miércoles, 29 de julio de 2015

Salmos.6.v1-6

Salmos.6.v1-6 David aceptaba el castigo de Dios, pero le suplicó que no lo castigara enojado. Jeremías también pidió a Dios que lo corrigiera suavemente y no con furor (Jer_10:24). David reconoció que si Dios lo trataba únicamente con justicia y no con misericordia, desaparecería debido a su enojo. A menudo queremos que Dios nos muestre su misericordia a nosotros y su justicia a los demás. En su bondad, Dios a menudo nos perdona en vez de darnos lo que nos merecemos.

6.6 Al volcar su corazón con lágrimas, David estaba siendo totalmente sincero con Dios. Podemos ser sinceros con Dios, aun cuando estemos llenos de enojo y desilusión, porque El nos conoce profundamente y quiere lo mejor para nosotros. El enojo a menudo tiene dos resultados: en lo exterior, actos precipitados; en lo interior, depresión. Debido a que nosotros confiamos en nuestro Dios todopoderoso, no tenemos que ser víctimas de las circunstancias ni vernos abrumados por la culpabilidad del pecado. Sea sincero con Dios y El lo ayudará a dejar de poner su atención en usted mismo y ponerla en El y su misericordia.