domingo, 18 de abril de 2021

Aprovechando bien el tiempo

 


Aprovechando bien el tiempo

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15-16

Aprovechar bien el tiempo, es a lo que el Señor nos exhorta hoy.

En muchas ocasiones nos levantamos con afán y decimos que no alcanzamos a tener nuestro tiempo con Dios porque se nos hizo tarde, entonces mejor lo aplazamos para la noche; pero si hacemos memoria honestamente de nuestra productividad en esos días, nos damos cuenta de que fue entre baja y media. Y es que el disponernos a realizar las actividades que tenemos planeadas para el día sin antes recibir la fuerza, sabiduría, paz y dirección de nuestro Padre y Dios, es como salir sin antes desayunar, con seguridad vamos a sentir un faltante importante para poder cumplir satisfactoriamente todas nuestras tareas.

Entonces, el primer paso para aprovechar bien el tiempo cada día es, sin duda, que nuestra primera actividad sea ir a la presencia de Dios a encomendarle todos nuestros pensamientos para que Él se encargue de enderezar nuestros pasos (Proverbios 16:6).

Por lo demás, el capítulo 5 del libro de Efesios nos habla acerca de algunas obras que verdaderamente nos edifican y de otras que, definitivamente participar en ellas, son perder el tiempo.

Los versículos 3 y 4 nos dicen: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” Entonces, si se nos presenta una situación donde evidenciemos el hablar u obrar de estas cosas infructuosas de las tinieblas, nuestro deber como hijos de luz es reprenderlas y no participar en ellas; nuestro actuar debe ser en el fruto del Espíritu que es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando siempre lo que a Dios le agrada; y para esto, nuestro llamado principal a cambio de embriagarnos con vino es llenarnos del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios, hablando en todo tiempo con salmos, himnos y cánticos espirituales, alabando al Señor en nuestros corazones y dando siempre gracias a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:7-11, 18-20).

Podemos resumir entonces que, para aprovechar bien el tiempo, es necesario comenzar el día dando prioridad a nuestra comunión con Dios para ser llenos de su Espíritu y así poder actuar sabiamente durante el resto de la jornada.   Oración.

«Poderoso Rey Celestial, en este día como primera actividad vengo a ti porque en vano me levanto y me esfuerzo si Tú no estás conmigo, Tú eres quien adiestra mis brazos para la batalla, Tú eres mi escudo y fortaleza, mi corazón en ti confía y sé que no seré avergonzado; gracias poderoso Padre porque sé que Tú vas delante de mí como poderoso gigante, abriendo caminos y guiando mis pasos; toda la gloria, la honra, y la alabanza sean para ti por los siglos de los siglos. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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