jueves, 25 de junio de 2015

Romanos.7.v6-8

Romanos.7.v6-8 Algunas personas tratan de ganar su camino a Dios cumpliendo con ciertas normas (obedecer los Diez Mandamientos, asistir fielmente a la iglesia o hacer buenas obras). Como es lógico, todo lo que consiguen mediante su esfuerzo es frustración y desaliento. Sin embargo, gracias al sacrificio de Cristo, el camino hacia Dios ya está abierto y podemos ser hijos suyos si depositamos nuestra fe en El. Ya no tratamos de llegar a Dios cumpliendo normas, sino que somos cada vez más semejantes a Cristo al vivir con El día tras día. Dejemos que el Espíritu Santo aparte nuestros ojos de los logros propios y los dirija a Jesús. El nos libertará para servirle en amor y gratitud. Eso es vivir "bajo el régimen nuevo del Espíritu".

7.8 Cumplir las reglas, leyes y costumbres cristianas no nos salvan. Aun si pudiéramos mantener nuestras acciones puras, seguiríamos condenados porque nuestros corazones son perversos y rebeldes. Como Pablo, no podremos hallar alivio en la sinagoga ni en la iglesia mientras no vayamos a Jesucristo en busca de salvación, la cual El nos da gratuitamente. Cuando nos entregamos a Cristo, nos sentimos inundados de alivio y gratitud. ¿Respetaremos aún más las normas? No solo eso, sino que las respetaremos por amor y gratitud, no por el deseo de ganar la aprobación divina. No nos estaremos sometiendo sencillamente a un código externo, sino que con espontaneidad y amor procuraremos hacer la voluntad de Dios.