jueves, 17 de febrero de 2011

La necesidad del arrepentimiento


La necesidad del arrepentimiento

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Salmo 51:10

No puede haber verdadera confesión sin arrepentimiento. Muchas veces no confesamos nuestro pecado porque no estamos dispuestos a abandonarlo. Cuando era un joven cristiano, recuerdo haberle dicho al Señor que me arrepentía por determinados pecados que había cometido y después le daba gracias por haberlos perdonado. Pero eso era lo único que hacía.

Ocurrió algo importante en mi vida espiritual cuando comencé a decir: "Señor, gracias por perdonarme esos pecados. Sé que no te agradan, y no quiero volver a cometerlos". Eso puede ser difícil de decir porque a veces queremos cometer ciertos pecados otra vez. Pero revelamos falta de madurez espiritual cuando queremos eliminar el castigo del pecado pero deseamos retener el placer. Para que su confesión de pecado sea genuina, debe apartarse de sus pecados. ¿Cree verdaderamente en Dios?

[Abraham] tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.

Romanos 4:20

Decir que se cree lo que Dios ha dicho es mucho más fácil que confiar en Él verdaderamente. Por ejemplo, muchos que afirman que "Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas" (Fil. 4:19) caen en la ansiedad cuando afrontan dificultades económicas.

También la Biblia dice que, si damos generosamente con los motivos correctos, Dios nos recompensará (Mt. 6:3-4). Muchos dicen que creen también en ese principio, pero les resulta difícil ponerlo en práctica. Muchos cristianos también temen a la muerte, aunque Dios ha dicho que nos dará la gracia que necesitamos para afrontarla y que nos llevará después al cielo.

Creer en Dios significa que reconocemos su gloria, que es la suma de todos sus atributos y la plenitud de toda su majestad. Si Él es quien dice que es, entonces se le debe creer. Usted crecerá espiritualmente cuando le diga a Dios: "Si tu Palabra lo dice, lo creeré; si tu Palabra lo promete, lo reclamaré; y si tu Palabra lo ordena, lo obedeceré".