domingo, 8 de marzo de 2015

Hebreos 11:38-40

Hebreos 11:38-40

¡El mundo no merecía gente así!  Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas.  Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.  Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros pues Dios nos había preparado algo mejor.



En repetidas ocasiones he escuchado la frase “no es justo”.  ¡Es cierto!  Hay muchas injusticias.  Incluso la gente se pregunta dónde está Dios.  ¿Sabes?  Es normal que la gente que no conoce de Jehová diga no es justo y cuestione a Dios por lo que sucede.  Pero aquellos que hemos recibido a Cristo y su Espíritu mora en nosotros no podemos caer en el mismo error.  ¿Cómo pedir justicia a un mundo regido por la naturaleza caída?  ¿Cómo pedir que Dios actúe ante esas circunstancias?  Lo único que demuestra es ignorancia sobre el Señor y te explico por qué.  Si quisiéramos que Jehová arreglara las injusticias, tenemos el ejemplo del diluvio, de Sodoma y Gomorra para entender cómo funciona Su justicia.  Si queremos que las circunstancias sean favorables y que no atravesemos injusticias, tenemos el ejemplo de Cristo.  El cual, siendo perfecto y sin pecado, sufrió y murió como si hubiera sido el peor ser humano que haya existido.  ¿Te das cuenta?  No solo basta con decir yo creo en Dios y listo.  Tienes que aprender de Él a través de su palabra.  Debes saber qué quiere de ti y cómo debes hacerlo.  Por eso, con el pasaje de hoy, debemos aprender a vivir injusticias orando por los que las cometen y no quejándonos con el Señor porque permite que sucedan.  Dejemos de pensar que Dios debería venir a corregir todo lo que pensamos que está mal porque nosotros también estamos en esa lista.  Solamente por gracia y misericordia somos hechos hijos de Él.  En ningún momento hicimos nada para merecerlo.  Siendo injustos nos convirtió en justos.  Siendo sucios nos limpió.  Estando enfermos nos curó.  Estando perdidos nos encontró.  ¿Quiénes somos para decir que la vida no es justa?  ¿Quiénes somos para cuestionar a Dios?  Cada vez que escuches estas frases o incluso las digas, recuerda este pasaje y lo importante que es mantenerse humillado y reconocer que el Señor reina y nosotros obedecemos.  No importa el nivel de injusticia.  No importa si piensas que es algo intolerable y que se debe actuar al respecto.  Actuar así es seguir a Dios como Él lo pide.  El pasaje nos habla de gente que decidió así.  Personas que también vivieron momentos difíciles e injusticias según el mundo.  Pero ellos se mantuvieron en la fe.  La mirada en Dios y las pisadas siguiendo sus instrucciones.  No te desanimes.  ¡Al contrario!  Si Dios es con nosotros, quién contra nosotros.  No te preocupes como lo hacen los que no conocen a Dios.  No actúes como ellos.  Tú conoces la esperanza que hay en Él.  Aprende a morir a ti mismo.  Aprende a dejar crecer el espíritu y que la carne disminuya.  Deja que Dios reine y puedas vivir con gozo sin importar las circunstancias tal y como lo hicieron los ejemplos que hemos estudiado en Hebreos.

Oración

Señor: perdóname.  Mi orgullo está bloqueando mi comunión contigo y no quiero seguir así.  Te pido tomes el trono de mi vida y le des dirección a mi caminar.  No permitas que las injusticias me desanimen ni desvíen de tu camino.  Guíame siempre Señor.  En el nombre de Jesús.  Amén