miércoles, 4 de abril de 2012

Espíritu sin medida


Espíritu sin medida
Para Jesús el ser nada por sí mismo era un modo de vida. El quebrantamiento llegó a ser un modo de vida para El mucho antes de ver la cruz.
Realmente era alguien, pero se hizo nada. Aquí estaba Jesús, el hombre sobre todo hombre, que conocía los caminos del poder de Dios en un
sentido inmediato y personal. Trajo a vida los muertos más de una vez en su ministerio terrenal. Cuando tocaba a los hombres se ponían bien.
Cuando hablaba, los demonios temblaban y huían. Podemos ver el secreto del poder de Dios en la experiencia de Jesús (Juan 3:34). Recibimos
el Espíritu de Dios solamente por medida: el Padre tiene mucha voluntad de damos el Espíritu, pero las limitaciones de nuestro propio corazón
determina la medida de la obra del Espíritu Santo en nosotros. Estamos tan llenos de basura y autointerés que no hay sitio para que el Espíritu
obre en gran medida. Dolores, orgullo, egoísmo y rebelión impiden recibir el Espíritu Santo en nuestros corazones y que éste tenga un sitio para
obrar en nosotros. La verdad es que no había elementos oscuros en el corazón de Jesús. Había sitio para que Dios el Padre derramara el Espíritu sin
medida. En nuestra vida el espacio está muy a menudo lleno de desorden emocional, intelectual y espiritual.