lunes, 31 de mayo de 2021

 

Tomar la cruz


“Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús”. Lucas 23:26

«Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24

Muchas personas interpretan la palabra “cruz” como una carga, cuando enfrentan una relación difícil, un trabajo ingrato, una enfermedad, un problema familiar y dicen muchas veces: “esa es la cruz que me tocó llevar”. Sin embargo, eso no fue lo que Jesús quiso decir cuando dijo: “Toma tu cruz y sígueme”.

En los tiempos de Jesús, la cruz representaba una muerte tortuosa, cargarla significaba llevar el instrumento de ejecución, enfrentándose a hacer el ridículo mientras caminaba al calvario; por eso, para Simón de Cirene no fue fácil, pues también se expuso a la burla y al vituperio del público que también lo miraba, ya que fue obligado por los soldados romanos a llevar la cruz.

“Toma tu cruz y sígueme” es estar dispuesto a morir para seguir a Jesús, morir a nosotros mismos, es un llamado a la entrega absoluta que implica renunciar a nuestra propia vida, abandono de amigos, a veces de la familia, de nuestra reputación ante otros, de nuestra carrera e incluso de la vida, porque en algunos lugares del mundo esto es una realidad.

Por eso cuando Jesús empezó a enseñarles a sus discípulos que iba a morir en manos de los líderes religiosos y de los gobernantes, su popularidad se hundió a tal punto que muchos de sus seguidores lo rechazaron, no fueron capaces de morir al deseo de un Rey terrenal que les diera la victoria sobre la opresión romana, la idea de un siervo sufriente no estaba en sus mentes y no estaban dispuestos a cambiar sus anhelos y planes por Jesucristo. Muchos no entendieron su misión en esta tierra sino hasta después de verlo resucitado.

Jesús hoy nos dice en Lucas 9:24 “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará”. Si nuestro compromiso es a medias, empezaremos a calcular el costo de seguirle y no estaremos dispuestos a tomar la cruz y crucificar nuestros propios intereses por Él.

Seguir a Jesús es fácil cuando la vida pasa sin problemas, cuando no nos tenemos que enfrentar a adversidades por causa del evangelio, por eso nuestro verdadero compromiso se pone a prueba en las dificultades, porque estas nos traen sufrimiento y pérdida. ¿Estamos dispuestos a tomar la cruz? Empecemos entonces con el compromiso de amar a Dios, cuando lo hacemos, es más fácil rendir nuestra vida a Él y ponerla al servicio de otros.  Oración.  «Señor, mi compromiso contigo es amarte y servirte, que significa tomar la cruz cada día, estar dispuesto a abandonar mis propios planes y todo lo que tengo, por tu causa. Sé que la recompensa cuando renuncio a mi propia vida vale el precio. Pero no quiero hacerlo por obligación sino voluntariamente, en una entrega absoluta a ti, en agradecimiento y amor por todo lo que has hecho por mí. Quiero poder decir sin vacilación como Pablo: “porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 30 de mayo de 2021

¡CONVENCEDLOS!

 


¡CONVENCEDLOS!

 “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.”, Santiago 5:19-20

“conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos.”, Judas 21-22

El conocimiento de Dios puede derrumbar toda mentira que quiera mantenernos esclavos y en derrota, con los argumentos de su Palabra podemos corregir nuestro camino y también enseñar a los demás a obedecer a Cristo (2 Corintios 10:5). Fácilmente nos podemos desviar de la verdad cuando nos dejamos convencer por argumentos sutiles de miedo y mentira que nos vende el mundo de hoy.

Así mismo, si en nuestra relación íntima con Dios vemos que un hermano se ha desviado, podemos restaurarlo con espíritu de mansedumbre, considerando que nosotros también podemos ser tentados y caer (Gálatas 6:1), podemos pasar por la misma situación de dificultad y duda, pero la Palabra de verdad nos hace regresar al camino, por tanto todos necesitamos de todos. Si no estamos dispuestos a restaurar ni a dejarnos corregir, mediante la escritura, es evidencia de ahí orgullo en nuestro corazón, que en oración debemos entregar a Jesús.

Permanecer en el amor de Dios implica tener sumo cuidado y atención por nuestros hermanos, ayudándonos a crecer; implica convencer al que está equivocado y se ha desviado del camino por medio de los argumentos del amor, teniendo en cuenta que nosotros podríamos también necesitar la misma ayuda en algún momento y así evitar un gran sufrimiento. Oración.

"Señor, guíame y lléname de amor por los demás para sacarlos de esa duda en la que alguna vez estuve sin ti, y dame el conocimiento para enseñarles el camino de Cristo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 29 de mayo de 2021

Lo que tengas es suficiente para Dios

 


Lo que tengas es suficiente para Dios

“Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas”. 2 Reyes 4:2-3

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”. Marcos 11:23

“Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” Mateo 6:6

Recordemos un poco esta historia en el Antiguo testamento, cuando el profeta Eliseo va donde una viuda que había quedado muy endeudada cuando su esposo murió, y estaba muy angustiada porque en ese entonces el acreedor se llevaría a sus dos hijos como siervos, ella acude al profeta Eliseo para que le ayude. Él le da una respuesta un poco inusual: “Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa”. “Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite”.

El profeta le da la orden de conseguir con sus vecinos muchas vasijas vacías y que luego, se encierre con sus hijos y empiece a llenar una a una todas las vasijas con el aceite que tiene. Cuando empezó a hacerlo en obediencia, el aceite comenzó a fluir y no cesó hasta que todas las vasijas estuvieron llenas. Esto debe dejarnos una gran enseñanza: Dios actúa y hace milagros en vasijas completamente vacías.

Preguntémonos entonces: ¿por qué a veces, a pesar de orar, no recibimos respuestas? Porque necesitamos vaciarnos de autosuficiencia, porque no podemos resolver el problema por nosotros mismos, de incredulidad, porque dudamos de lo que Dios es capaz de hacer en favor de nosotros; librarnos de prejuicios, de impaciencia, de miedos, y de todas esas actitudes que impiden que el Señor realice milagros en nuestra vida. A veces estamos tan llenos de tantas cosas que no hay espacio para que Él intervenga. Toda nuestra estrechez está en nosotros mismos, lo que falla es nuestra fe, no sus promesas.

Recordemos lo que dice Efesios 3:20 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Dios es suficiente para llenarnos, por eso tengamos cuidado de no limitar sus bendiciones por nuestra falta de fe y por la desobediencia.

Al Señor Jesús sólo le bastaron cinco panes y dos peces para alimentar una multitud. Su poder se desata cuando tenemos fe, cuando aprendemos a caminar, no bajo las circunstancias, sino bajo su gracia y lo único que necesitamos hacer es entregarle todo lo que tenemos y lo que somos, siendo obedientes. Entonces tendremos suficiente aceite, en otras palabras, tendremos la plenitud de Cristo en nuestra vida.   Oración.

«Señor Jesucristo, sin fe es imposible agradarte, por eso quiero entrar en lo secreto de tu Presencia para pedirte que quites mi autosuficiencia, incredulidad, temor, y todas esas actitudes que impiden que tú obres milagrosamente en mí, ayúdame a confiar en tus promesas y a obedecer tu Palabra. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 28 de mayo de 2021

Transforma nuestra vida

 

Transforma nuestra vida

“Palabra de Jehová que vino a Jere


mías, diciendo: ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre”., Jeremías 7:1-7

Cuando miramos este pasaje donde el Señor le pide a Jeremías que se pare en la puerta del templo y exhorte al pueblo a volver a Él, son palabras de reproche que ellos no quieren escuchar. Creen que sólo con asistir al templo físico ya están protegidos por Dios, pero en realidad, aunque han restaurado el lugar de adoración, no hay un verdadero cambio en sus vidas.

No podemos mentirle a Dios, nuestro cambio no puede ser externo y superficial, el Señor quiere un nuevo corazón para que le adoremos en Espíritu y en Verdad, en cualquier momento y en cualquier lugar. Como dice Ezequiel 36:26-27: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.

Los templos físicos son solo piedra y cemento, el verdadero templo es nuestro propio cuerpo y nuestra verdadera adoración es una vida transformada, donde nada ocupe el lugar de Dios, porque muchas veces seguimos adorando ídolos terrenales. De nada sirve asistir al templo, hacer cultos de adoración si no hay un verdadero retorno a Dios.

El Señor quiere arrepentimiento, no una religión sin compromiso personal con Él, quiere que dejemos nuestro estilo de vida pecaminoso y tengamos una verdadera renovación interior. Hoy es el momento de reflexionar si ir a la iglesia, cantar en el coro, enseñar en los ministerios, predicar o hacer la santa cena, se han vuelto sólo actividades vacías o si realmente las estamos haciendo para honrar a Dios.

Cuando se repite la frase “templo de Jehová” tres veces, es una manera de enfatizar lo que el Señor quiere decir, para que dejemos de confiar en nuestras palabras de mentira ya que la bendición y protección de Dios sólo vendrán cuando hagamos su voluntad y no la nuestra. Para recibir la bendición debemos actuar en justicia, haciendo lo bueno y correcto, lo que le agrada a Dios, amándolo a Él y a nuestro prójimo.

Recordemos Santiago 1:26-27 “Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”.

Claramente hay muchos que se escudan bajo una religión, haciendo sólo prácticas externas para ser vistos como piadosos, pero no tienen una genuina transformación en su corazón. Es lo mismo que nosotros como cristianos que podemos excusarnos diciendo que vivimos bajo la gracia, pero seguimos pecando deliberadamente.   Oración.

«Examina oh Dios mi corazón y mira si en él hay iniquidad, porque no quiero pecar contra ti, viviendo una doble vida. Si te he invitado a vivir en mí, es porque anhelo que seas tú el que gobierne mi vida, deseo solo adorarte con todo mi ser y cuidar mi cuerpo, templo de tu Santo Espíritu. Ayúdame a vivir en integridad, obedeciendo tus mandamientos. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 27 de mayo de 2021

Consejo de Dios: sabiduría e inteligencia

 


Consejo de Dios: sabiduría e inteligencia

“En los ancianos está la ciencia, y en la larga edad la inteligencia. Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia”, Job 12:12-13

Todos acumulamos años de vida llenos de experiencias, pero no son los años los que dan sabiduría, pues la sabiduría viene de vivir las experiencias con Dios a través de sus verdades y revelaciones. David decía: “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin” (Salmo 119:33)

No todos estamos dispuestos a aprender, porque pensamos que lo sabemos todo y hemos cerrado la mente al aprendizaje, pasando por la vida con suprema autosuficiencia. Así era el pueblo judío, dice la Biblia: “Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron contra su consejo, y fueron humillados por su maldad. (Salmo 106:43)

Cuántas veces nosotros hemos desechado las amonestaciones de Dios, hemos sido indiferentes a su Palabra, pero es sabio escuchar el consejo, sabio aprender de las experiencias, sabio aprender de las lecciones de vida de otros, o sea, es bueno querer aprender, saber observar y saber escuchar. Jesús dijo: «Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. (Lucas 11:28)

Dice también la Biblia: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti”. (Salmo 32:8-9)

Hermano, el Señor quiere instruirnos, guiarnos y aconsejarnos, por eso nuestra respuesta debe ser de sometimiento y aceptación a Él. Puede ser que tengamos la fuerza del caballo, pero, aun así, como éste, necesita ser sujetado con freno en su boca para que quien lo monta pueda dirigirlo. Oración.

Señor, reconozco mi condición de pecador, de creerme autosuficiente, pero me acerco a ti con corazón humillado para oír tu Palabra, tu consejo y adquirir ciencia y sabiduría, porque sólo en tu boca está la inteligencia. Te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 26 de mayo de 2021

¿Quién podrá entender sus propios errores?

 


¿Quién podrá entender sus propios errores?

“¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí” Salmo 19:12-13

“Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”. 1 Juan 3:20-22

El Salmista se hace una pregunta que nosotros regularmente deberíamos hacernos: ¿Cómo podemos conocer todos los pecados escondidos en nuestro corazón? Hay que sacar tiempo delante de Dios para examinar nuestro interior y pedir perdón si encontramos que hay cosas, de las cuales, no somos conscientes y que se están interponiendo en nuestra comunión con Dios.

Todos deseamos ser perdonados y limpiados de nuestros pecados, más cuando sabemos que los hemos cometido a sabiendas. Aquí David nos dice que no siempre podemos estar seguros de que hemos hecho algo malo, habla de esas faltas ocultas o pecados secretos que todavía pueden tener dominio sobre nosotros y que no agradan a Dios, por eso, cuando nos confesamos delante de Él, debemos pedir perdón por los pecados de omisión.

La Palabra escrita es la revelación de Dios y usada por el Espíritu Santo puede mostrarnos si hemos fallado y llevarnos a orar en el trono de gracia, para limpiarnos y mantener una vida de comunión constante. Es bueno disponer nuestro corazón, para aceptar también exhortaciones y correcciones de las fallas, que otros han visto en nosotros, que no nos damos cuenta y nos han llevado a pecar sin intención, porque a menudo los cristianos nos volvemos ciegos ante nuestras propias flaquezas, por eso, nuestra oración debe ser la del salmista: “Líbrame de los que me son ocultos”.

Nuestra actitud debe ser humilde, reconociendo que no somos perfectos y no llenarnos de arrogancia, porque el deseo de todo creyente es agradar a Dios. Permitamos al Señor que todos nuestros pensamientos, palabras y actos pasen por el filtro del perdón para no hallarnos pecando. Acerquémonos con confianza a nuestro Redentor y admitamos que necesitamos depender de Él en cada aspecto de nuestra vida.

El perdón de Dios es total y completo, aun cuando se trate de pecados inconscientes.  Oración

«Señor, vengo delante de ti a rendir mi corazón y a pedirte que lo escudriñes, líbrame de pecar intencionalmente y que mis pecados me controlen, pero también límpiame de esas actitudes, palabras y acciones que no te agradan y de las cuales no me percato, con las que te he ofendido a ti y a otros. Muéstrame cualquier pecado en mi vida que estoy pasando por alto. Mira mi corazón arrepentido y contrito y vuélveme el gozo de tu salvación. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 25 de mayo de 2021

Sencillez para creer en el evangelio

 


Sencillez para creer en el evangelio

“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”, Lucas 10:21-24

Qué hermosa porción de la Palabra de Dios para que meditemos hoy. La oración de Jesús, donde manifiesta la relación que atesora con el Padre celestial y cómo se regocija en el Espíritu dando gracias a Dios por la misión exitosa de los setenta discípulos que envió a predicar, resalta la sencillez con la que aceptaron el evangelio, la manera en que conocieron a Jesús y se dejaron llenar de su gracia. No como muchos que se creen sabios y endurecen el corazón a su Palabra.

1 corintios 1: 26-27 dice: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”. El Señor no escoge hombres sabios y perfectos sino personas que estén dispuestas y se dejen formar para Él.

Por eso Dios, nos dio a los indignos una dignidad propia; a los que estábamos muertos en pecados, vida eterna; a los que no teníamos valor a los ojos del mundo, importancia; porque le costamos la sangre de su Hijo. El cristianismo redime y direcciona a las personas hacia una nueva posición espiritual. Como dice Colosenses 3:2-3 “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.

Para que sus discípulos pudieran hablar de Dios, lo que Jesús hizo fue mostrar a Dios a través de su vida, su mente y su corazón. Él es la consumación de toda la historia, es el que todos los profetas anunciaron y el que todos los santos y reyes esperaban. Ellos tuvieron el privilegio de ver y oír al Mesías en persona, por eso Jesús los llamó bienaventurados. Si queremos saber cómo es Dios, sólo debemos acercarnos a Cristo y conocerlo a través de su Palabra. Que el Señor pueda decirnos: “bienaventurados los que no vieron y creyeron” Juan 20:29b

El Señor desea que nuestra mente sea como la de un niño, abierta y llena de confianza para recibir su Palabra, que tengamos ojos y oídos para escuchar su verdad. Mientras más claramente dependamos de la enseñanza, ayuda y bendición del Hijo de Dios, más conocidos seremos del Padre y del Hijo; más bendecidos seremos para ver su gloria a través de nuestras vidas en este mundo.  Oración.

«Señor gracias por el gozo que sientes cuando en el poder de tu Espíritu me dejo usar para llevar las buenas nuevas, predicar lo que los profetas anunciaron y que se cumplió plenamente en ti, que eres el Mesías que vino a este mundo para redimirlo. Sólo en ti tenemos salvación y vida eterna. Dame denuedo para hablar y mostrar al mundo que puedes transformar vidas para tu gloria y honra. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 24 de mayo de 2021

La higuera sin fruto

 

La higuera sin fruto


“Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Lucas 13:6-9

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden”. Juan 15:5-6

¿Existe una relación entre esta parábola y la forma como estamos manejando nuestra vida? Creo que todos alguna vez hemos pensado en el propósito de nuestra existencia en esta tierra y la finalidad que tenemos ocupando un espacio en este planeta. Esta higuera puede ser un símbolo de nuestra vida. Estamos vivos y tenemos un lugar, pero, ¿estamos dando fruto?

Dios es nuestro amo y Jesús es el Jardinero; y allí está, frente al Padre, rogándole más tiempo de gracia, para que no seamos desechados como la higuera estéril. Él nos observa con amor, cava la tierra y la abona alrededor nuestro con el evangelio y nos limpiará y quitará la maleza, aunque puede ser un proceso doloroso, para que seamos renovados y tengamos la oportunidad de que demos fruto. El fruto que espera es una vida de acuerdo a Dios, llena del amor que viene por el Espíritu Santo, de entrega genuina y servicio.

Vemos como el dueño de la viña, después de haber esperado mucho tiempo, le da un año más a la higuera para que cargue fruto; sino, será cortada. El señor Jesús no quiere reemplazarnos, quiere darnos la oportunidad para que seamos productivos. El Jardinero no dejará el destino del árbol a su suerte, por eso renueva la tierra, se asegura que el agua llegue a sus raíces y lo abonará hasta redimirlo, así el árbol no podrá reclamar el crédito de su salvación.

Jesús es el único que puede transformar algo estéril en fértil, por eso, hace todo lo posible para que recibamos su Palabra como el abono y la guía del Espíritu Santo como ese torrente de agua viva, que nos ayudará a regenerarnos para que seamos cristianos fructíferos. Todo el crédito de nuestra salvación se la debemos a Él, que dio su vida para rescatarnos.

Esta parábola nos enseña que Dios es misericordioso y está dispuesto a perdonarnos, pero también nos muestra que la misericordiosa paciencia del Altísimo tiene un límite, es mejor arrepentirnos mientras aún tenemos la oportunidad de hacerlo, aprovechando este tiempo de gracia que Jesús nuestro Jardinero está pidiéndole al Padre, para que volvamos a Él, le reconozcamos como nuestro Señor y Salvador y le demos la oportunidad de cambiar nuestro destino eterno y no ser cortados de su Presencia.

Mateo 3:8 dice: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento”, por eso es el momento de dar un cambio radical en nuestra vida, conocer su Palabra, dejarnos moldear por Jesucristo y ser llenos de su Santo Espíritu para ser ramas fructíferas en sus manos.   Oración.

«Gracias Señor Jesús porque has tenido paciencia conmigo, hoy me llamas al arrepentimiento y a un cambio genuino en mi vida, sé que esto sólo lo puedo lograr con tu Palabra y con la dirección de tu Espíritu, por eso, tomo la decisión de recibirte en mi corazón como mi Único Señor y Salvador y me dispongo a dejarme moldear por ti, hazme una rama fructífera. En Cristo Jesús. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 23 de mayo de 2021

Se fortaleció en Jehová su Dios

 


Se fortaleció en Jehová su Dios

“Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino, se los habían llevado al seguir su camino. Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; más David se fortaleció en Jehová su Dios”. 1 Samuel 30:1-6

No es fácil pasar por tragedias como esta, generalmente cuando nuestros seres queridos se ven afectados o se encuentran en peligro, tratamos de buscar culpables. En este caso los soldados de David empezaron a volverse contra Él cuando sus familias fueron raptadas y querían matarlo. Pero David se fortaleció en Dios cuando tenía todo en su contra y comenzó a buscar una solución. Cuando nos enfrentamos con problemas tan agobiantes como este y se nos acaban las fuerzas para llorar, es el tiempo de refugiarnos en Dios.

David nos da un gran ejemplo al buscar el inagotable amor del Señor en estos momentos de crisis y peligro, se recuerda a sí mismo quién es el Dios en quien ha creído y decide por eso aferrarse a Él, independientemente de la situación por la que está pasando. Era la única manera de recibir la dirección de Dios.

En los momentos más oscuros necesitamos su Palabra, que nos fortalece, hay que rendir nuestras emociones a Él, para que sea Quien actúe en medio de las circunstancias. David tenía un corazón de adorador, en el salmo 113:3 dice: “Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová”. Desde que comienza el día hasta que termina debemos alabar a Dios con todos sus bemoles, haya cosas buenas o malas. Eso refleja nuestra confianza en Dios.

Una fe grande debe esperar pruebas grandes. Alentémonos en Dios y mantengamos en calma nuestro espíritu. La palabra fortalecer tiene la idea de afirmarse. Recordemos Efesios 6:10-11 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo”.

El poder de Dios está disponible para todos los que queremos tomarlo.  Oración.

«Señor Jesús, hay momentos muy difíciles en mi vida, que quisiera desfallecer, se agotan mis lágrimas de tanta tristeza, pero tú estás conmigo y a mi lado, para darme tu fuerza. Quiero alabarte y darte gracias, no importa la situación que estoy viviendo, porque sé que eres mi refugio y mi libertador”. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 22 de mayo de 2021

Amor incomparable

 


Amor incomparable

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”, Romanos 5:8

Un hombre de gran edad decía: «no recuerdo que mi padre o mi madre me hayan dado un abrazo cuando niño». Y así muchas personas han vivido sin conocer el amor, otros han sufrido rechazo, y miramos las consecuencias. Hoy en día impera el odio, el rencor, se aborrecen unos a otros, hay guerras en diferentes países y se matan unos a otros sin siquiera conocerse.

¿Qué es el Amor? Hay tantas definiciones como hombres puedan existir. A la luz de la Biblia el amor es una inmutable generosidad de gracia divina y una inmensurable buena voluntad, que siempre busca el bien de la otra persona, sin importar lo que esta haga. Es, el amor, sacrificial cuando da libremente sin pedir nada a cambio. También tiene que ver con la voluntad, más que con los sentimientos, porque es una decisión y no una emoción. Dios decidió amarnos hasta dar la vida de su Único Hijo para morir en una cruz y darnos vida eterna, perdón de pecados y una vida abundante; esto es un amor incondicional por la humanidad.

Dice la Biblia: “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5), por tanto es el amor de Dios el que debe albergar nuestro corazón y con esta clase de amor tenemos que amar a los demás. Ese amor que nos habla Pablo en 1 Corintios 13:4 “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.

Ahora, el amor no se expresa tan solo con palabras, sino con hechos. De qué nos hubiera servido a los humanos que Dios tan solo nos hubiera dicho «los amo»; no nos hubiera servido de mucho, pero Dios demuestra su eterno e incomparable amor a través de Jesucristo.

Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros de manera incondicional. Oración.

Amado Dios, te ruego que todo vacío de mi corazón por falta de afecto en mi vida, lo llenes con tu perfecto e incondicional amor, quiero refugiarme y vivir a plenitud en tu presencia, fuente inagotable de amor. ¿Quién me podría amar como tú lo haces? Solo tú mi gran Señor y quiero amarte con todas mis fuerzas, mi mente y mi alma, no me cansaré de decirte: Te amo mi Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 21 de mayo de 2021

El corazón alegre constituye buen remedio

 

El corazón alegre constituye buen remedio


“El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos”. Proverbios 17:22

“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová”. Salmo 40:1-3

Para muchos, quizás el primer versículo que aparece en la lectura de hoy representa su vida que ha perdido la alegría, que se ha secado interiormente y muestra sólo amargura y desesperación. Hay un sólo remedio para esto y es Jesucristo, fuente de gracia y amor que puede transformar todo nuestro ser.

Algo que muchos hemos aprendido a lo largo de nuestra vida y especialmente cuando estamos entrando en la vejez, es que debemos reír más. Sin ninguna duda, hemos vivido momentos felices y los hemos disfrutado al máximo, pero también hemos sufrido momentos de abandono, rechazo, de angustia, que son parte de la vida. El consejo de Proverbios es que un corazón confiado, un corazón temeroso de Dios, un corazón agradecido, a pesar de todo, es un corazón alegre y esto trae hermosura y sanidad interior.

Hay suficiente poder y gracia en Dios para transformar nuestra vida, para ayudar al más miserable que pone su confianza en Él, por eso el salmista reconoce que pacientemente esperó al Señor para que lo sacara del lodo cenagoso, del pozo de la desesperación. Esto implica seguir creyendo, aunque las cosas no sean a veces tan claras, seguir esperando y seguir orando, porque esperar en Dios, no será en vano.

Cristo es la Roca de nuestra salvación sobre la cual podemos estar firmes, nos ha dado una esperanza sólida, Él nos llena de gozo y paz cuando creemos y le conocemos. Por eso, sólo hemos de alabarle, pues ha sido nuestra fuente de salud en nuestro espíritu, alma y cuerpo. “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él, herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías 53:4-5

Ante su Nombre, toda tristeza, depresión, enfermedad o adicción, se arrodillan y son vencidos por el poder de Jesús, su Palabra está llena de promesas de bendición y salud para todo aquel que la toma para sí. Recordemos que el Señor a través de Juan nos manifiesta su deseo en 3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”  Oración.

«Gracias señor por cuidar en todo aspecto de mí, gracias porque me sacaste del pozo de la desesperación y me colocaste en ti mi Jesús, me diste alegría y gozo para alabarte, por eso con la autoridad que me has dado, en tu Nombre declaro sanidad a mi vida de toda enfermedad y dolencia, espiritual, emocional y física, escojo la vida y no la muerte, la bendición y no la maldición, por la fe en tu Palabra y por tu obra perfecta en la cruz. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 20 de mayo de 2021

Dios sigue prendiendo las alarmas

 

Dios sigue prendiendo las alarmas


“Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación”, 2 Crónicas 36:15

“Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”, Génesis 4:6-7

“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”, Romanos 13:11

Nuestro amante Dios, sigue perseverando en que muchos sean salvos y lleguen al conocimiento de su Verdad. En el pasado mandó repetidas veces mensajeros que predicasen su Palabra, envió profetas para advertirles qué pasaría con ellos si no se apartaban del pecado; y actualmente lo sigue haciendo a través de su iglesia, sigue levantando obreros para que vayan a la mies que es mucha, como dice Mateo 9:37 “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos”.

El Señor es misericordioso y clemente, por eso sigue prendiendo las alarmas para que la humanidad vuelva sus ojos a Él, en arrepentimiento por su maldad. Esta pandemia que no termina y otras cosas que están sucediendo, son las señales del cielo para que los seres humanos entiendan que necesitan de su Salvador. Dios es bueno y su anhelo es que ninguno perezca.

Muchas veces, por ignorar su llamado, le abrimos las puertas al pecado como lo hizo Caín, que tuvo la oportunidad de hacer lo bueno y no lo hizo trayendo consecuencias funestas a su vida. Dios hoy quiere que, como iglesia, nos levantemos del sueño espiritual en el que hemos caído, en este letargo que no nos deja avanzar a la conquista de este mundo perdido y que reaccionemos con esas luces rojas que se están encendiendo, recordándonos que el tiempo de su regreso está cerca y que después no habrá más oportunidad.

La ruina del pueblo de Dios fue gradual porque hicieron caso omiso a sus advertencias. Dios adoptará en estos últimos tiempos, cualquier método para llamar a los pecadores de regreso a Él, pero tenemos que recordar que el que pierde es el ser humano y no Él, porque Dios ya tiene su victoria asegurada, pues no dejará de mostrar su gloria final por la desobediencia de los hombres.

Nosotros somos los mensajeros que el Señor ha dispuesto en este tiempo, pidamos que encienda el fuego de su Espíritu en nosotros para proclamar su Palabra de salvación con presteza.  Oración.

«Gracias Señor porque no te has rendido, porque sigues insistiendo en la salvación de este mundo, gracias por encender alarmas a mi alrededor para que cambie mi caminar y te siga de verdad, aléjame del pecado para andar en santidad. Ayúdame a ser sensible a la voz de tu Palabra, a entender que yo soy el mensajero que has levantado en este tiempo, para llevar el evangelio a donde tú quieres. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 19 de mayo de 2021

Reavivados por tu Palabra

 

Reavivados por tu Palabra

“Él respondió y dijo: Escrito está: No


sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4

“Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos”. Proverbios 16:24

Esta declaración de Jesús es también nuestra necesidad diaria, porque para vivir necesitamos ser reavivados por su Palabra. Necesitamos alimentarnos de ella para que el Señor abra tanto nuestra mente como nuestro corazón y así percibir su mensaje a fin de aplicarlo a nuestra vida. Tenemos que llegar a entender que no es lo que yo opine de mí mismo, mis motivaciones e intenciones, lo que me hacen grato delante de Dios, sino lo que Dios dice en sus mandamientos.

En el Salmo 119:103 dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”. La Palabra de Dios es más dulce que la miel, es la Palabra del Dios amor, que creó todas las cosas, que restaura, que nos cambia de adentro hacia afuera, que nos hace ver las cosas diferentes y nos empodera.

Y hoy se nos hace una advertencia sobre la manera cómo debemos hablar, porque las palabras amables se comparan aquí con la dulzura de la miel y son las que suavizan el alma y sanan el cuerpo. Lo que nos decimos a nosotros mismos o a otras personas puede producir este efecto; si son palabras guiadas por Dios, pueden edificar y tienen el potencial para hacer el bien, no solo al alma, sino al cuerpo de una persona. ¿Pero qué tal que por nuestras palabras otros estén abatidos emocionalmente o enfermos en su cuerpo?

En Colosenses 4:6 dice: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. Nos enseña cómo debemos responder a otros. Podemos traer vida o muerte como dice Proverbios 18: 21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. Podemos edificar o destruir, traer alegría o añadir tristeza; por eso, es una gran responsabilidad cristiana aprender a hablar a nuestro prójimo, con la Sabiduría de Dios.

Unas palabras llenas de amargura no sólo contaminan el ambiente, sino que obstaculizan la gracia de Dios sobre nuestra vida y la de otros. Como dice Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.

Hoy hagamos el compromiso de hablar con consideración y respeto, dándole valor a los demás, especialmente a los que viven con nosotros, que quizás por conocerlos, nos dirigimos a ellos sin compasión. Pidamos al Señor que nos guarde de pecar con nuestra boca.   Oración.

«Amado Dios, que los dichos de mi boca sean gratos delante de ti. No quiero ser descuidado al hablar, porque sin querer, puedo lastimar a otras personas, al hacerlo sin pensar, o llevado por el enojo, puedo responder mal y quebrar relaciones, crear conflictos, causar divisiones y ofender a mi prójimo. Dame tu Sabiduría y tu Palabra, para poder tratar a otros como tú lo harías Señor, con bondad y gentileza. En Cristo Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 18 de mayo de 2021

Llamamiento de un Libertador. Parte 2

 


Llamamiento de un Libertador. Parte 2

“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas”. Jueces 6:11

“Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas”. Jueces 6:22-24

Cuando Gedeón estaba desgranando el trigo en el lagar y fue llamado por Dios, se encontraba ocupado. Lo mismo que cuando Jesús escogió a los doce discípulos, todos estaban haciendo sus labores. Siempre hemos visto que Dios no llama a gente desocupada, sino a aquellos que están dispuestos a dejarlo todo por seguirle, los que están seguros de renunciar a sus propias vidas para servirle, como dice Mateo 19:29: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.

Hermoso es saber que, aunque sintamos temor al llamado de Dios, Él nos dice como a Gedeón: “Paz a ti”. Dios se encargará de todos nuestros asuntos cuando decidimos entregar nuestras vidas por entero a Él. Gedeón fue escogido para liberar a su pueblo de los madianitas, vio cara a cara al ángel de Dios y pensó que moriría. Los Israelitas tenían muy claro lo que el Señor le había dicho a Moisés en Éxodo 33:20 “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá”. Por eso, ese encuentro con lo sobrenatural y celestial le causó miedo. Ahora, como hijos de Dios, sabemos que está cercano, que no debemos temer, sino, entrar confiadamente a su Presencia, porque el Señor Jesús eliminó esa barrera que nos separaba por causa del pecado. Tenemos libertad para relacionarnos con el Dios viviente, Poderoso y Santo, que nos ama y al que le debemos adoración y exaltación por todo lo que ha hecho por nosotros.

Así como Gedeón, hizo un altar y lo llamó Jehová Shalom, levantemos un altar en nuestros corazones porque hemos experimentado la paz con Dios a través de Jesucristo, el “Príncipe de paz”, que vive en nuestro espíritu y nos invita cada día a descansar en Él, porque tiene el control de cada situación de nuestra vida y nos ha prometido darnos su paz siempre; por eso, no debemos temer a su llamado. Deleitemonos en su hermosa Presencia.  Oración.

«Amado Jesús, gracias por ser mi paz, por traer tranquilidad y sosiego a mi vida desde el momento que te conocí. Quiero descansar en tu Presencia y abrir mi corazón y oídos espirituales para escuchar lo que quieres de mí, estoy dispuesto a servirte sin vacilación, a renunciar a todo aquello que me impide amarte, estando seguro de que me fortalecerás y sostendrás de tu mano en cada paso que dé. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 17 de mayo de 2021

Con mi voz clamaré a Jehová

 

Con mi voz clamaré a Jehová


“Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; delante de él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba, me escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer; no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida. Clamé a ti, oh Jehová; dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo”, Salmo 142:1-6

David luego de escapar de la espada de Saúl, huyó a la cueva de Adulam, éste fue el lugar de refugio para vivir como fugitivo. Adulam significa refugio, pero la cueva no iba a ser el refugio de David, pues Dios mismo quería ser el refugio de David en este tiempo de angustia y soledad.

La cueva estaba cerca del lugar donde David había derrotado a Goliat, donde tuvo la gran victoria sobre los filisteos; se detiene ahora allí mismo, huye como un criminal, y desde allí compone el Salmo 142, en el cual describe el desánimo de su corazón y expone su queja y manifiesta su quebranto.

En la cueva, Jehová lo fortaleció y le preparó para lo que tenía que continuar. David ora a Dios con un corazón contrito y humillado, él dice: “Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. Él enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; Dios enviará su misericordia y su verdad.” (Salmo 57:2-3). Y continúa alabando a Dios con todo su corazón.

Con frecuencia pensamos que primeramente tenemos que salir de nuestra cueva para luego glorificar a Dios. No importa cuáles sean nuestras angustias y circunstancias, desde allí alabemos y glorifiquemos a Dios, Él conoce nuestra senda, y Él cumplirá su propósito en nosotros como lo hizo con David, lo ungió y lo constituyó en rey de Israel. Oración.

Amado Dios, he buscado refugios equivocados en medio de mi aflicción y quebranto, pero ahora vengo a ti, consciente de mi necesidad, y clamo a ti oh Jehová, tú eres mi esperanza, tú eres mi castillo y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha mi voz con que a ti clamo y llena mi vida de tu presencia. Te amo Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 16 de mayo de 2021

Llamamiento de un Libertador. Parte 1

 

Llamamiento de un Libertador. Parte 1


“Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?”. Jueces 6:11-14

Gedeón fue un hombre escogido por Dios en un momento de mucha oscuridad en el pueblo de Israel. Su fe no era fuerte, le costaba trabajo entender lo que Dios había hecho con sus padres en Egipto y no tenía mucha seguridad de la Presencia de Dios al ver la aflicción de su pueblo. Pero el ángel se le aparece y responde a sus objeciones y le dice que es el libertador que el Señor ha llamado para librar a Israel de la opresión madianita. Lo califica de valiente y esforzado. Y aunque el ángel le promete acompañarlo en la batalla, pide señales para confirmar su fe y el Señor se las da para afirmarlo.

Gedeón mostró algunos rasgos de un líder humilde y consagrado, como dependencia continua de Dios, disposición a convertir su fe en acción, aprovechó los dones dados por Dios para dirigir a otros, reconoció el crédito de otros por lo que hicieron, no hizo nada sin la guía divina y le dio la gloria a Dios antes que a él en la victoria que obtuvo.

El llamado de Gedeón tiene un paralelo con el de Moisés, en ambos relatos el pueblo se encuentra en opresión y clamor, ambos tienen una aparición sobrenatural donde Dios se manifiesta diciéndoles: “Yo te envío”, los futuros libertadores no se sienten capaces de cumplir con la misión que se les ha encomendado, los dos dijeron: ¿Quién soy yo para salvar a Israel? Y hay una promesa del acompañamiento divino: “Yo estaré contigo”. Tendrían señales y milagros que mostrarían el poder de Dios para que los pueblos enemigos le temieran.

Ahora nosotros, somos llamados igualmente a ser libertadores de este mundo oprimido y frente a ese desafío no tenemos que pedir señales, sino, pedirle al Espíritu Santo, que habita en nuestro corazón, que confirme la Palabra de Dios con la cual hemos sido llamados.

En Marcos 16:15-18 el Señor nos dice: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.

Y también nos asegura que estará con nosotros en Mateo 28:20 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.

Dispongamonos para que el Señor haga lo que Él quiere, a través de nosotros.  Oración inicial

«Amado Señor, gracias por tener misericordia de mí, quizás no soy el más apto para recibir tu llamado, pero me has escogido para llevar libertad a los cautivos por el pecado, a los que están oprimidos y en necesidad. Sé que has prometido estar a mi lado y me has dado tu Espíritu quien me capacita, para llevar a cabo la Gran Comisión, por eso, Señor, te ruego dame un corazón humilde y lleno de amor para hacerlo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 15 de mayo de 2021

Comienza de nuevo, pero en Cristo

 

Comienza de nuevo, pero en Cristo


“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; más los impíos caerán en el mal.”, Proverbios 24:16

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”, 1 Juan 1:8-9

¿Hemos caído en el mismo error una y otra vez? ¿Tenemos problemas con los demás porque no hemos cambiado un mal comportamiento frente a alguna situación, ira, malos pensamientos, malos deseos?

Si de verdad estamos cansados de repetir lo malo, debemos ir a ser tratados por nuestro Maestro, en lo más profundo de nuestro interior, confesar sin excusas nuestro pecado a Dios, reconocer la necesidad de su dirección y pedirle la fuerza para no caer nuevamente (Salmo 51).

El cómo nos levantemos y con quién, luego de una derrota, sea del pecado o de alguna situación desfavorable, dependerá si volvemos a repetir y a sufrir las consecuencias; damos un giro radical a la manera en que hacemos las cosas o seguimos en un ciclo que nos hará perder tiempo, bendiciones y propósito. De esto se trata el arrepentimiento, de reconocer que hemos actuado independientemente (Jeremías 3:13), y de que no prosperaremos si encubrimos la maldad en nuestro corazón y nos apartamos de ella para alcanzar el favor de Dios (Proverbios 28:13).

Por esto, comencemos de nuevo si hemos caído, pero esta vez haciendo algo diferente, tomemos la mano de Cristo al levantarnos, es decir, permitamos que nuestro corazón sea guiado por la escritura, creyendo cuando nos enseña que somos nuevas creaciones y no tenemos por qué ser esclavos del pecado (2 Corintios 5:17), estando aún más atentos a sus indicaciones, que día a día nos ofrece por medio de su Palabra y su Espíritu.

hermano, comienza de nuevo si has caído, levántate confesando tu pecado a Cristo, pero empieza a actuar con una forma de pensar diferente y con una actitud de disposición total a seguir con amor y pasión sus instrucciones de vida. Oración.

Señor, sé que he caído muchas veces, que no he hecho lo que te agrada, pero no quiero repetir el mismo error, ayúdame en mi debilidad, quiero que tú me corrijas, me afirmes y llenes de bendiciones mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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viernes, 14 de mayo de 2021

Dios de todos los reinos de la tierra

 

Dios de todos los reinos de la tierra


“Y oyó decir que Tirhaca rey de Etiopía había salido para hacerle guerra. Entonces volvió él y envió embajadores a Ezequías, diciendo: Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú?” 2 Reyes 19:9-11

“Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová. Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente”. 2 Reyes 19:14-16

“¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Él convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana”. Isaías 40:21-23

La oración es el recurso más poderoso que tenemos como hijos de Dios y especialmente cuando somos tentados o atacados. No importa si nuestros enemigos son internos o externos, podemos acercarnos confiadamente al trono de gracia para pedir su ayuda.

El rey Ezequías fue valiente ante Dios, reconoció su soberanía y la total dependencia que él y su pueblo tenían en el Señor. Nos muestra un modelo de oración, al acercarse sin temor al lugar santísimo, con respeto por lo que Él es y puede hacer. Ezequías abre su corazón, presenta su caso y apela para que el Omnipotente intervenga, pues su Nombre ha sido blasfemado por sus enemigos. Se trata de reivindicar el honor de Dios.

Esta es una oración de guerra, una batalla de la fe, puesto que el rey Senaquerib había escrito una carta sugiriendo que Dios no podría contra él. Al recibirla el rey Ezequías la tomó y la presentó al Señor en oración. Este es un ejemplo en el que un acto físico parece establecer autoridad espiritual en el dominio invisible.

La manifestación de fe de Ezequías se tradujo en una confianza absoluta en Dios, convencido plenamente que escucharía su oración y efectivamente fue así, el Señor envió a un ángel que en esa noche destruyó a todos sus enemigos. Los actos físicos en la Biblia cuando se ora incluyen: alabanza, gritos (como en la toma de Jericó), alzar manos, danzar, saltar, llorar, lamentarse, postrarse, etc. Son acciones impulsadas por la fe y por una intensa pasión por la oración, no son actos supersticiosos, sino que tratan de acercarse al invisible Dios de una manera visible para tener la victoria. El rey David fue uno de los que más demostró acciones físicas en su fe cuando oraba y alababa a Dios por sus proezas, también motivaba al pueblo a hacerlo como en: 1 Samuel 4:5 “Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló”.

La iglesia primitiva batalló continuamente con fervor en oración, como dice Hechos 4:31 “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios”.

Nuestras oraciones son efectivas cuando se llenan del poder del Espíritu Santo, son el medio más poderoso para pedir por el rescate de este mundo esclavizado por Satanás con el fin de que todos reconozcan a Jesucristo como el Único Señor y Salvador de esta tierra.  Oración.

«Pido a ti mi Dios poderoso, único Creador incomparable del universo, que escuches mi oración pidiendo por todas las naciones para que se conviertan a ti, manifiesta tu poder y tu gloria para mostrarle a este mundo que tú eres el Dios de verdad y que los gobernantes de esta tierra entiendan que por encima de ti no hay nadie, que eres el Soberano y tienes el control total de la historia en tus manos y tu plan de salvación se llevará a cabo hasta el final. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 13 de mayo de 2021

El poder sanador de la confesión

 

El poder sanador de la confesión


“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”. Santiago 5:14-16

Había una creencia firmemente arraigada en el judaísmo, que donde había enfermedad y sufrimiento era como consecuencia del pecado. Recordemos cuando Jesús inició la curación del paralítico diciéndole: “Hijo tus pecados te son perdonados”. (Marcos 2:5) Cristo mostró su poder para perdonar pecados, mostrando su poder para sanar al hombre enfermo de parálisis. El Señor sabe que no siempre es así, no todas las enfermedades provienen de pecar, por eso, cuando sanó al ciego de nacimiento, les dice claramente a sus discípulos, que no es por el pecado de él o el de sus padres, sino para manifestar su gloria entre los hombres. Como dice Juan 9:3 “Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él”.

Pero sí debemos tener claro, que el perdón de pecados, golpea la raíz de la enfermedad más grande, la del alma, que es sanada cuando somos perdonados y reconciliados con Dios. La verdad es que no podemos recibir la sanidad completa del alma y el cuerpo, hasta que no nos encontremos en paz con Dios.

De todos modos, la sanación de un enfermo no puede atribuirse al aceite, sino a la oración, el aceite es sólo un símbolo de la presencia del Espíritu Santo en nuestra intercesión, por eso, nuestras oraciones no deben ser frías y formales, sino que deben ser con fe para que sean efectivas y siempre buscando primeramente la conversión del alma, llevando al enfermo a reconciliarse con Dios y pedir perdón.

La confesión mutua de nuestras faltas, trae paz y amor entre nosotros. Cristo hizo su obra en la cruz para que podamos pedir perdón directamente a Dios, pero también, muchas veces es necesario confesar nuestros pecados unos a otros para recibir sanidad dentro de la iglesia, o en nuestra familia, porque quizás hemos ofendido a otros con nuestro comportamiento y debemos buscar la reconciliación para ser sanados.

Recordemos que la oración del justo es siempre oída y nosotros hemos sido justificados por la obra redentora de Jesús, entonces siempre podemos orar los unos por los otros. Cada creyente es un sacerdote que puede interceder en favor de los demás y el Señor lo confirma en su Palabra en 1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.  Oración.

«Gracias Señor Jesús por hacerme justo y saber que puedo invocar a mi Padre celestial. Me abriste el camino a su presencia con tu sacrificio en la cruz. Gracias por la oración, porque es la manera de interceder no sólo por mí, sino por los demás, y el medio para llevar sanidad del alma a los que necesitan tu perdón y reconciliación. Señor, úsame como instrumento para traer sanidad espiritual y física donde quiera que esté. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 12 de mayo de 2021

Compañerismo y contribución

 

Compañerismo y contribución

“Mejores son dos que uno; porque ti


enen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿Cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Eclesiastés 4:9-12

“Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. 1 corintios 12:25-26

Siempre hemos dicho que: “la unión hace la fuerza” y más la unión entre los creyentes, por eso, independientemente de las circunstancias que estamos viviendo, estar unidos unos con otros traen fortaleza espiritual, ánimo, seguridad, compañerismo y calor humano, algo que paulatinamente se ha ido perdiendo en esta sociedad llena de egocentrismo y egoísmo. Estos versículos deben motivarnos a mejorar nuestras oportunidades de comunión cristiana. Y esto no solo se refiere a los lazos del matrimonio, sino de la amistad y la fraternidad entre los hermanos en una iglesia. El aumento de dos que inicialmente menciona el pasaje a tres es significativo: mientras más amigos, mejor.

Hay muchas bendiciones cuando estamos unidos porque fuimos diseñados para vivir en sociedad no para estar aislados, por eso este tiempo de pandemia ha sido difícil para todos. Sin embargo, habrá personas que prefieren estar solos y a veces es porque sienten que no pueden confiar en nadie. Dios nos colocó en esta tierra para servirlo a Él y a los demás.

Eclesiastés describe el compañerismo como realmente debe ser: ayuda, apoyo en la dificultad, conexión, idoneidad, compartir cargas y unión conjunta, que implica trabajar unidos para un fin común. Dios nos está recordando que revisemos cómo están nuestras relaciones desde el hogar hacia afuera, en nuestro trabajo, iglesia o comunidad.

Hay muchos beneficios, sobre todo al pasar momentos duros, porque aquellos que están más cerca de Dios pueden ser los que nos ayuden a levantarnos, a seguir adelante, a desarrollar nuestro potencial, porque cuando nos colaboramos mutuamente esto aumenta la capacidad de todos.

La unidad que debe existir dentro de la iglesia es la que nos llevará a cumplir nuestra misión. Un cuerpo es sano y eficiente cuando todos sus miembros funcionamos como es debido, sin tener celos unos de otros, ni envidiar lo que hacen los demás, sino haciendo todo para la gloria y honra de Jesús que es la cabeza; entendiendo que cada uno debe responder por lo que el Señor le ha dado para hacer. Recordemos Juan 17:21 “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” Oración.

«Señor Jesús, gracias por darnos este principio tan fundamental para la vida, cuando dices en tu Palabra que mejor son dos que uno, es porque no quisiste que viviéramos aislados los unos de los otros, sino en una unión vital de compañerismo y hermandad. Llénanos de tu amor, cuidado, tolerancia y fortaleza para cumplir nuestra misión como iglesia, como familia y como parte de una sociedad, ayudando a los que nos rodean. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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martes, 11 de mayo de 2021

Creciendo a través de la dificultad

 

Creciendo a través de la dificultad


“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega”. Génesis 45:5-6

Todo lo que nos sucede en la vida tiene un propósito en Dios. Si pudiéramos borrar episodios de nuestra historia sé que lo haríamos sin vacilar. Y quizás los primeros que quitaríamos son los que trajeron tristeza, dificultades y muchos problemas. Eso sería un error porque precisamente son las situaciones complicadas las que más producen aprendizaje y crecimiento espiritual en nosotros.

Primero, porque nos llevan a doblar rodillas, a orar por las circunstancias, despiertan en nosotros el deseo de buscar el rostro del Padre con súplica, ruego y lamento. Segundo, porque tenemos que recordar que a veces el sufrimiento es el catalizador que el Señor usa para que comprendamos más su Palabra y crezcamos en la fe. Así como José, todas las dificultades que pasó sirvieron para que Dios cumpliera su plan con el pueblo de Israel y tenerlo a salvo en medio de la hambruna. Esto nos habla de la soberanía de Dios sobre nuestras vidas. Un error, una equivocación, una mala decisión en el pasado, puede convertirse en las manos de Él, en una bendición en el futuro.

Podemos decir con seguridad que el mayor crecimiento espiritual nace de los momentos difíciles, porque Dios nos hace avanzar a un nivel más elevado en la fe, en la confianza y dependencia de Él. No nos desanimemos, porque cada experiencia tiene un objetivo espiritual en nosotros, un propósito establecido de antemano. Recordemos 2 Corintios 1:4: “el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”.

Hoy démosle gloria a Dios por esas situaciones difíciles y pidámosle que nos muestre el propósito que tiene con ellas, porque todas las cosas obran para bien.  Oración.

«Señor gracias por tu santa Palabra, por hacerme entender que tú eres Soberano sobre mi vida y que toda situación está dentro de tus propósitos, aun aquellas que han sido difíciles, pero que han traído un despertar espiritual, una renovación de mi fe, de mi confianza y mi dependencia de ti. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.