viernes, 28 de enero de 2022

La bendición de dar

 


La bendición de dar

“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19

“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2 Corintios 9:8

Cuando nosotros, con buena voluntad y alegría, haciendo las cosas como para el Señor, nos disponemos a dar con generosidad, Dios es tan bueno y maravilloso que termina recompensando nuestros buenos frutos mucho más de lo que nosotros pudiéramos imaginar. Cuando hablamos de dar, no es solamente a nuestro prójimo, sino que también incluye a Dios; Él nos ha enseñado el principio del diezmo y las ofrendas, que también envuelven de todo un poco, tiempo, enseñanza, dinero, comida, ropa, atención, perdón, amor y todo aquello que tengamos a nuestro alcance y que podamos dar o compartir con los demás.

El Señor Jesús nos dijo en Lucas 6:38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” Así que, dar es una bendición, dar con generosidad y alegría se transforma en una bendición mucho mayor para nosotros; cuando nosotros damos de nuestros recursos a personas que sabemos que probablemente no nos podrán devolver, es cuando más confiamos en la provisión y las promesas de Dios, ya que con esta actitud estamos demostrando que creemos en las recompensas y en las riquezas de Dios que, en Cristo Jesús, tiene para nuestra bendición.

Nosotros, de Dios recibimos todo cuanto tenemos y lo que nos pide el Señor es que, de la misma manera que nosotros, por su bondad recibimos, así mismo compartamos. Sus hijos no debemos ser codiciosos ni mezquinos, sino misericordiosos, haciendo el bien a quien lo necesite, si tenemos la posibilidad de hacerlo. Dice la Palabra de Dios en 2 Corintios 8:12 “Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.” Así que, no es válido compararnos con los demás, el Señor conoce todo de nosotros y lo más importante es que cuando demos lo hagamos con alegría y conforme a lo que del Señor hemos recibido, porque dice su Palabra que Él es poderoso y fiel para suplir todas y cada una de nuestras necesidades emocionales, físicas y espirituales; por lo que, la invitación es para que experimentemos la bendición de dar a Dios y a los demás.   Oración.

«Dios todopoderoso, quiero tener un corazón como el tuyo, lleno de amor y generosidad; tú no te reservas nada para conmigo, me bendices cada día con todo lo necesario, por lo que te pido, que también pongas en mi corazón un agradecimiento sincero que me lleve a devolverte lo que te corresponde, a dar a quienes necesitan y a dejarme usar como instrumento de bendición para aquellas personas que confían en tu fidelidad y provisión, en el nombre de Jesús, amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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