martes, 31 de mayo de 2011

Nuestra patria celestial


Nuestra patria celestial

Nuestra ciudadanía está en los cielos.

Filipenses 3:20

Los cristianos no somos ciudadanos de este mundo. La palabra griega para "ciudadanía" en el versículo de hoy se refiere a una colonia de extranjeros. En una fuente secular, se emplea para describir una ciudad capital que mantenía en un registro el nombre de sus ciudadanos. En realidad, somos ciudadanos inscritos de otro lugar: "El cielo". Nuestros nombres están allí, nuestro Padre está allí, nuestros hermanos y hermanas están allí, y nuestra herencia está allí; es nuestra patria.

Los israelitas llevados al cautiverio babilónico nos dan un paralelo histórico con la iglesia contemporánea. Su patria seguía siendo la Tierra Prometida aunque vivieron durante tantos años en una sociedad extranjera. Pero cuando llegó el momento de regresar, muchos se habían arraigado de tal modo en la cultura babilónica que no quisieron irse. Cuando el Señor dice que es el momento de ir al cielo, luchamos contra eso como si fuera lo peor que pudiera ocurrirnos porque este mundo ha llegado a ser todo para nosotros. Por eso siempre se nos debe recordar que nuestra ciudadanía está en el cielo.