El encuentro del Señor con los amigos de Daniel
“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó
apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados
dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He
aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir
ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” Daniel
3:24-25
Sadrac, Mesac y Abed-nego llegaron a Babilonia después que
Nabucodonosor sitiara Jerusalén y los llevara cautivos para servir en su corte,
estos jóvenes a pesar de estar en medio de una cultura y una sociedad muy
distinta a la suya, con costumbres y pensamientos diferentes a los suyos,
pudieron permanecer firmes en sus convicciones gracias a su fe, ellos nos dan
ejemplo de la importancia de tener claros los pensamientos pero sobre todo de tener
las creencia correctas acerca de Dios.
Frente a una situación tan difícil como la que tuvieron que
enfrentar, que era de vida o muerte, escogieron no adorar una estatua, ni un
dios pagano, porque sabían quién era su Dios, el Dios verdadero, por lo cual
fueron capaces de decir: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos
del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas,
oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que
has levantado” Daniel 3:17-18
Ellos tenían esta fuerte convicción pues creían al mandato
que el Dios verdadero les había dado a sus antepasados de no adorar a dioses
ajenos, lo cual nos deja ver el temor reverencial que tenían a Dios. Y
precisamente fue esta fe la que les permitió tener ese maravilloso encuentro
con Cristo pre-encarnado en el horno de fuego, pudiendo experimentar ahí la
protección y amor de Dios.
Esto nos debe llevar a reflexionar qué tan fuertes son
nuestras convicciones, pues en ocasiones no actuamos como lo hicieron estos
valientes jóvenes, sino que cedemos ante las tentaciones que se nos presentan.
De ahí la importancia de reforzar nuestra fe, que como dice la Biblia viene por
el oír la Palabra de Dios, para mantenernos firmes en nuestras creencias y así
poder ver la manifestación del amor de Dios en nuestras vidas (Juan 14:21). Oración.
«Señor Jesús permítenos regresar al primer amor, queremos ser
restaurados por ti, llévanos a ser sensibles a tu voz, y que por tu Santo
Espíritu creamos en tus Palabras, auméntanos la fe para obedecer sin vacilar
cuando tú nos hables, queremos experimentar la manifestación de tu amor en
nuestras vidas. Amén.