jueves, 16 de octubre de 2025

Muros mentales.

 


Muros mentales.

“Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá;” Josué 6:2-5a

Jericó era una ciudad amurallada, podríamos insinuar incluso que era toda una fortaleza, sus muros fueron levantados por aquella ciudad con el fin de buscar protección y evitar que sus enemigos pudieran entrar fácilmente a invadir o saquear la ciudad. Cuando pensé en ésto, y en relación con los devocionales anteriores, el Señor me hizo reflexionar sobre cómo nosotros mismos durante el transcurso de nuestras vidas también levantamos una especie de murallas con el fin de “protegernos”, específicamente dichos muros, murallas o fortalezas las terminamos levantando en nuestra mente, y están ahí radicadas por experiencias que tuvimos (y que quizá no queremos volver a permitir que nos sucedan), o por cosas que nos han enseñado en nuestra familia, estudio o el mundo en general. El problema de levantar estos muros bajo nuestra perspectiva es que cuando llegamos a la vida Cristiana nos encontramos que esos muros mentales, en vez de protegernos nos están afectando, pues aquellos muros mentales (pensamientos) que levantamos bajo lo que dictamina nuestro “yo”, la carne, están llenos de altivez y están en nuestra mente: ocupando espacio en ella, llevando a la ruina nuestras vidas y levantados con el propósito de estar constantemente en contra de la voluntad de Dios (2 Corintios 10:5, Génesis 6:5, Marcos 7:21-23), por eso creo que el Señor lo que quiere enseñarnos a través de este devocional es que, hay fortalezas o muros, como los de Jericó, que en nuestras mentes deben ser derrumbados. En pocas palabras, lo que Dios quiere hacer en la vida de nosotros los creyentes es que desaprendamos lo aprendido, para aprender a reaprender la Palabra de Dios, y este concepto está muy ligado con lo que nos dice Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”.

Hermanos, para derribar esos muros mentales guiados por el “yo” es necesario que haya una transformación, ¿En dónde? En nuestra mente, en pocas palabras lo que tú y yo debemos permitir que haga el Espíritu Santo en nuestras vidas es un cambio, una renovación en nuestra manera de pensar, para posterior a ello levantar muros, murallas y/o fortalezas pero conforme a la voluntad de Dios,    Oración.

«Padre, día tras día me has permitido conocer la Verdad, a Cristo mismo revelado en las Escrituras, y es gracias a Él y el obrar de Tu Santo Espíritu que hoy puedo experimentar lo que significa la libertad. Quita de mí Oh Dios todas esas murallas mentales que con el tiempo he construido y permíteme experimentar lo que es tener la mente de Cristo. Amén.