jueves, 29 de septiembre de 2011

Obedecer por amor


Obedecer por amor

El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio.
1 Timoteo 1:5
El guardar un mandamiento debe surgir de un corazón amoroso. Es posible obedecer la ley por temor y tener miedo del castigo de Dios. Pero cuando se hace eso, en realidad no se obedece la ley de manera absoluta porque el temor no es el motivo bíblico de la obediencia. El temor puede hacer que usted se abstenga de hacer algo malo y su efecto puede ser bueno, pero su resultado es incompleto.
Algunos guardan la ley por interés egoísta. Creen que si llevan una vida moral, Dios los recompensará. Pero ese no es un motivo puro para la obediencia; es egoísta. Aunque pudiera abstenerse de hacer lo malo y hacer exteriormente cosas buenas, no tendrá usted una obediencia que resulta de una actitud de amor. El verdadero propósito de la ley es cultivar el amor de corazón. Así es que se cumple la ley.