viernes, 30 de abril de 2021

 


Verdaderos adoradores

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” Juan 4:23

El hombre desde el inicio de los tiempos siempre ha estado buscando algo o alguien a quien adorar, siempre y cuando sea mayor o mejor que él, buscando de esta manera su vida espiritual, pero evidentemente aquí hay algo mal y es que solo a Dios debemos adorar, dice la Biblia que solo el Creador es digno de adoración, las criaturas no (Romanos 1:25).

Cuando se nos habla de adorar a Dios inmediatamente pensamos en cantar para Él, pero claramente esto se queda corto para todo lo que conlleva una verdadera adoración; podemos iniciar diciendo que la adoración es nuestra respuesta a Dios por su incomparable amor hacia nosotros.

Para lograr una verdadera adoración a Dios, es importante saber que debe existir una relación personal con Él a través de la fe y basada en la obediencia, es decir, hacer las cosas como Él nos dice y no como nosotros pensamos que están bien, confiando en su voluntad. Para entender mejor esto vamos a ver dos ejemplos de adoración que agradaron a Dios, el primero es la historia de Caín y Abel, los cuales llevaron cada uno su ofrenda a Dios pero solo la de Abel le fue agradable porque él la hizo como Dios mandaba y no como él pensaba, lo hizo por fe (Hebreos 11:4); el segundo ejemplo lo encontramos en Génesis 22:1-13, que es cuando Dios ordena a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac, y él por fe y en obediencia se dispuso a ir y adorar al Señor (Hebreos 11:17-19) (Génesis 22:5), aunque finalmente Dios le dice que no lo haga porque vio que él verdaderamente le iba a obedecer (Génesis 22:12).

Entonces, lo que podemos notar con esto es que los verdaderos adoradores son aquellas personas que desean por fe y de manera fiel obedecer a Dios, agradarlo en todo tiempo, bajo cualquier circunstancia o actividad, pero esto solo se logra a través de una relación personal con Él y por medio de su Espíritu Santo que mora en nosotros.   Oración.

«Padre de la gloria, gracias por tanto amor al enviar a tu Hijo a morir por mis pecados, permíteme poderoso Dios que pueda corresponder a tan inigualable acto con una vida de constante adoración a ti; Tú buscas adoradores en espíritu y en verdad, que por la fe en lo que Tú nos dices y mandas te obedezcamos de manera espontánea y continua, por lo que te pido que cada día seas transformando mi manera de pensar, de hablar y de actuar para que sean conforme a tu voluntad, en el nombre de Jesús, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 29 de abril de 2021

Bien decir

 

Bien decir


“De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?” Santiago 3:10-11

Nuestra lengua, ese pequeño pero poderoso órgano de nuestro cuerpo.

La palabra de Dios nos enseña que a través de nuestra lengua, es decir, por medio de nuestras palabras, podemos edificar o destruir a quien nos escucha, bien decir o maldecir; pero ¿Cuál debe ser nuestra elección, a qué nos llama Dios?

En primer lugar, dice Proverbios 10:11 “Manantial de vida es la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos”, es decir que, cuando abramos nuestra boca debe ser para bien decir, expresar bendición, vida, esperanza, amor, paz y toda virtud en la que podamos pensar, nosotros, hijos de Dios, debemos adornar la sabiduría y como dice Proverbios 12:18, hacer que lo que digamos sea como medicina para la persona que nos escucha, que alegre su corazón y no que lo hiera como con golpes de espada.

Y, en segundo lugar, Proverbios 15:28 nos indica “El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas”, quiere decir que, para hacer posible que nuestro hablar sea como medicina, de bendición y lleno de sabiduría, debemos aprender a pensar antes de hablar, tomarnos el tiempo para preguntarnos si lo que vamos a decir impacta positivamente la vida de la otra persona; si la respuesta es un sí, podemos hablar, de lo contrario es mejor callar. Además, dice Proverbios 10:19 “En las muchas palabras no falta pecado; más el que refrena sus labios es prudente.” Hermanos, no podemos estar diciendo todo lo que pase por nuestra mente, tenemos que aprender a poner freno a nuestra lengua para evitarnos muchos pecados, tristezas y lamentaciones.

Finalmente, como nos exhorta la Palabra de Dios en Santiago 3:9, no puede ser que de nuestra boca salga bendición para Dios y maldición para el hombre que es hecho a la imagen de Dios; así que, si amamos y bendecimos a Dios, lo mismo debemos hacer con su creación porque estamos hablando de nosotros.  Oración.

«Padre Santo, me dices que todo lo puedo en Cristo que me fortalece y yo te creo, así que, te doy gracias, te alabo y te bendigo porque sé que me enseñarás a poner freno a mi lengua para pensar antes de hablar; te pido perdón por lo necio que he sido al dejarme tentar y decir todo lo que ha pasado por mi mente, confió en que me enseñarás sabiduría y prudencia, por lo que decido no apoyarme en la mía y esperar en ti Señor, sé que obrarás poderosamente a mi favor, en el nombre de Jesús.  Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 28 de abril de 2021

Honra a tus padres, parte 2

 

Honra a tus padres, parte 2


“Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Cobán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte, y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre” Marcos 7:9-12

La honra a nuestros Padres es aún después de ser hijos independientes o casados.

La Palabra de Dios hoy nos cuenta un relato muy especial y es el de Jesús amonestando a los fariseos y escribas de la época, porque habían cambiado el mandamiento de Dios que dice honra a tu padre y a tu madre, por el mandamiento de ellos que decía que si una persona entregaba todos sus bienes como ofrenda a Dios quedaba absuelto de proveer, cuidar o ayudar a sus papás.

Esta es una enseñanza gigantesca y a la vez un llamado de atención para todos nosotros, pues muchas veces se nos llena la boca diciendo que somos hijos de Dios, pero a la hora de obrar con toda verdad, justicia y bondad no lo hacemos, nos quedamos como los religiosos de ese tiempo, honrando a Dios con nuestros labios, pero en realidad nuestro corazón está lejos de Él.

Hermanos, no podemos pretender honrar, agradar o alabar a Dios si no cumplimos sus principios, si no obramos justamente, si no producimos fruto que lo glorifique; no es posible estar en la iglesia cantando y danzando para Dios cuando al mismo tiempo nuestros padres están necesitando de nuestro cuidado, atención o compañía, debemos comprender que honrar a nuestros padres es honrar a Dios.

Existe un momento muy particular en la crucifixión de nuestro Señor Jesús y en el cual es muy importante que reflexiones hoy, y es cuando Él le entrega su madre a su discípulo amado, dice Juan 19:26-27 “Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.” ¿Logramos notar lo importante que es para Dios la honra a nuestros padres?, es casi imposible que se cumpla el propósito de Dios para nuestras vidas si hay falta de honra a nuestro padre o madre. Jesús, el hijo de Dios, fue intachable en su obediencia al Padre y el perfecto modelo a seguir en honra a su madre.  Oración.

«Dios, eres mi Padre Celestial pero también me has dado padres terrenales que me mandas a honrar y que, a diferencia de ti, son imperfectos, cometen errores y también, en muchas ocasiones, necesitan de mi atención y provisión; es por esto que te pido me des la humildad y misericordia para no juzgarlos, y el amor y bondad para sustentarlos, te doy gracias por sus vidas y por el privilegio de poderlos honrar, pues sé que a la vez te estoy honrando a ti, gracias Señor, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 27 de abril de 2021

Honra a tus padres, parte 1

 

Honra a tus padres, parte 1

“Honra a tu padre y a tu madre, q


ue es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” Efesios 6:2-3

La honra a nuestros padres es de tanto agrado para Dios, que es uno de los mandamientos más atacados por el enemigo, pero hoy nuestro Padre celestial nos anima a no dejarlo de practicar bajo ninguna circunstancia.

La relación con nuestros progenitores es una de las más variantes en nuestra vida. Cuando somos bebés y niños, el amor, respeto, admiración y dependencia hacia nuestros papás es indiscutible, somos la alegría y bendición del hogar; pero luego llega la adolescencia y la juventud, y es cuando las cosas empiezan a cambiar, creemos que nuestros padres son unos amargados, anticuados y fastidiosos, entonces empezamos a dejar de confiar en ellos, de decirles un te quiero, de obedecerlos y de respetarlos, a lo que también se le suma el juzgarlos por sus errores, defectos y debilidades, nos creemos con el derecho de criticarlos por lo que hicieron o dejaron de hacer con nosotros durante la crianza, y entonces nuestra respuesta es indiferencia, rechazo, desobediencia y falta de amor, porque según nosotros ellos no son dignos merecedores de nuestra honra, y es con esta actitud con la que probablemente los seguimos tratando durante muchos años.

Queridos hijos, la Biblia nunca dice que dependiendo de la excelencia moral o del tipo de persona que sea tu padre o madre es el grado de honra que les debes dar, simplemente nos dice obedézcanlos en todo porque esto es justo y agradable al Señor (Colosenses 3:20, Efesios 6:1). Evidentemente, no es una opción, es un mandato.

Proverbios 20:20 dice “Al que maldice a su padre o a su madre, se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa.” según este Proverbio, una terrible oscuridad de vida nos espera si insultamos a nuestros padres.

Debemos entender que solo por el hecho de ser las personas que Dios escogió para traernos al mundo ya merecen todo nuestro respeto, a ellos debemos total y continuo agradecimiento por todo el amor, cuidado, educación, protección y provisión cuando nosotros tan solo éramos unas pequeñas criaturas; así que, si deseas larga vida y prosperidad, honra a tus papás.    Oración.

«Señor, tu primer mandamiento con promesa es honrar a nuestros padres, que bendición es conocer y obedecer tu Palabra. Te doy gracias por esas personas que escogiste para traerme a la vida y te pido los bendigas hoy y siempre; así como también te ruego me permitas verlos y tratarlos con respeto y mucho amor, quita de mi toda mentira en su contra y toda actitud de deshonra, en el nombre de Jesús, Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 26 de abril de 2021

Despojaos del viejo hombre

 

Despojaos del viejo hombre


“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón.” Efesios 4: 17-18

Recibir por fe a Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador personal tiene para el creyente un significado de transformación de su vida, es el nacimiento de un nuevo hombre. “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:17-18).

Un nuevo hombre, debe vivir como hombre nuevo y, una nueva criatura como criatura nueva; “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4: 22-24).

Más aun, el Señor en su palabra nos manda: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas” (Isaías 43:18) aunque el enemigo siempre estará tratando de recordarnos nuestra pasada manera de vivir para hacernos sentir culpables y robarnos la bendición que nos dice: “Yo deshice como nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.” (Isaías 44:22)

“Despojaos del viejo hombre” es un mandato a vivir en obediencia, con el temor de Dios en nuestro corazón, honrando y glorificando su nombre todos los días que Dios nos permita vivir. Recordemos siempre el propósito que Dios tiene para con nosotros al habernos escogido y llamado: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” (Isaías 43:7) Por tanto, para gloria de Dios debemos vivir, renovados en el espíritu de nuestra mente.  Oración.

«Santísimo Señor, Dios Padre Todopoderoso y Eterno, en el nombre de Jesucristo de Nazareth, te damos gracias porque en tu amor eterno con que nos has amado, enviaste a tu hijo unigénito para que ofreciera su vida y derramara su sangre en la cruz del calvario a la cual llevó todos nuestros pecados, culpas e iniquidades; y por la gracia que nos has dado en Cristo Jesús, al recibirle por fe, fuimos juntamente crucificados con Él y con Él juntamente resucitados, de modo que nuestro viejo hombre, crucificado quedó en la cruz del calvario y ahora somos nuevas criaturas en Cristo Jesús y como nuevas criaturas, sustentados por tu Santo Espíritu, vivimos para honra y gloria de Dios. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 25 de abril de 2021

Renacidos de simiente incorruptible

 


Renacidos de simiente incorruptible

“siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” 1 Pedro 1:23

Gracias a la santa Palabra de Dios, a la cual tenemos acceso ilimitado, se nos ha revelado la verdad y voluntad de Dios; en el versículo de hoy nos dice que nosotros hemos nacido de nuevo y esta vez no de una semilla corruptible, como lo es el nacimiento en la carne o de nuestros padres, sino de una incorruptible a través de la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Si nosotros observamos el capítulo 1 del evangelio de Juan, podemos encontrar que “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1), “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14); es decir que, el verbo o la palabra de Dios es Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador, y a todos los que le recibimos y creemos en su nombre nos ha dado el derecho de ser hechos hijos de Dios, no engendrados de carne o simiente corruptible, sino de Dios (Juan 1:12-13).

Además, nos agrega el versículo de hoy que la Palabra de Dios vive y permanece para siempre, dándonos a entender que todo aquel que es nacido de Dios tiene vida eterna (Juan 3:16) porque ciertamente el hombre, dice la biblia, en su nacimiento de carne, es como hierba y su gloria como flor de la hierba, que se seca y se marchita; es decir, que en algún momento va a morir, pero la palabra del Señor permanece para siempre y de la misma forma todos los que creemos en ella (1 Pedro 1:24-25).

Hermanos, que bendición es saber esta Buena Noticia, que la Palabra fue hecha carne para que todo aquel que en ella crea sea hijo de Dios y tenga vida eterna. Nuestro llamado es a creer en Cristo y obedecer su verdad, transformar nuestra manera de pensar para conocer su voluntad. Así que, deseemos todos los días como niños recién nacidos la leche espiritual (la palabra) no adulterada, para que por medio de ella crezcamos para salvación (1 Pedro 2:2).   Oración.

«Dios bueno, te hiciste hombre y habitaste entre nosotros para mostrarnos tu gloria, gloria de tu Unigénito, lleno de gracia y de verdad; te pido Padre Santo, que nos permitas comprender tus maravillas y bondades para con nosotros, y así mismo nos des de tu gracia sobre gracia para predicarla a toda persona, gracias en el nombre de Jesús, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 24 de abril de 2021

Sabiduría y disciplina en nuestra conducta

 

Sabiduría y disciplina en nuestra conducta


Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia,

Justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura. Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo, para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos profundos. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:1-7

Vivir una vida disciplinada y exitosa sólo se logra de la mano de Dios, sólo Él puede, a través de su Palabra, enseñarnos a hacer lo correcto y justo. Su Palabra es la que nos da inteligencia, conocimiento y discernimiento para tomar decisiones acertadas. Temer a Dios es reconocerlo con reverencia en nuestras vidas y es la base del verdadero conocimiento.

Temer a Dios es respetarlo y amarlo obedeciendo sus preceptos, porque su Palabra contiene consejos y enseñanzas morales que nos permiten ordenar nuestra vida y comportarnos de tal manera que nos vaya bien. Si le pedimos a Dios sabiduría y somos disciplinados en nuestra conducta podremos tomar buenas decisiones.

La sabiduría de Dios está entonces al alcance de todos los que le buscan, Él quiere que la pidamos y nos la dará abundantemente como dice Santiago 1: 5: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Cristo habla por su palabra y por su Espíritu. Cristo es la Palabra y la Sabiduría de Dios, y nos es hecho sabiduría, como dice 1 Corintios1:24: “más para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”.

La sabiduría siempre está buscando a las personas según Proverbios 1:20-21: “La sabiduría clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones”. En otras palabras, Cristo, que es Sabiduría, siempre está buscando a los hombres para que le conozcan y aprendan a ser sabios en su manera de vivir. Es decisión nuestra si permitimos que nos alcance, si le dejamos entrar en nuestro corazón para que nos llene de su conocimiento y poder así vivir conforme a su voluntad.  Oración.

«Señor Jesús, tú me dices en tu Palabra que pida en tú nombre creyendo y recibiré, te pido sabiduría y disciplina para poder actuar con prudencia, actuar en justicia, haciendo lo bueno delante de tus ojos, siendo sabio en mi comportamiento, agradándote en todo, y reverenciando tu Santo Nombre. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 23 de abril de 2021

Justificados por la fe

 

Justificados por la fe


“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” Gálatas 3:24

Linaje de Abraham y herederos según la promesa de Dios, es lo que somos los creyentes en Cristo.

Hermanos, estamos en el tiempo de la gracia donde la salvación es un regalo de Dios para todos los que creen en Cristo (Efesios 2:8). Se ha acabado el tiempo donde el ser aceptos delante de Dios era por las obras de la Ley; dice la Palabra de Dios que esta Ley fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a quien fue dada la promesa de fe, por lo cual, nos dice el versículo de hoy, que la Ley ha sido nuestra guía encargada de conducirnos a Cristo. Pero una vez venida la fe ya no estamos bajo ley, ya que todos podemos ser hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Gálatas 3:19, 25-26).

Dios nos ve como a su unigénito Hijo gracias a que estamos revestidos de Él, hemos sido bautizados por el Espíritu en su cuerpo y ahora somos uno en Él, ya no hay varón ni mujer, esclavo ni libre, todos somos uno en Cristo Jesús (1 Corintios 12:13, Gálatas 3:27-28).

Lo que nos revela todo esto es que ahora, como hijos de Dios justificados por la fe y sellados por su Santo Espíritu, ya no estamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo, somos libres en la libertad con que Cristo nos hizo libres, solamente que no usemos esta libertad como pretexto para pecar, sino mejor sirvámonos por amor los unos a los otros porque toda la ley se cumple en esto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Gálatas 5:13-14). “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6:2).  Oración.

«Padre Santo, Tú eres incomparable y tu amor inagotable; te doy gracias por entregar a tu Hijo unigénito para hacerme justo delante de ti por mi fe en Él. Gracias Jesús por no rendirte en esa cruz. Gracias Espíritu Santo por revelarme a Cristo y su palabra de verdad. Dios, mi alma te alaba, gloria y honra a ti, Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 22 de abril de 2021

El intercambio

 

El intercambio


“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29

¿Alguna vez hemos considerado nuestra relación con Dios como un intercambio?

Si reflexionamos en nuestra rutina diaria de comunión con Dios, nos damos cuenta de que nunca salimos igual de como entramos a su Presencia, y esto se debe a que nosotros siempre llevamos algo para entregar y a cambio recibimos lo que el Padre nos da; y es justamente lo que Dios quiere con nosotros, Él desea que aprendamos a confiar en Él de tal manera que le entreguemos cada uno de nuestros motivos y preocupaciones para a cambio darnos todo su amor que se extiende en paz, perdón, fe, gozo, provisión y mucho más.

Él nos dice, entrégame tus preocupaciones y yo te doy mi paz, pues su Palabra en Filipenses 4:6-7 indica “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Entrégame tus pecados que yo te doy mi perdón, es lo que nos revela a través de 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

No te quedes con tus cargas, entrégamelas y yo te doy mi descanso, es a lo que nos alienta en Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”

Dame tu tristeza a cambio de mi alegría, es lo que nos dice en Salmos 42:5 “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.”

Como vemos, es un intercambio muy beneficioso para nosotros; así que, es hora de reflexionar y ver qué asuntos de nuestra vida aún no hemos intercambiado con Jesús.  Oración.

«Papito Dios, indudablemente ser hallado por ti ha marcado un antes y un después en mi vida, no tenía nada y Tú me has provisto de todo, desde lo más mínimo hasta lo más grande y profundo, has restaurado todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo; por eso, Padre celestial, cada día vengo a ti con la certeza de la fe porque sé que seguirás obrando en mí hasta el día en que Cristo vuelva, gracias poderoso Dios, Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 21 de abril de 2021

La unidad del Espíritu, parte 2

 

La unidad del Espíritu, parte 2


“Yo en ellos, y Tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que Tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” Juan 17:23

Iglesia, Cristo en nosotros con el fin de que el mundo conozca al Padre, su amor y su verdad. ¿Nos estamos ocupando en esto?

En la oración de Jesús por sus discípulos, pide al Padre 3 cosas muy importantes que debemos tener en cuenta:

Primero, pide que nos guarde con el fin de que seamos uno (Juan 17:11).

Segundo, que nos santifique con su Palabra de verdad (Juan 17:17).

Tercero, que seamos uno en el Padre y en el Hijo (Juan 17:21).

Pero también hay una cuarta que tiene que ver con el propósito por el cual el Señor ruega por nosotros, Él pide por aquellos que han de creer en Él por el mensaje que escuchen de nosotros (Juan 17:20). Precisamente con ese objetivo es tan ferviente la oración de Jesús, que sus discípulos vayamos al mundo a testificar de Él mostrando con cuánto amor nos ha amado el Padre para que los que crean puedan tener vida eterna, porque la única manera de tener esta vida es conociendo al único Dios verdadero y a Jesucristo a quien Él envió (Juan 17:2-3). Es lo que también llamamos, la gran comisión, ir y hacer discípulos por todo el mundo, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todo lo que Dios nos ha mandado (Mateo 28:19-20).

Entonces, queridos hermanos, preguntémonos lo siguiente:

Como iglesia e hijos de luz y miembros del cuerpo de Jesús ¿estamos gozando de su amor usando correctamente la Palabra de verdad para santificarnos? y ¿estamos glorificando al Padre unidos en el Espíritu dando a conocer a su Hijo?

Pues bien, nuestro Señor hoy nos exhorta, de manera entrañable, a amarnos como hermanos los unos a los otros, a no ser perezosos sino diligentes sirviendo al Señor con espíritu fervoroso y a mantenernos constantes en la oración (Romanos 12:10-12), así como también nos anima a permanecer firmes y constantes creciendo en su obra siempre, sabiendo que nuestro trabajo en Él no es en vano (1 Corintios 15:58).  Oración.

«Padre de la gloria, tu Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos tus hijos, discípulos de Cristo con la misión de glorificarte, llevando tu mensaje de salvación por todo el mundo; te pido, Padre Santo, que seas Tú fortaleciendo la comunión con nuestros hermanos en Cristo, por medio de tu Santo Espíritu, y así unidos a ti podamos cumplir con tu gran comisión, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 20 de abril de 2021

La unidad del Espíritu, parte 1

 La unidad del Espíritu, parte 1

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz». Efesios 4:1-3

La paz es el lazo del Espíritu que nos mantiene unidos entre hermanos.

Donde hay discordias, envidias, pleitos, celos y demás obras de la carne, el Espíritu, evidentemente, no es el que está reinando en el corazón de las personas, sino su naturaleza pecaminosa y cuando esto sucede es imposible ponernos de acuerdo entre nosotros para glorificar a Dios.

Es por esto por lo que el Señor, a través del pasaje bíblico de hoy, nos ruega que vivamos como es debido y digno de nuestro llamado, es decir, como hijos de Dios y discípulos de Cristo. Nosotros, rescatados de nuestra vana manera de vivir y salvos por su gracia a través de nuestra fe en Él, ahora hemos sido creados en Cristo para buenas obras, las que Dios preparó para que andemos en ellas (Efesios 2:8-10); lo que quiere decir que, con Cristo habitando en nuestros corazones nosotros estamos perfectamente cimentados en amor y capacitados para conocer su amor que excede todo conocimiento y así ser llenos de toda la plenitud de Dios.

Ahora bien, todo esto es con el propósito de que lo vivamos verdaderamente, soportando los defectos y errores de nuestros hermanos con toda paciencia, humildad y mansedumbre, y con el fin de mantenernos unidos como un solo cuerpo en el Espíritu por medio de la paz.

Hermanos, Dios nos ha dado todo, su gracia, su amor, su misericordia y su Santo Espíritu sobre nosotros. Él nos ha capacitado para ser sus fieles testigos en todo el mundo, para que seamos luz y sal, para que llevemos fruto y para que los que no creen a Dios por nuestra conducta lo glorifiquen. Se nos pide mucho porque mucho se nos ha dado; así que, despojémonos de ese viejo hombre con sus malos deseos que no permiten la unidad del Espíritu y vistámonos del nuevo ser creado a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta, pura y basada en la verdad.   Oración 

«Papito Dios, tu Espíritu en mí te clama y te alaba; por tu buena voluntad me has adoptado como tu hijo en Cristo y ahora redimido de la esclavitud anhelo vivir para ti, guiado por tu Santo Espíritu haciendo morir las obras de la carne. Padre, que tu paz que sobrepasa todo entendimiento guarde mi pensamiento y mi corazón y el de mis hermanos en la fe, para que unidos en Espíritu te glorifiquemos siempre. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 19 de abril de 2021

Obedientes hasta la muerte

 

Obedientes hasta la muerte


“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8

El Espíritu Santo, en el libro de Filipenses capítulo 2, nos hace una exhortación tremenda, nos dice en el versículo 5 que tengamos el mismo sentir que tuvo Cristo Jesús y en el versículo 8, que leíamos hoy, nos expone parte de esta actitud, la cual fue su obediencia, y nos dice que Él se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Y si nosotros vemos algunos casos de sus discípulos y apóstoles nos vamos a dar cuenta como ellos sí tuvieron este mismo sentir.

En el capítulo 7 del libro de Hechos encontramos la muerte de Esteban, discípulo del Señor, ahí vemos cómo este hombre entregó su vida por causa de Cristo teniendo el mismo sentir de su Señor, Hechos 7:59-60 dice “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.” Esteban, obediente hasta la muerte.

Veamos la profecía del Señor Jesús para el apóstol Pedro, dice Juan 21:18-19 “De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.” Pedro, obediente hasta la muerte.

Hechos 12:1-2 registra la muerte del apóstol Jacobo en manos del rey Herodes, en donde dice “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.” Jacobo, obediente hasta la muerte.

Pero ahora, el discípulo más importante en este momento, tú, ¿estás teniendo el mismo sentir que tu Señor y Maestro? ¿estás dispuesto a seguir su ejemplo y ser obediente hasta la muerte?

Hermano, Cristo murió en la cruz por ti, permite que su amor te constriña de tal manera que tu vivir sea Cristo y tu morir, ganancia.  Oración.

«Papito Dios, soy tan imperfecto e inconstante que solo el hecho de compartir con amor y diligencia tu evangelio a mi prójimo me es difícil; a veces quiero rendirme ante el primer obstáculo, te pido perdón porque eso no es lo que me has enseñado y te pido que tu gracia y tu amor sobreabunden en mi vida para cada día ser transformado hasta el punto de tener la misma actitud de Cristo, el cual fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 18 de abril de 2021

Aprovechando bien el tiempo

 


Aprovechando bien el tiempo

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15-16

Aprovechar bien el tiempo, es a lo que el Señor nos exhorta hoy.

En muchas ocasiones nos levantamos con afán y decimos que no alcanzamos a tener nuestro tiempo con Dios porque se nos hizo tarde, entonces mejor lo aplazamos para la noche; pero si hacemos memoria honestamente de nuestra productividad en esos días, nos damos cuenta de que fue entre baja y media. Y es que el disponernos a realizar las actividades que tenemos planeadas para el día sin antes recibir la fuerza, sabiduría, paz y dirección de nuestro Padre y Dios, es como salir sin antes desayunar, con seguridad vamos a sentir un faltante importante para poder cumplir satisfactoriamente todas nuestras tareas.

Entonces, el primer paso para aprovechar bien el tiempo cada día es, sin duda, que nuestra primera actividad sea ir a la presencia de Dios a encomendarle todos nuestros pensamientos para que Él se encargue de enderezar nuestros pasos (Proverbios 16:6).

Por lo demás, el capítulo 5 del libro de Efesios nos habla acerca de algunas obras que verdaderamente nos edifican y de otras que, definitivamente participar en ellas, son perder el tiempo.

Los versículos 3 y 4 nos dicen: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” Entonces, si se nos presenta una situación donde evidenciemos el hablar u obrar de estas cosas infructuosas de las tinieblas, nuestro deber como hijos de luz es reprenderlas y no participar en ellas; nuestro actuar debe ser en el fruto del Espíritu que es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando siempre lo que a Dios le agrada; y para esto, nuestro llamado principal a cambio de embriagarnos con vino es llenarnos del Espíritu Santo a través de la Palabra de Dios, hablando en todo tiempo con salmos, himnos y cánticos espirituales, alabando al Señor en nuestros corazones y dando siempre gracias a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:7-11, 18-20).

Podemos resumir entonces que, para aprovechar bien el tiempo, es necesario comenzar el día dando prioridad a nuestra comunión con Dios para ser llenos de su Espíritu y así poder actuar sabiamente durante el resto de la jornada.   Oración.

«Poderoso Rey Celestial, en este día como primera actividad vengo a ti porque en vano me levanto y me esfuerzo si Tú no estás conmigo, Tú eres quien adiestra mis brazos para la batalla, Tú eres mi escudo y fortaleza, mi corazón en ti confía y sé que no seré avergonzado; gracias poderoso Padre porque sé que Tú vas delante de mí como poderoso gigante, abriendo caminos y guiando mis pasos; toda la gloria, la honra, y la alabanza sean para ti por los siglos de los siglos. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 17 de abril de 2021

 


Imitadores de Dios, parte 2

“si no, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” 1 Pedro 1:15-16

Cuando leemos que se nos exhorta a ser imitadores de Dios como hijos amados (Efesios 5:1), podemos asombrarnos y a la vez preocuparnos por tan grande llamado, y es que nuestro Padre celestial tiene tantos atributos que podemos pensar que no acabaríamos de conocerlos e incluso imitarlos, pero el día de hoy el Señor nos tiene uno muy especial, ser santos como Él es Santo; santos en toda nuestra manera de vivir, es decir, que haya santidad en nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar. Para esto, el Señor a través de su Palabra nos enseña lo que significa ser santos en cada una de estas áreas.

Santidad en nuestra manera de pensar involucra lo que nos revela Filipenses 4:8 que dice “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Para poder pensar en esto debemos primero dejar de escuchar todo lo que sabemos que va en contra de los principios de Dios, y mejor estar atentos a oír y aprender lo que Él nos dice a través de su Palabra.

Para la santidad en nuestros sentimientos Ezequiel 36:26-27 dice “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” La obediencia es la palabra clave para que nuestros sentimientos sean puros, Dios ya cambió nuestro corazón y nos ha dado a conocer sus estatutos y preceptos para que los pongamos por obra.

Ser santos en nuestra conducta implica un fruto muy especial, Gálatas 5:22-23 dice “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” El reflejo del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas evidencia nuestra integridad al actuar.

Hermanos, como hemos visto, en este proceso no estamos solos, Dios nos ha dado su Espíritu mediante el cual podemos, por la obediencia a su verdad, imitar a Dios en su santidad.  Oración.

«Padre Santo, a través de tu Palabra me llamas a ser santo como tú lo eres, sé que en mis fuerzas no lo lograré por eso te pido que me permitas purificar mi alma, siendo obediente a tu verdad mediante el Espíritu Santo que me has dado. Gracias te doy porque sé que cumplirás tu propósito en mí; tu misericordia es grande y me guardarás con tu poder y mi fe en Cristo, a quien resucitaste de los muertos para que yo tuviera una esperanza viva y una herencia incorruptible en los cielos, gracias Señor. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 16 de abril de 2021

Imitadores de Dios, parte

 

Imitadores de Dios, parte 1


“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” Efesios 5:1

Existe algo muy particular en la naturaleza de todo ser viviente y es el hecho de imitar o quererse parecer a alguien; esto con el fin de encajar o sentirse parte de un grupo o comunidad en particular.

Por naturaleza, lo primero que hacemos es observar a las personas que tenemos a nuestro alrededor, nuestros padres, hermanos, abuelos y demás personas mayores a nosotros, y a medida que los conocemos y pasamos tiempo con ellos empezamos a decir, hacer e incluso pensar como ellos; la pregunta es, ¿estaremos eligiendo correctamente nuestro modelo a imitar?, ¿sabemos quiénes somos y a qué estamos llamados?

La Palabra de Dios en el versículo de hoy nos hace un llamado muy especial y sorprendente, y es a imitar a Dios como hijos amados.

Un hijo amado es aquel que su padre educa, corrige, provee, perdona, ayuda y siempre está presente en su vida; de la misma manera un hijo amado es aquel que a su padre escucha, respeta, obedece, honra y admira de tal forma que algún día quiere llegar a ser como Él. Entonces, ¿será que nosotros somos hijos amados por nuestro Padre Dios? Su respuesta es, con amor eterno te he amado (Jeremías 31:3a); ahora ¿será que nosotros nos estamos comportando como hijos amados?, ¿estamos siendo esos hijos que anhelamos pasar tiempo con nuestro Padre celestial para aprender más de Él y poder imitarlo?

Nuestro mayor ejemplo de comportamiento de hijo amado lo tenemos en nuestro Señor Jesucristo, Juan 5:19 dice “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” Jesús imitaba a su Padre porque veía lo que Él hacía, indudablemente Cristo pasaba mucho tiempo con su Padre, tenía una relación muy íntima con Él y cada día en la mañana conocía lo que pensaba, sentía y deseaba hacer, lo que directamente lo llevaba a honrarlo, glorificarlo y hacer su voluntad el resto del día.

Entonces, la clave para poder ser esos imitadores de Dios como hijos amados está en la cantidad y calidad de tiempo que dediquemos a compartir con nuestro mejor modelo, nuestro Dios y Padre; conocerlo es nuestro primer paso para llegar a imitarlo.

Hermano, tienes muchas personas a tu alrededor observándote, asegúrate que cuando te vean quieran ser como tú porque ven a Dios en ti.  Oración.

«Papito Dios, eres mi más grande modelo de excelencia, santidad y perfección, quiero como tu hijo amado imitarte en todo y ser la persona que tú quieres que yo sea. Te doy gracias, Señor porque no me has dejado solo, sino que has enviado a tu Santo Espíritu para que me guíe y me ayude en mis momentos de dificultad y debilidad; gracias por tanto amor, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 15 de abril de 2021

Tu valor te lo da el Padre

 

Tu valor te lo da el Padre


“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” 1 Pedro 1:18-19

“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” 1 Samuel 16:7

¿Alguna vez nos hemos visto encerrados en las presiones de los estereotipos que presenta el mundo?

Hoy en día el tema de cómo nos ven los demás se ha convertido en lo que nos da valor o importancia, pero claramente vivimos frustrados, deprimidos, amargados, sin autoestima y con una guerra difícil de ganar puesto que cada vez cambian y aumentan más los requisitos del mundo para que llegues a ser una persona reconocida, valiosa, importante o exitosa. Hermano, si tú todavía batallas con esto es porque evidentemente te hace falta conocer tu verdadera identidad y afirmarte en ella.

Tú como hijo de Dios eres la persona más afortunada y bendecida que pueda existir, tu mayor valor te lo da el hecho de ser el hijo del gran Rey y Señor.

¿Sabías que eres la luz del mundo? Imagínate que hay muchas personas que van perdidas por un camino muy oscuro y de repente llega una luz a aclarar y orientar su caminar, ¿será que esto tiene valor para ellos?, pues esa luz eres tú como hijo de Dios en medio de este mundo de tinieblas (Efesios 5:8).

¿Sabías que tienes libre acceso al Padre? Piensa por un momento en la más difícil situación que se te pudiera presentar ¿qué harías, ¿cómo la solucionarías? Pues tú como creyente en Cristo tienes entrada directa a la presencia de tu Dios y Padre, aquel que todo lo puede, todo lo ve y puede estar en todas partes al mismo tiempo (Efesios 2:18).

¿Sabías que el Espíritu de Dios mora en ti? Eres tan importante para Dios que desde el momento que tú crees en Cristo Él decidió habitar en ti por medio de su Santo Espíritu, para que recibieras poder y fueras su testigo donde quiera que tú estés (Hechos 1:8).

Así que, es hora de dejar de pelear, batallas sin sentido ni propósito, contra el mundo y contra ti mismo, mejor esfuérzate por conocer y afirmarte cada día más en la identidad que te da Dios, tu Padre Celestial; recuerda que tu valor depende únicamente si tienes a Cristo en tu corazón, pues Dios ve lo que hay en él y no lo que hay en tus bolsillos o tu físico, además Él te rescató con la preciosa sangre de su Hijo y no con cosas corruptibles como oro o plata.  Oración.

«Papito Dios, me has rescatado de mi vana manera de vivir con la preciosa sangre de tu Hijo amado, me llamaste de mis tinieblas a tu luz admirable y me has adoptado como tu hijo, lo que me hace realmente valioso e importante; te pido Padre, que no permitas que nada ni nadie robe mi valor y seguridad en ti y que me guardes como a la niña de tus ojos, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 14 de abril de 2021

La clave para llevar fruto

 


La clave para llevar fruto, Parte 1

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5

Nada podemos hacer separados de Jesús, es la advertencia que el mismo Señor nos hace.

Existe una verdad muy importante para nuestras vidas y es de mucha humildad reconocerla, y es el hecho de que en nosotros y por nosotros no podemos ni tenemos la capacidad de agradar a Dios, de servirlo y obedecerlo; como dice la Palabra, éramos vasos vacíos, muertos en nuestros delitos y pecados e hijos de desobediencia, pero Dios en su buena voluntad y gran amor decidió rescatarnos aun cuando éramos pecadores; cuando no teníamos nada que ofrecerle sino nuestros pecados Él envió a su Hijo a morir por nosotros pecadores (Romanos 5:8).

Y ahora que hemos sido rescatados, salvados, justificados y limpiados de toda nuestra maldad gracias a esa obra de nuestro Señor en la cruz, podemos por la fe en Él presentarnos delante del Padre y decirle, aquí estoy Señor, tómame y úsame como tu instrumento, haz de mí conforme a tu voluntad; oración que el Señor responderá conforme a su propósito para cada uno de nosotros; pero, sucede que tenemos la tendencia a pensar que esa misión o propósito que el Señor tiene para nuestras vidas la podemos hacer independientes de Él, pensamos que ya ha sido suficiente nuestra comunión con Él y que es hora de soltarnos y recorrer el camino solos, que Dios ya nos preparó y que ahora es nuestro turno para cosechar ese buen fruto, y es entonces cuando fallamos. No pasará mucho tiempo cuando observemos y nos demos cuenta de que las cosas no están resultando como deberían; que quizá sigo cometiendo los mismos errores del pasado, que las personas que el Señor puso a mi alrededor no me escuchan o que continuamente estoy en discusiones con otros creyentes porque pienso tener la razón y que ellos son los que están equivocados; es decir, una serie de malos frutos por no permanecer en la vid.

Hermanos, cuán equivocados estamos al pensar que en nuestras fuerzas e independencia podemos agradar o servir a Dios, nuestro Señor es claro y directo cuando nos dice que separados de Él nada podemos hacer; así que, a fortalecer cada día más nuestra comunión con Dios.   Oración.

«Padre de la gloria, eres mi fuente de quien proceden todas las cosas. Vid verdadera, quiero ser ese pámpano que esté profundamente arraigado a ti, quiero que me limpies y así permanecer en ti para llevar mucho fruto que te glorifique, por eso te ruego no me permitas alejarme de tu Palabra de verdad que es la que me sostiene y me mantiene firme y limpio; gracias Dios, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 13 de abril de 2021

Prueba de fe

 

Prueba de fe


“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.” Santiago 1:12

Las pruebas son quizás uno de los momentos más temidos y evitados por nosotros, puesto que son días de incertidumbre, preocupación, muchos problemas y pocas soluciones; pero increíblemente son tiempos en que Dios más nos está formando; nos perfecciona, nos fortalece, nos afirma y nos establece. Es por esto por lo que dice la Palabra de Dios que cuando estemos pasando por estas pruebas o por diferentes problemas nos mantengamos en sumo gozo, porque es precisamente donde la paciencia y muchas otras virtudes están siendo desarrolladas en nosotros a fin de llegar a ser perfectos y cabales. (Santiago 1:2-4).

También es muy probable que por esos días sintamos que nos falta sabiduría porque no sabemos qué hacer, qué camino tomar, o cuál será la mejor decisión, pero eso tampoco debe ser motivo de temor o preocupación, pues el Señor nos dice precisamente, “si alguno tiene falta de sabiduría, pídala, pero pídala con fe”. Así que debemos pedirla creyendo que Dios nos la dará, e indudablemente así será, porque el Señor nos la dará abundantemente y sin reprocharnos o regañarnos (Santiago 1:5-6).

Amados hijos de Dios, recordemos siempre que la prueba de nuestra fe es el momento en que Dios nos está perfeccionando, debemos permanecer completamente gozosos y en oración para que sea Él dándonos la sabiduría y fortaleza para poder resistir y obedecer cada instrucción suya, de esta forma, como dice la Palabra de Dios en el versículo de hoy, seremos bendecidos y recibiremos la corona de vida que Dios ha prometido para los que le amamos.   Oración.

«Papito Dios, eres maravilloso, Dios Poderoso y misericordioso; te pido, Padre eterno que me des la capacidad de amarte de tal manera que te obedezca en cada principio, bendice mi vida a través del poder de tu Palabra que llega hasta lo más profundo de mi alma y espíritu, y haz de mí la persona que tú quieres que yo sea, en el nombre de Cristo Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 12 de abril de 2021

Manso y humilde

 


Manso y humilde

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11:28-30

En el día a día son muchas cosas que debemos atender, decisiones tomar, personas tratar y problemas enfrentar, por lo que es muy probable que en algún momento lleguemos a sentirnos trabajados y cargados.

Cuando esto suceda tenemos la Palabra fiel a la que hacemos bien en estar atentos, la cual nos dice: “aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” (Mateo 11:29b); y esto se debe a que una de las formas en la que nosotros más nos cargamos, es cuando nos enojamos, airamos, amargamos, mentimos o somos orgullosos. Cuando nosotros nos mantenemos enojados, tratamos de sostener una mentira o una apariencia, se nos vuelve una carga porque no es algo normal, natural o que haga parte integral de nuestra vida, sino que, por el contrario, son cosas que nos roban el amor, el gozo y la paz; virtudes que sí hacen parte de lo que Dios tiene y quiere para nosotros.

Nosotros tendemos a pensar que las personas humildes, mansas y pacíficas viven cargadas o agobiadas porque cierran su boca ante un insulto, son obedientes en todo, hacen favores sin mirar a quien y sin esperar nada a cambio, devuelven bien por mal o no toman venganza cuando alguien los ofende, y resulta que no es así. Lo que nos enseña nuestro Señor Jesús es todo lo contrario, es el yugo fácil y la carga ligera la que Él nos ofrece; y cuando nosotros actuamos de esa manera estamos mostrando que somos verdaderos seguidores de Cristo y que estamos aprendiendo de Él, pues dice su Palabra “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;” (1 Pedro 2:21).

Hermano, cuando te sientas tentado a cargarte con enojo, ira, amargura, orgullo o mentira, corre a la presencia del Padre, entrégale todos tus motivos, descansa en Él y recárgate de Él.  Oración.

«Padre, por medio de la preciosa sangre de Cristo vengo delante de ti, me rindo a tus pies y te entrego toda mi carga y mi cansancio conforme dice tu Palabra me harás descansar; Señor, quiero aprender de ti, tu humildad y mansedumbre, por esto te pido me ayudes a permanecer en ti, en tu amor y tu Palabra y así hallar ese descanso para mi alma, gracias, poderoso Dios. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 11 de abril de 2021

El tesoro escondido

 

El tesoro escondido


“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” Mateo 13:44

¿Cuántos sabemos de la existencia del reino de los cielos? ¿Cuántos ya vendimos todo para adquirir ese tesoro?

Hay un reino en los cielos mucho mayor que cualquier otro acá en la tierra, pero lo mejor de todo es que tú y yo podemos ser parte e hijos de ese reino, ¿cómo es esto? Jesús nos lo explica así: El sembrador salió a sembrar su semilla, y mientras sembraba, parte de esa semilla cayó junto al camino, en pedregales y entre espinos, por lo tanto, se perdió, pero otra sí cayó en buena tierra y dio fruto. Pues bien, aquí la semilla sembrada es la Palabra de Dios en cada persona que la escucha, la parte que cae junto al camino, en pedregales y entre espinos es aquella la cual oyen las personas, pero por diferentes motivos (el enemigo, las persecuciones y las riquezas) se pierde y no da fruto, pero la que cae en buena tierra es aquella que quienes la escuchan, la obedecen y por eso da fruto; (Mateo 13:3-9, 18-23).

Esa semilla que dio fruto se convierte en buena semilla y esa buena semilla es finalmente, los hijos del reino (Mateo 13:24, 37-38). Así es como podemos hacer parte del reino de los cielos.

Felicidades, descubriste el tesoro escondido; así que, es hora de que renuncies a todo aquello que en tu vida no permite que la Palabra de Dios produzca su fruto. Hermano, Jesús (el Sembrador) está a la puerta y llama, si tu escucha su voz y abres, Él entrará en tu corazón y sembrará esa buena semilla.  Oración.

«Tu Palabra, Señor, es la lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino, te doy gracias por el privilegio de tenerla en mis manos y poder acceder a ella cada día como mi alimento espiritual, te pido Señor, que hagas de mi corazón esa buena tierra donde la semilla de tu Palabra germine y produzca mucho fruto para tu gloria, en el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 10 de abril de 2021

Confiar en el Espíritu Santo

 

Confiar en el Espíritu Santo


“Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,” 1 Corintios 2:12

El Espíritu Santo, la tercera persona de la trinidad, mora en cada uno de nosotros y una de sus tareas es enseñarnos o revelarnos lo que dice la Palabra de Dios, puesto que ésta solo se puede entender espiritualmente (1 Corintios 2:14) y como gran parte de lo que ella dice son principios que podemos aplicar a nuestra vida cada día, entonces, es super importante aprender a confiar en Él para que nos ayude a vivir sus enseñanzas.

Cada uno de nosotros, de manera individual, tenemos cosas específicas en las cuales nos cuesta confiar en la guía del Espíritu Santo; para algunos puede ser difícil confiar y aceptar la Palabra que nos dice “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26); para otro puede ser “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18); también cuando nos dice “No ames el sueño, para que no te empobrezcas; Abre tus ojos, y te saciarás de pan.” (Proverbios 20:13); o quizá “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo;” (1 Pedro 5:6).

Hermanos, cada uno de estos principios son igual de importantes porque hacen parte de la buena, perfecta y agradable voluntad de Dios para nuestra vida, no podemos caer en ser selectivos con su guía, porque es de esa manera sutil como le quitamos el control a Dios sobre nosotros y cambiamos el confiar en el Espíritu Santo por confiar en la carne, en nuestras ideas y sentimientos; lo que indudablemente nos llevará a darle lugar al diablo que como león rugiente anda buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).

Así que, como dice su Palabra “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” (Santiago 4:7).

¿Y tú, has decidido confiar totalmente en el Espíritu Santo?   Oración.

«Padre Celestial, por el amor con que me has amado, primero te ruego que no permitas que en mi vida haya carencia de él hacia mi prójimo. Eres fiel, misericordioso, bondadoso, tierno y lleno de gracia. Me has revelado que tu amor ha sido derramado en mi corazón por tu Espíritu, quiero seguir su guía y no confiar en mis pensamientos y sentimientos. En el nombre de Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 9 de abril de 2021

Andar en el Espíritu

 


Andar en el Espíritu

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14

Cuando la Biblia nos dice que las cosas que son de Dios solo se pueden entender a través de la revelación del Espíritu Santo, es porque solo Él conoce las cosas de Dios (1 Corintios 2:11) y nosotros, los que hemos creído en Cristo y su palabra de verdad, sabemos que el Espíritu Santo está en nosotros, por eso nuestra seguridad y confianza debe ser total en lo que Dios dice en su Palabra para nuestra vida.

La palabra de Dios en Gálatas 5:16 dice: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” Una de las muestras de que hemos recibido al Espíritu Santo es que comienza una guerra entre mi carne y Él, una batalla entre confiar en los deseos e impulsos de la carne o dejarme guiar por su Presencia; pues, una vez que nosotros hemos creído en Cristo somos bautizados por el Espíritu Santo en Cristo, y dice la palabra de Dios que hemos sido bautizados en su muerte, lo que para nosotros significa que hemos muerto o ha sido crucificado juntamente con Cristo nuestro viejo hombre, para que ahora en el presente, así como Cristo resucitó de los muertos y vive para Dios, nosotros también nos consideremos muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro; (Romanos 6:3-11).

La frase “muertos al pecado, pero vivos para Dios” quiere decir que ahora nosotros podemos y debemos por la fe en Cristo, andar en vida nueva, una vida guiada por el Espíritu Santo, en la cual no reine el pecado, es decir, no lo obedezcamos y tampoco ofrezcamos los miembros de nuestro cuerpo como instrumentos de mal para servirle, sino que, por el contrario, nos entreguemos a Dios y usemos todo nuestro cuerpo como instrumento para hacer lo que es correcto (Romanos 6:12-13).  Oración.

«Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, en este día te alabo, te doy gracias, bendigo tu poderoso nombre y me rindo a tus pies para pedirte que hagas tu voluntad en mi vida, que intervengas en cada aspecto y endereces mis pasos; Padre, que sea tu Santo Espíritu el que tome el control de mi caminar para que así pueda entender y vivir cada una tus verdades para mí. Gracias, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 8 de abril de 2021

No temas; porque yo te redimí

 

No temas; porque yo te redimí


“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.” Romanos 8:2

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!” Romanos 8:15

¿Temor o inseguridad por la posibilidad de volver a cometer los mismos errores del pasado? El Señor te dice: no temas; porque yo te redimí.

El Dios todopoderoso y eterno que nos ha adoptado como sus hijos en Cristo nos está diciendo el día de hoy, ‘yo envié mi Espíritu Santo a morar en ti para que ya no vivas para el pecado, sino que ahora te dejes guiar y vivas conforme al Espíritu’.

Hermanos, dice la Palabra de Dios que, si nosotros hemos recibido a Cristo en nuestra vida, somos libres del poder del pecado que lleva a la muerte, gracias al Espíritu Santo que ahora mora en nosotros y nos da la libertad y capacidad para vivir de acuerdo con lo que agrada a Dios, que en realidad nos da la vida y la paz (Romanos 8:2, 6).

Hemos sido liberados y no tenemos ninguna deuda con el pecado, no tenemos que estar obedeciendo a lo que nuestra carne nos incita a hacer, por el contrario, estamos llamados a hacer morir esas malas acciones a través de la dirección y poder del Espíritu Santo que mora en nosotros y nos da la capacidad para ser obedientes a Dios.

Así que, no tenemos que vivir con temor a causa de nuestro pasado, porque no hemos recibido un espíritu de esclavitud, sino el Santo Espíritu de Dios quién nos da la seguridad que ahora somos hijos de Dios y libres del poder del pecado.   Oración.

«Papá Dios, gracias, gracias porque me amas, yo entiendo que te necesito y que sin ti no sería posible tener una vida plena y en abundancia, te alabo y te bendigo porque solo tú, Señor, me pudiste liberar de la esclavitud en la que me encontraba por causa del pecado, enviaste a tu hijo y condenaste al pecado en su carne mediante el sacrificio en la cruz, ahora sé que no debo temer sino confiar en que tu Espíritu vivificará mi cuerpo y me permitirá andar conforme a tu voluntad y propósito, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 7 de abril de 2021

Es con misericordia y verdad que se corrige el pecado

 


Es con misericordia y verdad que se corrige el pecado

“Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” Proverbios 16:6

“La lengua de los sabios adornará la sabiduría; más la boca de los necios hablará sandeces.” Proverbios 15:2

Es quizá una de las cosas más difíciles para nosotros como personas, el corregir o amonestar con “misericordia y verdad” a quien nos ofende, pero si es así de complicado es porque también será así de recompensado y todo parte del principio básico de obedecer a Dios para comprobar cómo nos va bien en todo lo que hacemos (Josué 1:8).

Cuando nosotros somos testigos del pecado de otra persona no podemos ser necios y caer en su error; por ejemplo, cuando alguien te habla grosera o iracundamente, tú no puedes responder de la misma manera porque estarías siendo necio y además participe de su pecado, pero si por el contrario respondes suavemente, con humildad, paciencia, misericordia y verdad estarás siendo sabio y corrigiendo su pecado como Dios manda (Proverbios 16:6). Adicional a esto, es importante también recordar que la única manera sabia y segura en que nosotros podemos corregir y persuadir a otra persona para que se aparte del mal y deje de actuar de manera necia, es con la enseñanza de la verdad de Dios (infundir en ella el temor a Dios), debemos tener claro que la única Palabra poderosa para hacer que un alma se convierta de sus malos caminos, no es la nuestra sino la perfecta ley de Dios (Salmos 19:7); es la Palabra viva capaz de discernir los pensamientos más íntimos y las intenciones más profundas del corazón de una persona (Hebreos 4:12).

Así que, querido hermano en Cristo, es hora de dejar de actuar en tus fuerzas y tu sabiduría, permite que sea Dios a través de su Palabra quien te moldee primeramente a ti para poder responder con misericordia y verdad ante una ofensa; luego, Dios te usará para que ores por tu ofensor e inicies una sabia enseñanza de su Palabra, infundiendo en él, el temor del Señor que es limpio y permanece para siempre (Salmos 19:9).   Oración.

«Papito Dios, has sido tan misericordioso conmigo; cuantas veces me caigo, Tú me levantas, tantas veces te fallo, Tú me perdonas y me corriges; te pido Padre Santo, que me permitas comprender que, así como eres Tú conmigo, debo ser yo con mi prójimo, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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