sábado, 3 de abril de 2021

Cristo murió por ti

 

Cristo murió por ti


“Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre.” Lucas 23:15

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5

¿Era Jesús digno de muerte? De ninguna manera. Entonces, ¿por qué lo crucificaron?, ¿por qué murió así? Genesis 3:15 dice “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Sucede que, desde que el hombre desobedeció a Dios y se sometió a la autoridad de Satanás a causa de su pecado en el huerto del Edén (Génesis 3:4-6), Dios prometió un salvador, una persona que quitara la potestad que obtuvo Satanás sobre el hombre; y para que esto pudiera ser, debía hacerse conforme a la justicia de Dios, como Dios dispusiera que se pagara por el pecado del hombre, y dice Romanos 6: 23a “Porque la paga del pecado es muerte”. Así es, el castigo del hombre por su pecado es la muerte, es decir que, aquel Salvador debía morir.

Ahora, hablemos del Salvador, Jesús; dice la Escritura en 1 Pedro 2:22 “el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;” es decir, ¿que el hombre que pagó por el pecado de la humanidad no cometió pecado? Efectivamente, no cometió pecado, lo que quiere decir que Él no murió por sus pecados, sino que murió por los pecados de otros, ¿qué otros?, la humanidad entera, como lo dice la Escritura “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado” (Juan 3: 18a)

Para ti que crees en Cristo: Cristo murió por ti; el precio de tu libertad y salvación fue su preciosa sangre (1 Pedro 1:18-19).

Para ti que no crees en Cristo: Cristo murió por ti; cree en Él y serás salvo tú y tu casa (Hechos 16:31).

Ahora bien, ¿hay algo que podamos hacer en respuesta a tan majestuoso sacrificio? Dice su Palabra “quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.” (1 Pedro 2:24). Entonces sí, nuestra parte es vivir libres de la esclavitud del pecado, obedeciendo y sirviendo a nuestro Salvador en toda nuestra manera de vivir.   Oración.

«Papito Dios, me amas tanto que enviaste a tu Hijo a morir en una cruz por mí, por mis pecados, rebeliones, angustias, enfermedades y todo tipo de mal que pueda existir; y yo, ¿cómo puedo pagarte, Señor? Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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