viernes, 31 de enero de 2020

La diferencia entre la obediencia y la desobediencia


La diferencia entre la obediencia y la desobediencia
“Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión. Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama lo que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir”, 1 Samuel 2:22-25
“El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar. Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye”, 1 Samuel 3:1, 9-10
Qué gran diferencia entre los que entran a la presencia de Dios para oír y obedecer a Dios y aquellos que entran y no hacen caso a su voz y le desobedecen. Aquí hay un paralelo entre los hijos de Elí y el joven Samuel.
Los hijos de Elí no seguían las instrucciones dadas por Dios, servían en la carne, trataban las ofrendas con irreverencia y su conducta era inmoral dando mal ejemplo al pueblo, llevándolo a pecar. ¿Qué pasaba con ellos? No escuchaban la amonestación de su padre, que era el sacerdote en ese entonces, y vivían su vida espiritual a su manera, haciendo cosas desagradables delante de Dios.
Hay dos observaciones aquí, sobre Elí, que debemos tener en cuenta: la primera es que estaba viejo, cansado, le faltaba autoridad sobre sus hijos porque no los reconvenía para sacarlos de su error; y la segunda es que descuidó su comunión con Dios, no leía la Palabra y ya no tenía visión espiritual, por eso había ausencia y desconocimiento total del mensaje de Dios que lo llevó a una crisis espiritual.
Cuando nos alejamos de Dios y de su Palabra, es evidente que el fuego del Espíritu se apaga en nuestro interior y perdemos nuestra comunión, nuestra adoración, dejamos de escuchar su voz y no recibimos la revelación de su Palabra. ¿Cuántas veces dejamos para Dios lo que debemos hacer nosotros? La educación y la enseñanza a nuestros hijos es indelegable y Dios nos llamará a cuentas por ello.
Que diferencia la vida del pequeño Samuel, ministraba en la presencia de Dios, se deleitaba en ofrecer su mejor adoración y servía en el templo, quizás con tareas apropiadas a su edad, encendiendo las velas, cumpliendo diligencias, cerrando las puertas, etc. Pero todo lo hacía con amor y un corazón dispuesto.
El Señor vio a Samuel como un instrumento limpio que podía usar, por eso lo llamó tres veces y él responde tres veces “Heme aquí” y se presenta ante el sacerdote que se da cuenta que es Dios quien le está llamando y le enseña cómo debe contestar: “habla, que tu siervo escucha”. Cuán importante es disponernos para Dios, tener un corazón humilde para ser enseñados, escuchar su voz y ser iluminados por su Santo Espíritu para obedecer lo que nos dice.
Recordemos lo que dice el Salmo 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”. El deseo de cada creyente y adorador de Dios debe ser reflejar la luz divina, siendo testimonio para otros. Oración.
Señor, es tiempo de levantarme y escuchar tu llamado, dispón mi corazón para ofrecerte la mejor adoración y poder llevar tu mensaje, porque estamos viviendo tiempos donde tu Palabra escasea y la visión está ausente, que mi boca no transmita lo que la gente quiere oír, sino lo que tú dices en tu Palabra. Aviva el fuego de tu Espíritu en mí para ser tan diligente como Samuel. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 30 de enero de 2020

La principal piedra del ángulo Jesucristo mismo


La principal piedra del ángulo Jesucristo mismo

“Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”, Efesios 2:20-22
“Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en Él, no será avergonzado”, 1 Pedro 2:6
Todo el énfasis de estos versículos recae sobre la gloriosa persona de Jesucristo. No solamente nos dio salvación por medio de su sacrificio en la cruz, sino que también trajo la paz y creó un vínculo indisoluble con todos aquellos que hemos creído en Él. Derribó toda barrera que nos separaba de los judíos e hizo un sólo pueblo santo para que le honrara y le sirviera. Al ser unidos ambos en Cristo, hubo paz y no sólo por la existencia de una nueva posición, sino también porque algo nuevo había comenzado a existir. Algo que Pablo llamó: la iglesia.
La unidad verdadera la constituyen todos los que han sido redimidos y unidos en Cristo. Cuando ambos grupos, judíos y gentiles, vienen a la cruz como pecadores, son convertidos en una nueva creación, un nuevo hombre, el cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu Santo. La cruz disolvió todas las barreras que nos separaban de la presencia de Dios, como en el templo del Antiguo testamento donde habían divisiones y no se podía entrar al lugar santísimo. Cristo, con su muerte, retiró el velo y fue el Camino para llegar al Padre. «Porque por medio de Él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.» Efesios 2:18.
Hoy el evangelio es predicado a judíos y no judíos, por eso el mensaje del amor de Dios revelado en Jesucristo, llega a todas las personas y a todas las naciones para que formemos parte de ese edificio espiritual que Dios está edificando. «Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.» Efesios 2:19-20.
Ahora, todos somos sus hijos y tenemos la misma ciudadanía en el cielo. El Señor Jesucristo, mismo siendo la principal piedra del ángulo, revela que Él es la Roca sobre la cual se edificó la Iglesia. El apóstol Pablo lo dijo en 1 Corintios 3:11: «Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo». Pedro también llamó a Jesucristo ‘la piedra angular’ sobre la cual su iglesia sería constituida. La obra todavía no ha sido terminada, por eso debemos seguir creciendo como el templo viviente del Señor y cada uno de nosotros, como piedras vivas, ser el templo permanente para Dios en el Espíritu, que está presente cada vez que nos congregamos. Nuestro deber es revelar la presencia y la gloria de Dios al mundo. Oración.
Señor Jesucristo, tú que eres la cabeza de la iglesia, te pido que todos los creyentes del mundo seamos fortalecidos en lo más íntimo de nuestro ser, para que comprendamos toda la dimensión de tu amor revelado por tu sacrificio en la cruz y que ahora nos permite estar unidos en un mismo Espíritu, en un edificio espiritual que tú construyes cada día en esta tierra, para manifestar tu amor y tu presencia al mundo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 29 de enero de 2020

Mantener el vínculo de la paz


Mantener el vínculo de la paz

“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”, Efesios 4:1-3
Si pertenecemos a una sociedad, tenemos tanto deberes como derechos, y tenemos la obligación de vivir conforme a las normas establecidas en ella. Igualmente, cuando entramos en comunión con la iglesia de Cristo debemos vivir la clase de vida que corresponde a un verdadero hijo de Dios, andando conforme al llamado que Dios nos hizo.
Ser dignos de ese llamado implica cultivar ciertas virtudes en nuestro corazón que nos lleven a mantener la unidad en el Espíritu y a estar enlazados mediante la paz. Se nos invita a ser humildes y amables, mansos de espíritu, pacientes, tolerantes por amor.
En la antigüedad se consideraba la humildad como una cualidad cobarde, servil e innoble; pero cuando Jesús vino a la tierra, la colocó por encima de todas las virtudes. La humildad nos lleva a reconocer nuestra propia indignidad, a vernos tal como somos con todas nuestras debilidades y nuestro egoísmo. Por eso, necesitamos el ejemplo de Cristo, que se despojó a sí mismo de su deidad y vestidura real para hacerse un simple hombre y poder alcanzarnos.
A veces como cristianos nos falta la mansedumbre, que es la misma amabilidad y cortesía, en nuestro trato con otros. El que tiene esta cualidad vive totalmente bajo el control de Dios y somete todos sus instintos y pasiones a Él, de manera que no se deja dominar de ningún sentimiento, sino que es manso frente a cualquier circunstancia.
La paciencia es el espíritu que soporta los insultos y las injurias sin amargura ni queja. Es el fruto del Espíritu que puede soportar a las personas molestas con cortesía, y sin irritarse. Dios es paciente, lo dice varias veces en su Palabra, por eso nos dio la oportunidad de arrepentirnos y acercarnos a Él.
Y no podemos dejar de hablar de la virtud que encierra las otras tres, el amor. No es el amor humano egoísta y calculador, es el amor cristiano ágape que se da sin condición. Es la habilidad de mantener una buena voluntad con los que no la tienen con nosotros, ni son amables, ni nos gustan, es el amor que busca siempre hacer el bien.
Todas estas virtudes nos llevan a la paz, a una debida relación con otras personas y a la unidad. ¿Qué comportamiento o actitud tenemos que cambiar? ¿En qué situación debemos ser más tolerantes? ¿Con quién debemos desarrollar más paciencia? ¿Qué necesitamos para soportar a los demás con amor y crear vínculos de paz?  Oración.
Señor Jesucristo, he entendido que debo morir a mi yo, y permitir que tú vivas a través de mí, sólo así podré vivir de una manera digna a tu llamado y desarrollar las virtudes de tu carácter, como la humildad, la mansedumbre, la paciencia y el amor que necesito en mi trato con los demás. Lléname del fruto de tu Espíritu para poder lograrlo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 28 de enero de 2020

El Señor me ha dado lo que necesito


El Señor me ha dado lo que necesito
“Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en un número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían”, Juan 6:8-11
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”, 2 Corintios 12:9
A veces pensamos que no tenemos nada que ofrecer a Dios, pero Él no necesita de grandes cosas para usar nuestra vida para su gloria, sólo necesita un corazón dispuesto. No sabemos lo que Dios es capaz de hacer cuando le entregamos lo que tenemos, nuestra insignificante vida, nuestro talento, nuestra habilidad, nuestro don, nuestro tiempo e incluso nuestros faltantes.
Recordemos cuando Dios le ordenó a Moisés liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, Moisés sacó excusas para evadir la responsabilidad, diciendo que no sabía hablar, que no era nadie para que el pueblo le hiciera caso, prácticamente le dijo a Dios ‘no tengo lo que necesitas’. Hasta que en Éxodo 4:2 le habla: “Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara”. No necesitaba más. Esa vara era la vara de pastor, representaba la autoridad que Dios le daría delante de su pueblo, con esa vara haría grandes demostraciones del poder de Dios.
Moisés no entendió sino hasta el momento en que la usó, todo lo que el Señor haría con una simple vara: señales y milagros, abrir el mar, sacar agua de la roca, derrotar a los enemigos que enfrentaba, etc. Quizás como Moisés todavía no nos damos cuenta que tenemos todo lo que necesitamos para lograr lo que Dios ha dispuesto a través de nosotros. El pastorcito David con una honda y una piedra, derrotó al gigante Goliat que lo superaba en fuerza y en estrategia militar, porque sabía que Dios era su respaldo y nunca dudó de esto.
¿Qué hay de ese sueño, esa meta o ese proyecto que no hemos podido lograr porque nos ha faltado la fe para empezar? No necesitamos una fe demasiado grande, sólo necesitamos creerle a Dios. Recuerda estas palabras: “Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” Mateo 17:20
Si empezamos a caminar en fe con lo que tenemos Dios multiplicará las cosas, dará oportunidades, abrirá las puertas que necesitamos y hará algo extraordinario a través de nuestras vidas e inclusive se glorificará en nuestras debilidades.
¿Qué tenemos en nuestra mano, en nuestro corazón o en nuestra mente para entregarle hoy al Señor? ¿Qué talento, habilidad o don tenemos escondido? El Señor sólo está esperando que se lo presentemos en sus manos y Él hará el resto. Oración.
Señor Jesucristo, dame la fe suficiente para creer que puedes usar mi vida para manifestar tu gloria. Pongo a tu disposición todo mi ser, lo poco que tengo, mis talentos, habilidades, dones y mi tiempo, para que te siervas de ellos. Aun mis debilidades y falencias para que repose sobre mí tu poder. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 27 de enero de 2020

Como ovejas sin Pastor


Como ovejas sin Pastor

“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto. Pero muchos los vieron ir, y les reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a Él. Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas”, Marcos 6: 30-34
Jesús y sus discípulos querían descansar después de una larga jornada y no pudieron. La multitud los siguió hasta el lugar donde querían apartarse para el descanso. Nosotros en esa situación nos hubiéramos molestado muchísimo porque estarían invadiendo nuestra privacidad, pero Jesús se conmovió y tuvo misericordia, olvidándose de su propia necesidad, se concentró en la necesidad de la multitud, sintió compasión por ellos al verlos tan desamparados que parecían ovejas sin pastor.
En el mundo, las personas están desesperadas en sus conflictos, necesitadas y andan errantes como ovejas perdidas.
Una oveja sin pastor no puede encontrar el camino. Esa es la realidad de la vida, sin Dios fácilmente nos perdemos y andamos confundidos y sin rumbo. Sólo cuando encontramos a Cristo encontramos el camino y su guía para seguir.
Una oveja sin pastor no puede encontrar pastos y aguas. Buscar el sustento para vivir agota nuestras fuerzas, la vida se hace dura cuando sólo dependemos de nosotros mismos y siempre estaremos insatisfechos. Sólo podemos encontrar lo que necesitamos cuando nos acerquemos a Cristo, porque Él es el pan de vida, el que satisface toda necesidad, el que llena nuestros vacíos interiores, el que calma nuestra sed y hambre espiritual.
Una oveja sin pastor no puede defenderse del peligro. La vida nos enseña que no podemos vivir solos. Sólo caminando con Jesús, nuestro Pastor, podemos andar por el mundo y librarnos del mal, Él es nuestro defensor y nuestro refugio.
Jesús es el Pastor por excelencia, nos conoce y nos llama por nuestro nombre, nos da su amor sin condición, para que en su presencia podamos recargar nuestras energías y renovar nuestra fuerza espiritual. Podemos recibir nuevas fuerzas si buscamos su presencia con tranquilidad y a solas. Recordemos Juan 10:9 “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
Si nos sentimos como ovejas errantes sin pastor, es el tiempo de escuchar la voz de Jesús, nos conoce y quiere que le sigamos, para tener una relación personal y eterna con Él, porque nadie nos podrá arrebatar de su mano. Juan 10:27-28 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
Como creyentes que hemos entrado ya al redil (la iglesia), tenemos que sacrificar nuestro descanso y comodidad como lo hicieron Jesús y sus discípulos, para ir a buscar las ovejas perdidas y llevarlas a Cristo, Él es el único que puede saciar el vacío de sus almas. Oración.
Gracias Jesús porque tuviste compasión de mí cuando andaba errante, como oveja perdida, me llamaste por mi nombre y me invitaste a tu redil para ser mi Pastor. Quiero permanecer en comunión contigo y escuchar tu voz cada día, seguirte y encontrar pastos de descanso y fuentes de agua para calmar mi sed. Gracias por ser mi refugio seguro y mi protector. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 26 de enero de 2020

Fortalecidos con poder interior


Fortalecidos con poder interior

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”, Efesios 3:14-19
  Esta intercesión de Pablo, para fortalecer a los creyentes, es lo que deberíamos anhelar no solo para nosotros mismos sino para toda la iglesia de Cristo. No es una oración pastoral ligera donde se piden pequeñeces, es una oración donde se piden bendiciones espirituales para que la iglesia se fortalezca en el poder del Señor.
Cuántos quisiéramos empezar nuestras oraciones como Pablo, doblando rodillas ante el Padre, asumiendo una actitud humilde al interceder por otros. Esto sólo lo hacen los guerreros espirituales cuando ocupan un lugar en la batalla espiritual. Una oración dirigida al Padre como nos enseñó Jesús, donde no hay intermediarios y a quien describe como “de quien toma nombre toda familia en los cielos y la tierra”. El Padre da su nombre a los que le pertenecemos, somos su familia, lo cual enfatiza la íntima relación que existe entre Dios y nosotros sus hijos, que fuimos adoptados en Cristo y cobijados por su gracia, además que tenemos el absoluto derecho de entrar a su presencia.
Una oración está fundamentada en las riquezas inagotables de Dios, en todas las bendiciones del cielo y que se resumen así: fortalecidos con poder, arraigados y fundamentados en amor conociendo el amor de Cristo y llenos de toda la plenitud de Dios. Cuánto necesitamos ser fortalecidos con el poder del Espíritu Santo para vivir la vida cristiana ya que todos los días enfrentamos una batalla espiritual entre nuestros deseos humanos y lo que el Señor quiere. Cristo gobernará en nuestros corazones en la medida en que confiemos en Él y echaremos raíces profundas en su amor que nos mantendrá fuertes.
Experimentemos su amor incluso cuando sea demasiado grande para comprenderlo y así seremos completos con toda la plenitud de vida y de poder que proviene de Dios. ¿Qué más podemos anhelar? Es una bendición múltiple de la Trinidad para nosotros: poder interior por el Espíritu, raíces en el amor de Cristo y llenura de la plenitud de Dios, eso es todo lo que necesitamos para mostrar al mundo quién es Dios. Oración.
Amado Padre, que tu Santo Espíritu vigorice mi vida, active tu poder y renueve continuamente mis fuerzas para seguir adelante. Que el Espíritu vivo de Cristo, esté interiorizado dentro de cada creyente y fortalezca la iglesia con tu poder, con tu inmenso amor y tu Plenitud, para que seamos un reflejo de ti en este mundo que tanto te necesita. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 25 de enero de 2020

El anhelo de Dios es mostrar su bondad


El anhelo de Dios es mostrar su bondad
 “Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca”, Lamentaciones 3:25
“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían”, Nahúm 1:7
El Señor es bueno con los que dependemos de Él, con los que lo buscamos. Su amor es fiel e inagotable, es eterno por eso prolonga cada día su misericordia sobre nosotros, en medio de los problemas nos sostiene y permanece fiel.
Dios es bondadoso, es uno de sus más grandes atributos, en Él no hay maldad, ni malas intenciones y muy a pesar de nosotros, que somos engañosos e infieles, es lento para airarse y grande en misericordia. Su anhelo hacia nosotros es mostrar su bondad. Isaías 30:18 dice “por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en Él”.
Aunque nos cueste trabajo entenderlo Dios desea bendecirnos y derramar su bondad. No solo fue a la cruz para salvarnos y perdonarnos sino para bendecirnos. Pablo oraba continuamente para que los creyentes entendieran esto y que el Señor siempre actúa a nuestro favor. Como dice Romanos 8:31 “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”.
Pablo decía que por esta causa doblaba rodillas para que los cristianos comprendieran la herencia de las promesas, las riquezas de su gloria y el inagotable amor de Cristo. Efesios 3:18-19 “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.
Él está obrando a nuestro favor y aquel que comenzó su buena obra en cada uno de nosotros no descansará hasta ver la victoria en nuestra vida, hasta que brillemos como el amanecer y nuestra salvación sea como una antorcha encendida, siendo luz para este mundo. Así dice Isaías 62:1 “Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación sea encienda como una antorcha”. Oración.
Gracias Padre amado por darme la bendición de vivir tu amor, que es la esencia de la más grande plenitud, gracias por tu bondad, por ser mi fortaleza en los días malos y por qué conoces mi corazón que busca confiar cada día en ti. Tu misericordia trae a mi vida seguridad y paz y sé que suples todo lo que necesito porque cuidas de mí. Nunca fallarás. Amén.           Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 24 de enero de 2020

Sosteniéndose como viendo al Invisible


Sosteniéndose como viendo al Invisible

“Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”, 2 Corintios 4:16-18
Donde colocamos nuestra mirada determina nuestra fe. Si colocamos la mirada en las dificultades de la vida veremos nuestro futuro sombrío y sin propósito, pero si colocamos nuestra mirada en Dios, nos daremos cuenta que no estamos solos, que tenemos al todopoderoso, al grandioso Dios en nosotros y a nuestro lado, entonces veremos su gloria sin importar cuál sea la situación. Fijar la vista en las cosas de Dios, es colocarla en lo que permanece para siempre.
Es inevitable que nuestra vida se vaya desgastando con el pasar de los años, como también es un desafío, seguir creciendo y fortaleciéndonos interiormente, cuando los años avanzan. Los sufrimientos pueden debilitarnos físicamente pero también moldean y fortalecen nuestro carácter. Por eso, mientras nuestra vida física es un deslizamiento hacia la muerte, nuestra vida espiritual debe ser una constante escalada a la cima que nos conduce a Dios, de ahí, que no debemos temer a los años pues nos vuelven cada día a Dios.
Lo que padecemos aquí en esta tierra es insignificante comparado con la gloria eterna y el gozo de estar en la presencia de Cristo, esta es la razón por la cual no debemos fijar nuestro ojos en las cosas temporales que vemos, sino en las eternas que no vemos. Viviremos satisfechos con lo que Dios nos ha dado aquí y estaremos con la esperanza de retornar a nuestro hogar celestial.
Como dice hebreos 11:27 “Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible”. Mirando al Invisible no deberíamos estar ansiosos por el futuro ni preocupados por el mañana, pues Él tiene el control y está guardando nuestro destino en sus manos. Podemos descansar y confiar porque tiene lo mejor para nosotros.
Así es como el creyente, el siervo de Dios; puede caer en el desánimo, pero con la ayuda de Dios, vuelve a levantarse para continuar. Oración.
Señor Amado Jesús, quiero colocar mis ojos en ti que eres el autor y consumador de mi fe. Sé que es fácil desmayar cuando me enfrento cada día a los problemas de esta vida, pero recuérdame no rendirme, ni disminuir en mi fe, quiero concentrarme en experimentar la fortaleza interior que proviene de tu Santo Espíritu. No permitas que el dolor o la fatiga me lleven a abandonar el propósito por el cual me escogiste. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 23 de enero de 2020

¿Cómo recibo la enseñanza espiritual?


¿Cómo recibo la enseñanza espiritual?
“¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados?, ¿a los arrancados de los pechos? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír. La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos”, Isaías 28:9-13
Dios nos quiere instruir con su Palabra, porque es para todos, el problema es cuando no queremos recibir la enseñanza. Esto le pasó al pueblo de Israel, no quisieron oír la voz del profeta Isaías que les trasmitía las instrucciones de Dios y llegó a profetizarles que los asirios les enseñarían de una manera que no les gustaría. Las consecuencias de su desobediencia a Dios traería perdición a su pueblo.
Cada vez es más difícil compartir las verdades espirituales, la mayoría de las personas, incluyendo a algunos creyentes, ignoran la Palabra de Dios que nos fue dada como una lámpara que ilumina el camino y como una lumbrera que alumbra nuestro caminar, como dice el Salmo 119:105. Es el manual de instrucciones dado por Dios para que seamos felices y crezcamos espiritualmente. La enseñanza es una obra lenta, paciente y continua que cuando se toma en serio transforma la mente humana y le permite cambiar su manera de vivir.
Isaías, le habla al pueblo como a niños recién destetados que necesitan ser instruidos lentamente en todo. Dice Isaías 28:13 “La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos”. Dada de una manera tan minuciosa hasta que traiga a su pueblo al quebrantamiento, al arrepentimiento, y sean enlazados y presos en sus palabras.
La Biblia hay que tomarla en serio y no hay atajos para crecer espiritualmente, demanda estudio, perseverancia y paciencia para escudriñarla poco a poco. Nos exige un esfuerzo diario pero es la única forma de conocer a Dios y su plan divino para nosotros.
Cuando no perseveramos en el conocimiento de la Palabra, caemos fácilmente en apostasía, negamos nuestra fe, nos alejamos paulatinamente de la presencia de Dios, perdemos nuestra adoración y toda comunión. Hemos olvidado que el Espíritu Santo es nuestro “Ayudador” y nos fue dado para enseñarnos las Escrituras, iluminando nuestras mentes a las revelaciones escritas de Dios.
Recordemos que: “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” 2Timoteo 3:16. Se hace entonces necesario que se nos repita a menudo para poder entenderla mejor y para vivir en íntima comunión con Dios.    Oración.
Señor Jesucristo, gracias por tu Palabra, que me ha limpiado y ha renovado mi mente, anhelo seguir estudiando cada día, por favor Señor dame la perseverancia para que en este nuevo año pueda leerla totalmente. Llévame de tu mano Espiritu
Santo, se mi guía y mi maestro. Quiero crecer espiritualmente, conocer más de Dios y ser un instrumento para enseñar y edificar también a otros. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 22 de enero de 2020

Nuestro testimonio debe ser público, no encubierto


Nuestro testimonio debe ser público, no encubierto

“Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz”, Lucas 8:16-17
Este pasaje habla del carácter visible de la vida cristiana. ¿Ven las otras personas nuestra fe o la ocultamos para que nadie se dé cuenta que somos diferentes? Aunque nos resulte difícil confesar que pertenecemos y le servimos a Cristo, no debemos considerar hablar de Él como un deber sino como un privilegio y nunca debemos avergonzarnos de ser cristianos. El Señor nos dice en Mateo 10:32 “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos”.
Cuando encendemos una lámpara es para que la luz se vea, por eso es tan importante que la luz de Cristo que está en nuestros corazones alumbre a las personas que nos rodean. Cuando vivimos su Palabra, somos luz en medio de las tinieblas. La luz viene a nuestra vida por las enseñanzas de Cristo, que han sido sembradas en nuestro interior y que deben salir para ser conocidas, entendidas y expresadas claramente a través de nuestro testimonio.
No podemos ocultar lo que somos, por eso la condición de nuestro corazón es revelada frente a la luz de Cristo. Podemos tratar de ocultar alguna cosas a nosotros mismos, hacernos los ciegos frente a ciertas acciones y hábitos que conocemos. A veces podemos tratar de ocultarle cosas a los demás para que no vean lo que somos o hacemos, pero la Palabra es clara cuando nos dice que no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, tarde o temprano seremos descubiertos.
Más triste es cuando tratamos de ocultarle las cosas a Dios, es algo imposible porque Él conoce los secretos más profundos de nuestro corazón, como dice el Salmo 44:21. Esconderse de Dios como lo hizo Adán cuando pecó es una utopía, jamás podremos huir de su presencia, pues Dios lo ve todo.
Un creyente feliz es aquel que no tiene nada que ocultar, sino que anda como la luz del día, mostrando su integridad y glorificando a Dios con todo lo que hace. Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Cuando la luz de Jesús ilumine de verdad nuestras vidas tendremos la responsabilidad de brillar en todo lugar para ayudar a otros. ¿Qué impide que lo hagamos? Oración.
Señor Jesucristo, gracias por tu Palabra que es la luz que alumbra mi vida y me enseña cómo andar en este mundo. Quiero que reveles la condición de mi corazón, que me muestres qué debo cambiar, qué tengo que corregir para poder ser testimonio de tu luz, de tu amor y brillar en la vida de las personas que me rodean. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 21 de enero de 2020

La presión siempre saca lo que tengo dentro


La presión siempre saca lo que tengo dentro
“Y Él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”, Lucas 22:41-44
Getsemaní significa “molino de aceite”. Había en ese huerto olivos de los cuales se extraía aceite. La tercera parte de la pulpa de la aceituna es aceite. Por esta razón, desde la antigüedad se ha extraído fácilmente con una simple presión ejercida por un molino. Las aceitunas se someten a una primera presión con el objeto de extraer su zumo.
Se puede decir que Jesús se sometió a la prensa de Getsemaní y en su agonía destiló puro amor y se atrevió a decir sí a la voluntad del Padre y se dispuso a ir a la cruz para redimirnos, amor que brotó a través de la piel de Jesús en forma de grandes gotas de sangre que fue suficiente para perdonar nuestros pecados, quitar toda la barrera que nos separaba del Padre, darnos vida eterna y cambiar nuestro destino. La salvación del mundo dependía de su decisión.
A veces hay situaciones que nos someten a presión. La pregunta es: ¿qué sale de nosotros cuando somos sometidos a la prensa del sufrimiento? ¿Sale decepción, rabia, frustración, odio, ira? ¿Cuál es nuestro Getsemaní? Getsemaní es la oportunidad para ver qué tenemos dentro y sólo el Espíritu santo puede ayudarnos a soportar y a sacar lo mejor de nosotros, el amor, el perdón, la paz y aun el gozo en medio de las tormentas de la vida. Si somos capaces de amar a los que nos afligen de la manera como Cristo lo hizo, será algo tan poderoso que podremos transformar todo a nuestro alrededor.
Debemos aprender de Jesús a llevar nuestro sufrimiento a la presencia del Padre y orar hasta tener paz, Él fue a Getsemaní a oscuras y salió con luz porque había orado al Padre con intensidad, fue en agonía y salió en victoria porque tenía una confianza perfecta en la voluntad de Dios, se sometió al amor que no lo abandonaría y que lo reafirmaría para cumplir su misión. Sólo un amor así nos puede hace seguir adelante y no desmayar, sólo un amor así saca lo mejor de nosotros en los momentos de agonía. Cada persona tiene su propio Getsemaní, y cada persona tiene que aprender a decir: “Hágase Tu voluntad” Oración.
Amado Jesús, ayúdame a recordar que tu amor siempre está conmigo porque ha sido derramado en mi corazón por tu Santo Espíritu. Que en los momentos de presión y angustia pueda destilar lo mejor de mí para bendecir a otros con tu amor y darte a conocer. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 20 de enero de 2020

El secreto de la fortaleza espiritual


El secreto de la fortaleza espiritual

“Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”, Isaías 30:15
El secreto para la fortaleza espiritual se revela en estos renglones: «En quietud y en confianza será vuestra fortaleza.» En el hebreo la palabra quietud significa reposo y es estar en calma, relajado, libre de toda ansiedad, tranquilo independientemente de lo que esté pasando en nuestras vidas.
El verdadero valor de la fortaleza debe revelar nuestra confianza en Dios. Muchos de nosotros no tenemos este tipo de quietud y confianza porque vivimos en los afanes de la vida, corriendo de un lado para otro, tratando de conseguir nuestras cosas, dinero, posesiones y placeres a costa de la tranquilidad de nuestro espíritu, estamos tan sumergidos en las presiones de este mundo que olvidamos estar en la presencia del Señor y descansar en Él.
Todo sería más sencillo si entendiéramos que Dios es la fuente de todo y nuestras luchas serían más fáciles si tan sólo confiáramos en su poder. Si caminamos en justicia, nuestras vidas darán como fruto un espíritu calmado, quietud de corazón y paz con Dios. Gozaríamos más de la bondad y de la justicia de Dios como dice Isaías 32:17-18 “Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo”.
1 Pedro 3:4 dice: “sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. Pedro habla del ornato de un espíritu afable y apacible que es del agrado del Señor, este espíritu no tiene que ver con la personalidad ni el temperamento, este espíritu manso sólo puede ser puesto por el Espíritu Santo cuando confiamos plenamente en el Señor en todas las cosas, cuando entendemos que no hay ningún asunto que nuestro Padre no pueda resolver y ninguna batalla que Él no pueda ganar por nosotros.
Él quiere que le confiemos todos nuestros asuntos: salud, familia, trabajo, futuro, etc. Que vivamos en quietud, confianza y reposo. Oración.
Amado Señor, quiero volverme a ti de todo corazón, cúbreme con tu manto de paz, dame la quietud y el descanso que mi alma necesita en medio de todo lo que estoy enfrentando. Espíritu Santo, dame la fortaleza en la medida que deposito todas mis necesidades en las manos de Dios, confío en su poder y descanso dejándole los resultados a Él. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 19 de enero de 2020

¿En momentos de crisis en quién confías?


¿En momentos de crisis en quién confías?

“¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, ¡añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto”, Isaías 30:1-2
 “¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová! Esta es una queja de Dios donde manifiesta una profunda tristeza por sus hijos que se han alejado de Él y han entrado en rebeldía al no tomar en cuenta su consejo en los momentos de crisis.
“Cobijarse con cubierta” implica buscar la solución por nuestra cuenta, hacer planes bajo nuestros criterios y no consultar lo que Dios dice en su Palabra al respecto. Cambiamos nuestra confianza en Él para apoyarnos en otras personas y cosas, dejando de recibir su dirección. En otras palabras, descansamos en el brazo de carne y no en el brazo fuerte de Dios; esto trae como consecuencia más pecado a nuestra vida. Recordemos lo que dice Jeremías 17:5 “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová”.
Pensamos que rebeldes sólo son aquellos que no conocen a Dios ni a su Palabra y viven a su manera, pero la realidad es que cuando no obedecemos a Dios siendo sus hijos y actuamos por nuestra propia cuenta estamos en rebeldía y esto le causa mucho dolor en su corazón.
Debemos confiar en Dios en cualquier situación por insignificante que sea y su Palabra nos invita a eso: “Porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé.» Salmo 57:1. Dios actúa de maneras que van más allá de las nuestras y aunque no las entendemos Él obra sobrenaturalmente a través de nuestra obediencia a su Palabra, por fe, aunque las circunstancias sean difíciles.
El Señor es muy claro cuando nos advierte que confiar en otros dioses o en otras personas nos llevará al sufrimiento y la confusión, como a su pueblo Israel que quiso esconderse bajo la sombra de Egipto cuando estaba amenazado por Asiria y esto trajo graves consecuencias a la nación.
¿En los momentos de dificultad bajo quien nos cobijamos? ¿Escucharemos hoy un ¡Ay! de nuestro Padre? ¿Nos resistimos a su dominio y total autoridad en nuestras vidas o decidimos refugiarnos bajo la cubierta de su Espíritu, confiar en su fidelidad y dejar que Él nos ayude?  Oración.
Amado Dios, hoy quiero pedirte perdón por no confiar completamente en ti, por dejar de mirarte y colocar mis ojos en otras personas o cosas, tratando de resolver mis problemas. Quiero llevar delante de ti todas mis situaciones grandes y pequeñas para entender que siempre estás dispuesto a ayudarme, necesito tu dirección y tu consejo en cada área de mi vida, depender de ti y descansar en tu fidelidad. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 18 de enero de 2020

Enamórate de Dios


Enamórate de Dios
  “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”
 Anhelas estar cerca de Dios, pero te sientes lejos, algo le falta a tu relación con Dios, es porque que hace falta enamorarse de Dios.
El estar enamorado trae consigo acciones, la necesidad de estar cerca del ser amado, de agradarle, hay alegría y satisfacción de poder compartirlo todo.
El amor de Dios es lo más constante que existe, a Él no le hace falta enamorarse de ti, porque él siempre está amando, su amor es eterno. La necesidad de enamorarse está en ti, en corresponder a tanto amor, en cultivar esa relación con Él, en tener un acercamiento real, íntimo y personal.
Es necesario llegar a conocer íntimamente a Dios para poder experimentar su amor, desear realmente su compañía, dejarse envolver en su presencia, olvidando todo lo que sucede alrededor, tener tiempo de calidad con Él, Buscad a Jehová y su poder, buscad su rostro continuamente.
Dios sigue estando ahí, su amor por ti no cambia. Él aún espera cada día ese encuentro contigo, a veces la soledad o esos extraños sentimientos de que algo falta es solo la necesidad de estar cerca de Él, es tu corazón que lo anhela.
Enamorarte de Dios, más que sentimientos, es una serie de acciones que alimentan tu relación con Él, estar interesado en hacer su voluntad, cumplir lo que Él desea, en buscarlo cada instante, mostrar agradecimiento, compartir tus sueños y una comunicación constante.
Tan grande es el amor de Dios, que a pesar de los errores que cometemos permanece intacto, pero no podemos olvidarnos de corresponder
, de cuidarlo, de hacer todo lo posible por mantenerlo en nosotros, que las circunstancias no te alejen, más bien sean oportunidades para demostrarle que confías y esperas en Él, aprovecha cada uno de tus días para demostrarle cuanto lo amas. Oración.
Amado Dios eres todo para mí, gracias por brindarme un amor puro, sin reservas, Dios eres mi esperanza, mi alegría, mi fortaleza, gracias por las cosas grandes que has hecho y harás en mi vida. Deseo con todo mi corazón acercarme más a ti, depender de ti cada día de mi vida, te entrego mi corazón, mi alma y todo mi ser. Te amo Señor Jesucristo. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 17 de enero de 2020

El gozo, resultado de la comunión con Dios


El gozo, resultado de la comunión con Dios
“Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”, 1 Juan 1:1-4
El apóstol Juan afirma con toda seguridad, como testigo presencial de los hechos tocantes a Jesucristo y nos habla acerca del propósito del mensaje del evangelio, el cual es traer comunión con Dios y gozo a la vida del creyente. Este mensaje tiene la intención de producir un verdadero arrepentimiento de los pecados, que crean en Cristo y así el Espíritu Santo haga su obra al convertirnos en nuevas criaturas y nos dé un gozo indescriptible como resultado del perdón, de la vida eterna y de la nueva condición como herederos del reino de Dios.
La fuente del gozo, está en la llenura del Espíritu Santo en nosotros, ese gozo que es más que un sentimiento de alegría, es un estado de regocijo y completa satisfacción que experimenta el creyente como efecto de su comunión con Cristo, de manera que aun en medio de las pruebas podamos encontrar descanso para nuestras almas.
Ahora, muchos afirman que podemos llenar nuestras necesidades con el amor de la familia, los logros académicos o laborales, la comodidad económica, la diversión y los placeres de este mundo, etc., pero esto nunca logrará satisfacerlas completamente, siempre faltará algo. La alegría del mundo es una emoción efímera del alma, desaparece fácilmente con las circunstancias de la vida. Sin embargo, el gozo del Señor es una experiencia que tiene su base en una realidad espiritual que es la reconciliación que el ser humano tiene con Dios por medio de Jesucristo.
hermano, el gozo del corazón depende de nuestra comunión con Dios y vivir en verdadera santidad e integridad. Oración.
Señor Jesucristo, muchas veces he perdido el gozo de mi corazón, porque he buscado la felicidad pasajera en logros terrenales y reconocimientos en este mundo, pues ahora enfocaré mi vida a buscar tu presencia y vivir en comunión contigo, lejos del pecado, y así poder disfrutar de todas tus promesas. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 16 de enero de 2020

Jesús dijo: aquel que me sigue y me sirve, mi Padre le honrará


Jesús dijo: aquel que me sigue y me sirve, mi Padre le honrará
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”, Juan 12:26
Servir a Cristo no es fácil, pues la naturaleza del ser humano espera gran recompensa cuando presta un servicio y además pretende que le sirvan y no servir; y así muchos, como Pedro al inicio, pareciese que seguir a Jesús es en vano. La Biblia registra: “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué, pues, recibiremos? Y Jesús les dijo: En verdad os digo que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. (Mateo 19:27-29)
Ser siervo de Jesús, demanda negarse a sí mismo y seguirle, y Jesús pidió que le siguiesen, pero Él se encaminaba hacia la cruz y es exactamente lo que luego Pablo dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gálatas 2:20). Esto se refiere: que los que son de Cristo han crucificado el viejo hombre con sus deseos y pasiones desordenadas, a fin de no servir más al pecado, sino agradar a Dios.
Seguir a Jesús es servirle para sus propósitos y planes. Si lo hacemos, no solo tendremos la recompensa del fruto eterno de almas que se salvan, sino también, el Padre nos honrará. Nos dará coronas y galardones en honor y gloria.
Hermano, sirvamos a Dios desde el lugar donde estamos, honrando a Dios con nuestra santidad e integridad. Oración.
Señor Jesucristo, tú venciste en la cruz, y allí quiero estar crucificando día a día mi naturaleza pecaminosa, viciada con los deseos y pasiones desordenadas para poder caminar en pos de ti, guardar tus mandamientos y servirte eternamente, sabiendo que la recompensa es de gran honra y honor. Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 15 de enero de 2020

Con Dios todo tiene sentido


Con Dios todo tiene sentido

«Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin».
A veces nos enfrascamos en la rutina diaria y pensamos que los días pasan sin sorpresas, sin nuevas expectativas, esto nos sucede cuando perdemos el norte y olvidamos que cada día para Dios tiene un propósito. Nos olvidamos de Dios, pero Él jamás se olvida de nosotros, aunque esté silencioso, está cuidándonos en silencio. Comprendamos que “todo tiene su tiempo”, este es el tiempo de plantar, edificar, abrazar, guardar, amar… Si alguna vez nos sentimos sin sentido, recordemos que nuestras vidas son de infinito valor para Dios y que su Presencia está siempre con nosotros cuidándonos. Descubramos en esa relación personal e íntima que tenemos con Dios cada día, cuál es su voluntad para nosotros, entonces sabremos que en las manos del Señor no hay vidas estériles, hay mucho que aprender y hacer. Cuando dejemos de pensar un poco en nosotros mismos y coloquemos nuestra mirada en los demás, entenderemos que cada día nos ofrece una oportunidad de servir y dar de lo que somos y tenemos. Es tiempo de amar, plantar, curar, edificar… no lo desperdiciemos. Oración.
Amado Jesús, ayúdame a encontrarle sentido a cada día de mi vida, entendiendo que separado de ti nada puedo hacer, gracias porque soy importante para ti y me has escogido para hacer tu voluntad en este mundo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 14 de enero de 2020

Mi gran Sumo Sacerdote: Jesucristo


Mi gran Sumo Sacerdote: Jesucristo
“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”, Hebreos 4:14-16
En el Antiguo Testamento nadie podía acercarse al trono de la gracia, solo lo hacía el sumo sacerdote en el tabernáculo, una vez al año, el día de expiación, pero antes, debía haber ofrecido sacrificio para cubrir sus propios pecados y los pecados del pueblo. Pareciera que muchos aún se han quedado en esa época donde requerían de un hombre con túnica para acercarse a Dios.
Hoy, el Señor Jesucristo es nuestro gran Sumo Sacerdote y así lo presenta el escritor de hebreos: “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús».
El corazón del hombre necesita de un mediador, así lo vemos en el clamor de Job cuando dice: «No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre nosotros dos». Job ansiaba tener un mediador entre él y Dios, que pusiera una mano en la mano de Job y su otra mano en la mano de Dios, para acercarlos. Cristo es ese único mediador, ese sacerdote por medio de quien cada creyente tiene un acceso personal a Dios Padre.
Jesucristo se convirtió en un Sacerdote cuando traspasó los cielos, Él sabe cómo nos sentimos, y nos comprende y está siempre disponible. Él supo lo que fue sufrir, sintió hambre, sintió aflicción y tristeza, hasta el punto que Jesús lloró. Así que puede identificarse con nuestras debilidades.
La Palabra nos anima a acercarnos confiadamente al trono de Dios. El trono simboliza autoridad y poder, y la gracia expresa el amor, la comprensión y la libertad de expresión.
Hoy, todos los creyentes hemos sido elegidos por Dios, la Biblia dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).
Hermano, cumplamos este propósito de Dios en nuestra vida para que podamos ser un ‘sacerdocio santo’ para Él. Oración.
Señor Jesús, has pasado al trono de la gracia, como el mayor sitio de poder y desde allí me tienes compasión como mi Supremo Sacerdote, pues te compadeces de mis debilidades y aflicciones porque tú las padeciste sin pecar. Ayúdame a acercarme confiadamente al trono celestial, para alcanzar misericordia y el oportuno socorro y así poder servirte en sacerdocio santo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 13 de enero de 2020

La gracia de Dios manifiesta


La gracia de Dios manifiesta

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”, Tito 2:11-13
Muchas personas creen que la gracia de Dios es únicamente el perdón de los pecados y por tanto los confiesan y, reciben una penitencia, para luego seguir pecando deliberadamente, no hay un genuino arrepentimiento y viven unas vidas legalistas, carentes del poder divino. Dice la Biblia: pues son “hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 1:4b)
Para algunos, el concepto de la gracia es difícil de entender, porque piensan que tienen que hacer algo más que creer para obtener la salvación. Cuando no se entiende el verdadero concepto, el hombre en su mente humana siempre tratará de ayudarse por medio de obras. El espíritu legalista sigue vivo en algunos grupos de creyentes, la religiosidad les atrae, se piensa que si no hay procesiones, ritos, ir de puerta en puerta y obras distintas, no es posible que haya salvación o relación con Dios. El apóstol Pablo nos habla en contra de dejar la gracia y volvernos a los débiles y pobres rudimentos que esclavizan.
Es verdad que vivimos en tiempos de gracia, pero como dijo Pablo: ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. La gracia de Dios más allá del perdón, significa “La influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida” [1]. Por tanto, la gracia de Dios se refiere específicamente al poder que Dios nos da para dejar de practicar el pecado y vivir una vida santa, día tras día.
Hermano, vivamos a plenitud la gracia de Dios dada a través de Jesucristo, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, esto tiene grandes bendiciones y promesas. Dios nos advierte en términos inequívocos: “no recibáis en vano la gracia de Dios” (2 Corintios 6.1b). Oración.
Padre Eterno, cuán abundante es tu gracia, es don divino, pues por gracia soy salvo por la fe en Jesucristo el Salvador. Ayúdame a vivir una vida en sobriedad, en justicia y compasivamente, esperando el glorioso regreso de Jesucristo. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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domingo, 12 de enero de 2020

El amor de Dios. Parte 2


El amor de Dios. Parte 2
 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”, Romanos 5:8
La palabra griega para un tipo más elevado de amor es la palabra ágape, es el tipo de amor que Dios tiene hacia su Hijo Jesucristo y la raza humana. Es un amor que se sacrifica, el amor que vemos en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”
La definición más completa de amor está en 1 Corintios 13:4-7 : “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”, y este es el amor de Dios, demostrado en la obra de Jesucristo en la cruz, el máximo amor, todo lo soportó por amor a nosotros, lo que nosotros merecíamos sufrir por nuestra maldad, Él lo padeció en la cruz. Pero, además, resucitó para luego derramar su amor en nuestro corazón por su Espíritu Santo, para que ahora podamos obedecer y hacer su voluntad.

Y ahora, este amor, es el que nuestro Señor Jesucristo manda a todos sus discípulos, es decir a nosotros, que debemos mostrar hacia los demás, incluso a los que nos persiguen o están en contra de nosotros (Lucas 6:35).
Este amor ágape siempre se muestra por lo que hace, puesto que Dios no simplemente ama, Él es amor (1 Juan 4:8). Todo lo que Dios hace, brota de su amor y demostró su pleno amor a través de Jesús, como dice la escritura: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) \» (Efesios 2:4-5), entonces ¿has experimentado este amor de Dios? Y si lo has experimentado, ¿Cómo demuestras ese amor?
Solo acercándote a la fuente de amor podemos conocer y amar a Dios, y a los demás. Oración.
Gracias Señor por tu amor, que me diste por medio de Cristo, aunque no era yo merecedor tú me amaste primero, quiero experimentar cada día tu amor demostrándolo también a los demás. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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sábado, 11 de enero de 2020

Corazones agradecidos


Corazones agradecidos

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”, 1 Tesalonicenses 5:18
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él.”, Colosenses 3:17
Jonás luego de ser sacado del vientre de la ballena (Jonás 2:9), Moisés al ver la liberación del pueblo de Israel (Éxodo 15:1-18), Ana al quedar en embarazo pese a que era estéril (1 Samuel 2), todos dieron gracias a Dios reconociendo su poder, su salvación, su soberanía y su gran amor. Estuvieron en los límites de la angustia, cerca de la muerte, pero al ver su mano salvadora, dieron gracias.
Aun en medio de la escasez o de la abundancia (Habacuc 3:17-19), de la tribulación, si todo está en nuestra contra, justo allí, un corazón agradecido abre las puertas de los cielos, recibe la ayuda del Señor (Salmos 34:1-10).
No hay confianza mejor manifiesta, que aquel que, en la dificultad, da gracias a Dios por medio de Jesucristo, porque sabe que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos (hebreos 11:19).
Por esto, nosotros debemos estar agradecidos en todo tiempo (Salmo 34:1) en todo lo que hagamos, porque al hacerlo, reconocemos a Dios presente en nuestra vida en todas las circunstancias, caminando con nosotros, porque somos su pueblo y Él nuestro Dios que habita en nosotros y anda en medio de nosotros (2 Corintios 6:16).
En este momento, pensemos en todo lo que tenemos que agradecer e iniciemos el día, ofreciendo a Dios, por medio de Jesús, acción de gracias, fruto de labios que confiesan su nombre (hebreos 13:15). Oración.
Gracias Señor por darme el regalo precioso de la salvación, por darme vida en abundancia, por cada día que me regalas y cada persona que colocas para mi formación y así poder amar con el amor que tú me amaste, cuando moriste en la cruz por mis pecados. Que mi corazón sea lleno de gracia y gratitud por todas tus bendiciones. Amén Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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viernes, 10 de enero de 2020

Manifestación de Dios


Manifestación de Dios

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.
Cuando Dios habla de manifestarse en nuestra vida, pensamos y anhelamos la bendición como resultado, o tal vez lo como el respaldo que Él nos puede dar en situaciones determinadas, o la solución de nuestros problemas o la satisfacción de las necesidades.
Todo esto es cierto y son ejemplos válidos de como Cristo se puede manifestar en la vida de toda persona que le ama. Sin embargo, la reprensión y la instrucción también son manifestaciones de Dios igual de importantes que la bendición y la provisión. Por medio de estas podemos corregir el camino, forjar el carácter, apartarnos de lo que hace daño o de lo que no dejará que logremos todo lo que Dios ha dispuesto en nuestro camino.
Las manifestaciones de Dios debemos verlas desde una perspectiva de enseñanza, porque todo tiene el fin de que aprendamos algo y que atesoremos para la vida, y terminada esa lección, iniciaremos el recorrido a la siguiente manifestación. Cada manifestación de Dios es única, diferente, especial y con un propósito, es resultado del gran amor que el siente por cada uno de sus hijos.
Hermano ¿Discierne las manifestaciones de Dios en su vida?  Oración.
Señor, permíteme tener una visión más amplia de lo que tu significas en mi vida y de que tu obrar es perfecta siempre. Quiero vivir confiado, obedeciendo tus mandamientos. Tú quieres lo mejor porque me amas y tus planes son perfectos. Gracias Señor. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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jueves, 9 de enero de 2020

Diferencias


Diferencias
“Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.”, Mateo 10:2-4
Simón era zelote (cananista) y Mateo recaudador. Los zelotes eran rígidos y celosos del judaísmo, no aceptaban a los recaudadores o publicanos. Se les recuerda por Masada, prefirieron morir con sus familias, antes que entregarse al ejército Romano. Por lo tanto, podrían Mateo y Simón continuar con sus diferencias y haberse enfrentado, pero Cristo les hizo dejar atrás sus diferencias, les enseñó a amarse mutuamente y los usó para su gloria.
Esto nos demuestra que, siendo diferentes o teniendo diferencias, tenemos la mejor oportunidad de demostrar amor y trabajar en equipo para una meta común: el anuncio del perdón de pecados y la salvación por medio de la fe en Cristo; pues amar a nuestros hermanos en la fe (Juan 13:35) y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, debe llevarnos a derrumbar el muro que colocan la diferencias, porque el amor no piensa solo en lo suyo propio, sino también en velar por los intereses de los demás (Filipenses 2:4).
De la misma manera, rompemos diferencias cuando seguimos el consejo de la Palabra de Dios, de que con humildad consideremos a los demás como superiores a nosotros mismos (Filipenses 2:3b).
Así también, hacernos siervos de nuestros hermanos, romperá muchas diferencias que quieren separarnos y ponernos en contiendas (Mateo 20: 26).
Qué contundente es sobrepasar las diferencias con el amor, la humildad y el servicio que Cristo nos dio en la cruz. Oración.
Señor, que a pesar de las diferencias que pueda tener con mis hermanos, pueda sobrepasarlas por amor a ti, que tu amor nos una y se superen las divisiones, se acaben los pleitos entre aquellos que somos tus discípulos, que el mundo nos conozca porque nos amamos los unos a los otros. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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miércoles, 8 de enero de 2020

¿Oras sin cesar?


¿Oras sin cesar?
“Orad sin cesar.”, 1 Tesalonicenses 5:17
El que sabe lo que tiene ora por lo que valora. Todo lo que Dios nos ha dado tiene alto valor, nuestro cónyuge, hijos, familia o amigos, son tesoros inestimables, nos duele si algo malo les pasa o si sufren. Si los tenemos en alta estima y de verdad nos interesa su bienestar, lo mejor que podemos hacer por ellos es orar, pidiendo sin desfallecer, con acción de gracias, teniendo en nuestra mente cada palabra, donde Dios promete protección (Salmo 91), ayuda en tiempos difíciles (Salmo 46:1), bendición y dirección en sus decisiones (Salmo 25). Así mismo, oramos para que progresen en todas sus ocupaciones, así como crece su alma (3 Juan Versículo 2) y aumenta su conocimiento de Cristo (2 Pedro 3:18), pues es la garantía de que alcanzaremos todos la madurez para mantenernos estables, reafirmados y con gran bendición, en todas las áreas de la vida (1 Tesalonicenses 5:23).
Es cierto que oramos para que les vaya bien y tengan todas las cosas necesarias para vivir, pero primeramente, debemos pedir por su bienestar espiritual y su crecimiento en la fe; a partir de que podamos conocer y amar al Señor y, lo demás será añadido.
Así que la pregunta que debemos hacernos hoy es: ¿oramos por nuestros familiares, amigos y semejantes, sin desistir? Oración.
Padre amado, en el nombre de Jesús, oro por mis familiares, amigos y todas las personas que me has colocado en mi vida, para que sean prosperadas en todas las cosas y principalmente para que sean llenos del conocimiento de tu gracia en Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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martes, 7 de enero de 2020

Llamamiento a una vida de santidad


Llamamiento a una vida de santidad

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”, 1 Pedro 1:13-16
Pedro escribe a los judíos expatriados, los cuales se hallan en tremenda persecución, y como buen pastor, delegado por Jesús para apacentar su grey, da los lineamientos para que lleven una vida santa y lo primero que les pide es afirmar el entendimiento como se ciñen los lomos a los cuales se les va a colocar una pesada carga.
Permanecer sobrios y entendidos en medio de los sufrimientos, no es nada fácil, porque siempre se toman las soluciones que primero se presenten, así no estén conformes a lo que Dios manda, pero la obediencia a prueba de fuego, nos mantendrá por completo en la esperanza de la gracia del regreso de Jesucristo.
En el Antiguo Testamento el pueblo escogido, tenía que ser puro antes de acercarse a Dios y estaban llamados a demostrar santidad ante otras naciones paganas que los rodeaban, pues solo un pueblo limpio y no contaminado, podría ser usado por Él para cumplir su propósito de redención del mundo, pero hoy en día, santidad y pureza no se oyen, ni se ven, porque siempre justificamos y maquillamos nuestros pecados, además consideramos que a Dios lo tenemos a mano y nos acercamos a Él desprevenidamente. Ser su pueblo, exige una forma de vida diferente a las demás personas del mundo, es estar separado del pecado, apartados para los propósitos de Dios.
Hemos sido rescatados, comprados con alto precio y adquiridos por Dios, no nos pertenecemos, sino que somos pertenencia de Dios, por lo tanto, hermano, no podemos hacer nuestra voluntad sino la de aquel que nos rescató. La Biblia dice: “Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.” (Levítico 20:26) Oración.
Padre Eterno, te ruego que las corrientes viciadas de este mundo no me contaminen y guárdame siempre en el hueco de tu mano, apartado del mal. Hoy ceñiré los lomos de mi entendimiento, seré sobrio y llevaré una vida de santidad en toda mi manera de vivir y ansiosamente espero la gracia de tu regreso. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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lunes, 6 de enero de 2020

Hacer tu voluntad endereza mi camino


Hacer tu voluntad endereza mi camino

 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas”, Proverbios 3:5-6
Con frecuencia nos agrada hacer nuestra voluntad, seguir nuestros pensamientos y llevar a cabo nuestros propios planes. Pero el corazón del hombre es engañoso (Jeremías 17:9). Nuestro propio consejo puede parecer sabio ante nuestros propios ojos, pero nuestra visión es limitada, y fácilmente nos acomodamos a los criterios de un mundo relativo en decadencia.
Hoy a lo bueno se le llama malo y a lo malo se le llama bueno, todo depende del cristal con que se mire. Pues la única persona que puede diferenciar correctamente entre lo bueno y lo malo es Dios, puesto que es Dios el juez sobre todas las cosas. Él es la persona que tiene un punto de vista superior a todos, y nos dice que sus pensamientos son superiores a los nuestros y su forma de actuar es superior a la nuestra, y Él es quien nos llama para enderezar lo torcido de nuestra vida.
Este Juez Sabio y bondadoso es quien nos invita a confiar plenamente en Él, y nos llama a conocer su Palabra y a actuar en fe conforme a sus instrucciones. Nuestro camino será derecho cuando obedezcamos lo que Él nos ordena, cuando aceptemos su guía y nos despojemos de nuestro orgullo y autosuficiencia.
Hermano, confiemos en Dios, reconozcámosle en cada aspecto de nuestra vida, pongamos nuestros ojos en Jesús, como el máximo ejemplo y que podamos decir: Que no se haga mi voluntad sino tu voluntad Padre Dios.  Oración.
Padre Amado, reconozco que mi orgullo es una desventaja, y va en dirección opuesta a tus planes para mi vida. Tú eres sabio y justo, conoces lo bueno y lo malo, y en tu bondad me miras con ternura y me amas de una forma personal, siempre quieres lo mejor para mí. Hoy confió plenamente en los dichos de tu boca y sé que mi camino será enderezado. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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