lunes, 3 de agosto de 2009

Rut 3


Rut 3 -

CAPÍTULO 3
Versículos 1-5. Las instrucciones que Noemí le da a Rut. 6-13. Booz reconoce su deber de pariente. 14-18. El regreso de Rut a su suegra.

Vv. 1-5.El estado matrimonial debe ser un descanso, tanto como pudiera serlo todo en la tierra, puesto que debe dejar fijo el afecto y establecer una relación para toda la vida. Por tanto, debe emprenderse con gran seriedad, con oración sincera pidiendo dirección, la bendición de Dios, y con sumisión a sus preceptos. Los padres deben aconsejar cuidadosamente a sus hijos en este importante asunto para que todo les salga bien a ellos y a sus almas. Recuérdese siempre que lo mejor para nuestra alma es lo mejor para nosotros.
El procedimiento que le aconsejó Noemí nos parecerá extraño, pero era conforme a las leyes y costumbres de Israel. Si la medida propuesta hubiera parecido mala, Noemí no la hubiera sugerido. La ley y la costumbre dieron a Rut, que ahora era prosélita de la verdadera religión, un derecho legal sobre Booz. Era costumbre que las viudas ejercieran ese derecho, Deuteronomio xxv, 5–10. Pero esto no se registra para que sea imitado en otras épocas y no tiene que juzgarse según las reglas modernas. Si hubiera habido algo malo en ello, Rut era mujer altamente virtuosa y sensata como para haberle prestado atención.

Vv. 6-13.Lo que sería inapropiado en una nación o una época, no siempre es así en otra época o nación. Siendo juez de Israel, Booz le diría a Rut lo que debía hacer; también si él tenía el derecho de redención, los métodos que debía adoptar y los ritos que debía usar para consumar su matrimonio con él u otra persona.
La conducta de Booz es digna de gran elogio. No intentó aprovecharse de Rut; no la desdeñó por ser una extranjera, menesterosa y pobre, ni sospechó que ella tuviera mala intención. Habló en forma honorable de ella como mujer virtuosa, le hizo una promesa y, en cuanto amaneció, la despidió con un presente para su suegra. Booz condicionó su promesa porque había un pariente más cercano que él, a quien correspondía el derecho de redención.

Vv. 14-18.Rut hizo todo lo correcto, debiendo esperar con paciencia los hechos. Booz, habiendo emprendido este asunto, se aseguraría de manejarlo bien. Mucha más razón tienen los creyentes verdaderos para echar sus cuitas sobre Dios, porque Él ha prometido ocuparse de ellos. Nuestra fuerza está en estarnos quietos, Isaías xxx, 7. Este relato puede estimularnos a que por fe nos postremos a los pies de Cristo: Él es nuestro pariente cercano; habiendo tomado nuestra naturaleza sobre sí, tiene el derecho de redimir. Procuremos recibir las instrucciones de Él: ¿Señor, qué quieres que haga? Hechos ix, 6. Nunca nos culpará de hacer esto inoportunamente. Deseemos y busquemos fervorosamente el mismo reposo para nuestros hijos y amigos, para que también les vaya bien.