domingo, 6 de marzo de 2022

De la prueba a la abundancia

 


De la prueba a la abundancia

“Él es quien preservó la vida a nuestra alma, y no permitió que nuestros pies resbalasen. Porque tú nos probaste, oh Dios; nos ensayaste como se afina la plata. Nos metiste en la red; pusiste sobre nuestros lomos pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, y nos sacaste a abundancia.” Salmos 66:9-12

Podremos estar muchas veces en dificultades, en enfermedad, en problemas económicos, pero justo allí debemos confiar en el que guarda nuestra alma y no permite que nuestros pies resbalen.

Es evidente que escuchar acerca de “ser pasado por la prueba” no es motivo de gozo, como declara la escritura “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11), pero es inevitable pasar por dificultades; así que, lo que nos enseña la escritura es a tener la certeza que después de la dificultad, estando firmes en Cristo y en su Palabra, seremos bendecidos.

Cuando Dios nos promete que luego de la disciplina se obtiene un fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados, se refiere a restauración; significa que cuando pasemos por el fuego, Él estará con nosotros, sosteniéndonos, y al final podremos confiar en que seremos restaurados, porque el Señor sabe que sin restauración la disciplina no tiene sentido. Y al final de este proceso nuestro carácter es perfeccionado, porque nos identificaremos plenamente con Cristo, pues Él pasó por la dificultad más terrible por la que haya pasado alguien, pero menospreció la deshonra y la vergüenza pública de morir en una cruz, al mantener su mirada en la meta, nuestra salvación (hebreos 12:2).

Nuestro Dios es un Padre amoroso que a quien toma por hijo lo corrige para a la postre hacerle bien (Deuteronomio 8:16); si bendecirnos es su plan, entonces no tomemos la disciplina de Dios con tristeza o queja, sino que aprendamos a esperar en Él, porque sabemos, conforme esta promesa de hoy, que luego de que pasemos por el fuego y por el agua seremos sacados para abundancia.   Oración.

«Señor, estoy necesitado de ti; en medio de la dificultad, te pido mi Dios que fortalezcas mi vida, lléname de tu Espíritu para que, luego de pasar esta prueba, pueda poner en práctica la santidad, paz y justicia que tú me diste en la cruz. En el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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