jueves, 11 de marzo de 2021

La bondad y la generosidad

 

La bondad y la generosidad


«Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre» 2 Corintios 9:7

El ser humano por naturaleza es egoísta y posesivo, pero debe aprender a ser generoso, pues no todo consiste en recibir, sino también en dar y compartir, pues, la generosidad debe cultivarse. En Hechos 20:35 dice: «En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir»

La bondad y la generosidad tienen trascendencia en la eternidad, tienen un valor muy importante en el reino de los cielos, pero tristemente vemos que los deseos pasajeros y egoístas que el mundo ofrece, se han apoderado aún de los creyentes, pues se preocupan más por el bienestar propio que por cubrir las necesidades de su prójimo.

Jesús mismo, nos exhorta a practicar la generosidad, en Lucas 6:30 dijo: «A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva». En la práctica no es fácil hacerlo, pero debemos estar seguros de que la recompensa es grande y sobre todo seremos testimonio viviente del carácter de Jesucristo y muchos de nuestros amigos serán animados para seguir el camino del Señor.

El apóstol Pablo les escribió a los corintios, en 2 Corintios 9:11: «Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios». Pensemos que cuando actuamos con generosidad y bondad, siempre habrá un corazón dando acción de gracias a Dios, más que a nosotros mismos y esto es de mayor valor.

Encontramos muchos ejemplos de generosidad en la biblia y cuán grandiosas son las bendiciones al proveer para las necesidades ajenas, pero nunca demos para que nos aplaudan y toquen trompeta delante de nosotros, hagámoslo en secreto y el reconocimiento vendrá de Dios en público.

Hermano, de ahora en adelante adquiere un espíritu dadivoso, por tanto, piensa generosamente, habla generosamente y actúa generosamente. Planifica ser generoso, este es el secreto para tu abundancia integral. Practica el dar, y se te dará.  Oración.

«Oh Amado Dios, todo cuanto tengo te pertenece, pues todo viene de tu mano, y te ruego, guíame a compartir con generosidad con mi prójimo. Bien sé, oh Dios mío, que tú examinas el corazón, y que te complaces en la bondad y generosidad, por tanto, con alegría de corazón compartiré todo cuanto pueda. Ayúdame a dejar todo deseo de egoísmo y avaricia; y ante tus ojos, yo sea un dador alegre, pues el alma generosa será prosperada. Amén.   Oración.

«Oh Amado Dios, todo cuanto tengo te pertenece, pues todo viene de tu mano, y te ruego, guíame a compartir con generosidad con mi prójimo. Bien sé, oh Dios mío, que tú examinas el corazón, y que te complaces en la bondad y generosidad, por tanto, con alegría de corazón compartiré todo cuanto pueda. Ayúdame a dejar todo deseo de egoísmo y avaricia; y ante tus ojos, yo sea un dador alegre, pues el alma generosa será prosperada. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.