viernes, 29 de marzo de 2024

Cerca de ti

 


Cerca de ti

“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romanos 10:8-10

Muchas veces pasa que las personas por falta de conocimiento verdadero, creen que no son lo suficientemente dignas o buenas como para acercarse a Dios, y piensan que eso es solo para la gente que sirve en la iglesia, hasta llegar al punto de que teniendo alguna necesidad importante en sus vidas, acuden al servidor de la iglesia para que sea él quien interceda por ellos. Pero, la verdad es que nadie es perfecto ni suficientemente bueno en sí mismo como para ir y estar en la presencia de Dios, pues dice su Palabra en Efesios 2:1-3 que todos los seres humanos originalmente estamos en la misma condición, muertos en delitos y pecados, desobedientes e hijos de ira, pero que Dios siendo rico en misericordia, nos amó y por gracia nos dio vida, salvación, santidad, justificación y toda riqueza espiritual por medio de su Hijo Jesucristo (Efesios 2:4-5). Siendo entonces Jesucristo, el único que hace la diferencia entre aquella persona que confiadamente se acerca a Dios y la que no lo hace.

Pero, como dice la Palabra de Dios hoy, cerca de nosotros está Él, y lo único que debemos tener es fe, fe para confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor y fe para creer en nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos, pues dice, así seremos salvos. Y entonces, una vez que Cristo habita por fe en nuestros corazones, somos hechos hijos de Dios y miembros de su familia, teniendo todo el derecho de acceder confiada, libre e ilimitadamente a la presencia de nuestro Padre (Juan 1:12, Efesios 2:19, 3:12). “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,” 1 Timoteo 2:5. 

Oración.

«Padre Dios, gracias por el conocimiento que me das de tu verdad. Me has amado tanto que aun cuando estaba muerto en mis delitos y pecados, me diste vida por medio de Jesucristo, me salvaste y ahora me has adoptado como tu hijo. Gracias por ese favor inmerecido de poder acercarme a ti con la confianza de que alcanzaré misericordia y hallaré gracia para el oportuno socorro, amén.