jueves, 22 de abril de 2021

El intercambio

 

El intercambio


“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29

¿Alguna vez hemos considerado nuestra relación con Dios como un intercambio?

Si reflexionamos en nuestra rutina diaria de comunión con Dios, nos damos cuenta de que nunca salimos igual de como entramos a su Presencia, y esto se debe a que nosotros siempre llevamos algo para entregar y a cambio recibimos lo que el Padre nos da; y es justamente lo que Dios quiere con nosotros, Él desea que aprendamos a confiar en Él de tal manera que le entreguemos cada uno de nuestros motivos y preocupaciones para a cambio darnos todo su amor que se extiende en paz, perdón, fe, gozo, provisión y mucho más.

Él nos dice, entrégame tus preocupaciones y yo te doy mi paz, pues su Palabra en Filipenses 4:6-7 indica “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Entrégame tus pecados que yo te doy mi perdón, es lo que nos revela a través de 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

No te quedes con tus cargas, entrégamelas y yo te doy mi descanso, es a lo que nos alienta en Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

Dame tu tristeza a cambio de mi alegría, es lo que nos dice en Salmos 42:5 “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

Como vemos, es un intercambio muy beneficioso para nosotros; así que, es hora de reflexionar y ver qué asuntos de nuestra vida aún no hemos intercambiado con Jesús.  Oración.

«Papito Dios, indudablemente ser hallado por ti ha marcado un antes y un después en mi vida, no tenía nada y Tú me has provisto de todo, desde lo más mínimo hasta lo más grande y profundo, has restaurado todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo; por eso, Padre celestial, cada día vengo a ti con la certeza de la fe porque sé que seguirás obrando en mí hasta el día en que Cristo vuelva, gracias poderoso Dios, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.