITO VERDADERO
Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:7-8
El éxito verdadero no se trata de cuántos automóviles tenemos o cuantas casas, ni cuántas posesiones hemos logrado acumular o cuántos títulos, sino de cómo está nuestra relación con Dios y cómo está la relación con nuestro prójimo, en especial con los mas allegados de tu familia
Todo te saldrá bien, no se refiere a la ausencia de problemas o dificultades, sino a la capacidad de enfrentarlos con sabiduría y a tomar decisiones correctas con base a los principios que Dios ha escrito y que nos darán éxito verdadero.
Poner en práctica la Palabra de Dios nos garantiza ser prosperados en todo lo que hagamos (Deuteronomio 29:9), pero no garantiza la ausencia de dificultades en el camino; a su tiempo, si seguimos sus instrucciones, obtendremos fruto y todo lo que haremos prosperará (Salmo 1.v3.
Las instrucciones de su Palabra abarcan todos los aspectos de la vida, económico, social, familiar, pero se centra en la calidad de las relaciones que tenemos con Dios primordialmente y con los demás. ¿Cómo está tu relación con Dios? ¿Cómo está tu relación en especial con los más allegados de tu familia? Esforcémonos por tanto en obedecer sus instrucciones y poner en práctica sus principios, no nos olvidemos de las enseñanzas de Cristo, y que nuestro corazón guarde sus mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz nos serán añadidos (Proverbios 3:1-4). Esta es la medida del verdadero éxito, no cuantas posesiones tenemos sino cuánta paz interior.  Oración.
Señor, mi triunfo más grande es haberte conocido, que estés en mi corazón, saber que tú me conoces y que soy tu hijo. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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