miércoles, 27 de mayo de 2020

El Espíritu de verdad


El Espíritu de verdad que el mundo no puede recibir.

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: El Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” San Juan 14:16-17
Jesús en su gran amor para con nosotros, sabiendo que pronto cumpliría el propósito para el cual vino, ofrecer su vida y derramar su sangre para el perdón de los pecados de la humanidad, y luego de resucitar regresar a los cielos para estar a la diestra de Dios Padre; prometió a los apóstoles que no los dejaría solos porque Él rogaría al Padre para que enviara otro consolador, el Espíritu Santo el cual procede del Padre, para que estuviera con ellos para siempre.
Al Espíritu Santo o Espíritu de verdad el mundo no lo puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; porque el mundo tiene el entendimiento entenebrecido, ajeno de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. (Efesios 4:18) Quienes están en el mundo viven conforme a la carne y están en enemistad con Dios “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.” (Romanos 8:7)
Al recibir nosotros a Jesús como nuestro Señor y Salvador personal, el Espíritu de Dios comienza a morar en nuestro corazón y estará con nosotros para siempre, Él es quien nos guía a toda la verdad; porque no habla de su propia cuenta, sino que habla de lo que oye y nos hace saber las cosas que habrán de venir (San Juan 16:13) y además el Espíritu Santo es quien convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (San Juan 16:8)
Amados hermanos, por la gracia que nos es dada en nuestro Señor Jesucristo, tenemos en nosotros y con nosotros la fiel compañía del Espíritu Santo y debemos apropiarnos de su santa presencia, que es poder de Dios y sabiduría de Dios, para permitirle que obre a plenitud en nuestras vidas, que guíe nuestros pasos y corazón para vivir una vida en obediencia a su Palabra y permitiendo que se cumpla en nosotros el propósito de Dios que escrito está: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” (Isaías 43:7) Oración.
«Padre nuestro que estás en los cielos, gracias te damos Señor porque al ascender Jesús a los cielos no nos dejaste solos y abandonados sino que nos enviaste a otro consolador, el Espíritu Santo, que desde que recibimos a Cristo Jesús como nuestro Señor y salvador personal habita en nuestros corazones, nos revela tu palabra, nos la recuerda para aplicarla a nuestra vida, guía nuestros pasos y guía nuestro corazón para andar en tus caminos y no desviarnos ni a derecha ni a izquierda de ellos y es nuestro fiel compañero hasta el fin del mundo. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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