sábado, 27 de febrero de 2016

Rey David sí que era un hombre conforme al corazón de Dios

Este Rey David sí que era un hombre conforme al corazón de Dios. Aun que cometió graves pecados como Adulterio. Asesinato. E Hipocresía. Pero él tuvo un Arrepentimiento de corazón reconociendo y humillándose con lágrimas que como Rey de Israel peco contra Dios. Una cosa es el remordimiento y otra cosa es el Arrepentimiento. El remordimiento te lleva a la muerte es lo que le aconteció al Rey Saúl y a Judas. El Arrepentimiento de corazón Ante Dios te restaura que es lo que le Aconteció al Rey David Aun cuando lo pago caro. Salmos 51

1. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
2. Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
3. Porque yo reconozco mis rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
4. Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
5. He aquí, en maldad he sido formado,
Y en pecado me concibió mi madre.
6. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo,
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7. Purifícame con hisopo, y seré limpio;
Lávame, y seré más blanco que la nieve.
8. Hazme oír gozo y alegría,
Y se recrearán los huesos que has abatido.
9. Esconde tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
10. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11. No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
12. Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
13. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
Y los pecadores se convertirán a ti.
14. Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
15. Señor, abre mis labios,
Y publicará mi boca tu alabanza.
16. Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría;
No quieres holocausto.
17. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18. Haz bien con tu benevolencia a Sion;
Edifica los muros de Jerusalén.
19. Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada;
Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.