domingo, 23 de febrero de 2020

El pecado está a la puerta.


El pecado está a la puerta.
 “Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”. Génesis 4:6-7
“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. Santiago 1:13-15
 “Si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”, qué cierta esta afirmación de Dios, el pecado siempre estará agachado o escondido tras nuestra puerta como una fiera agazapada lista a atacar. Cuando le damos cabida a nuestros malos pensamientos y actitudes estamos predisponiéndonos para caer en tentación. Si bien no podemos evitar que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, podemos evitar que hagan nido en ella. Como dice al apóstol Santiago “cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido”.
Todos los días estamos sometidos a grandes tentaciones, pero si nos acostumbramos a ceder a pequeñas cosas, después cuando venga la gran prueba no vamos poder resistir. Nos preocupamos por los “grandes pecados” y nos dedicamos a cometer “pequeños pecadillos”. No olvidemos que para Dios el pecado es el mismo. Una pequeña mentira o una gran mentira, para Él son igual, no se trata del tamaño sino de las intenciones de nuestro corazón. Bien decía Jesús en Mateo 15:19 “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.
Debemos revestirnos de Cristo para tener su mente, esto implica alimentar nuestros pensamientos con la Palabra de Dios y no permitir que ideas pecaminosas enturbien nuestro corazón, las pequeñas fallas que nos permitimos acaban con nuestra vida espiritual. Un ejemplo de esto fue la vida de Sansón, con todo el potencial que Dios le había dado, terminó arruinando su vida por no abstenerse de sus deseos carnales y por dejarse dominar de sus emociones.
Dios nos ha dado como dice 2 Timoteo 1:7 un espíritu de poder, amor y dominio propio o autocontrol, para vivir espiritualmente en victoria, para empoderarnos y mostrar una fe viva que le dé testimonio a los demás de Cristo, para decir la verdad, para manifestar amor por otros y dominio propio, para pensar con cabeza fría y enfrentar la tentación y guiarnos correctamente en este mundo. Oración.
«Señor, oro en este día para ser fuerte en mi fe y ser capaz de defender mis principios cuando el mundo, mi carne y el enemigo, quieren seducirme y hacerme pecar. Gracias por darme un espíritu de poder, amor y dominio propio y por estar a mi lado para ayudarme a caminar y sortear todo lo que se levante en contra mía. Guíame eficazmente a través de tu Palabra para tomar las decisiones correctas. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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