viernes, 21 de febrero de 2014

Llevar frutos

Llevar frutos

El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto.
Juan 15:5

Teníamos un melocotonero en el traspatio, y un año tuvo muchísimos melocotones. ¡Tuvimos suficientes como para alimentar a todo el vecindario! Otro año, no pudimos encontrar ni un melocotoncito. Algunos cristianos pueden ser así, mostrando poca evidencia de ser de Dios; pero Dios quiere que crezcamos y produzcamos mucho fruto para su gloria.

El fruto que usted lleva es la manifestación de su carácter, y la única forma de que las personas sepan que usted es un hijo de Dios. Él quiere presentarse al mundo por medio de lo que produce en usted, de modo que su carácter está en juego en el fruto de usted. Él quiere que usted produzca mucho más de lo que puede producir el mundo o la carne.         Clases de frutos espirituales

Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra.
Colosenses 1:10

¿Qué clase de frutos glorifica a Dios? Filipenses 1:11 dice: "Llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios". La justicia, que es hacer lo bueno, es el fruto que Dios desea en nuestra vida. Cuando hacemos lo bueno, glorificamos a Dios; cuando hacemos lo malo, no lo honramos. El fruto es sinónimo de justicia.

Hay dos clases de frutos espirituales: el fruto de la acción, que consiste en dar, guiar a otros a Cristo y expresar gratitud a Dios, y el fruto de la actitud. Gálatas 5:22-23 describe el fruto de la actitud: "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza".

¿Cómo puede usted asumir las actitudes correctas? El versículo 25 dice: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu". Cuando le ceda al Espíritu Santo el control de su vida, Él impregnará su vida y producirá el debido fruto.