lunes, 24 de diciembre de 2018

IGLESIA DE CRISTO


LA VERDADERA IGLESIA DE CRISTO                                                                                                                   Porque, así com
o el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. 1 Corintios 12:12-27
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”, 2 Corintios 13:5
La verdadera iglesia de Cristo no es una institución humana, con letrero o denominación particular que diga esta es la verdadera y original iglesia de Cristo”. Sino que la verdadera iglesia está integrada por todos aquellos que han aceptado el mensaje de salvación, anunciado primeramente por los apóstoles y luego por sus discípulos, y que viven en obediencia a la Palabra, haciendo la voluntad de Dios. (Mateo 7:21-23)
Asistir a un lugar determinado, no te hace miembro de la iglesia, sino tu fe y tu obediencia a Cristo. La persistencia con que sigues las enseñanzas de Jesús es una señal de que eres parte de la iglesia (1 Timoteo 4:16), como guardar lo que enseñó el Señor Jesús nos hace verdaderos hijos de Dios (Juan 14:23).
Por lo tanto, no podemos entrar en conflictos, sobre cuál es la iglesia verdadera, antes de esto, en tu corazón reflexiona si eres de Cristo o no, si estás en la fe, o no. El crecimiento y seguridad de la fe está en prestar atención al mensaje de Cristo y tomarlo para nuestra vida, obedeciendo cada instrucción y compartiendo con otros, con amor, puesto que “el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él.” (1 Juan 2:5).      Oración.
Padre Dios, gracias porque por la fe en tu hijo me has hecho parte del cuerpo de Cristo, de tu iglesia universal, y ahora tengo la misión de predicar el evangelio con toda diligencia, dando testimonio del cambio que dio a diario haces en mí y santificándome por medio de tu Palabra. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.