domingo, 31 de mayo de 2015

Romanos.1.v6


1.1 Cuando Pablo, un judío devoto que antes era un perseguidor de cristianos, creyó, Dios lo usó para esparcir el evangelio a través de todo el mundo. A pesar de su prisión, Pablo finalmente predicó en Roma (Hechos 28) quizás hasta al mismo César. Si desea más información acerca de Pablo, véase Hechos 9.

1.1 Pablo humildemente se autodenomina siervo (esclavo) de Jesucristo. Para un ciudadano romano (y Pablo lo era), optar por ser esclavo era inimaginable, pero Pablo escogió ser completamente dependiente y obediente a su Señor amado. ¿Cuál es su actitud hacia Cristo el Señor? Nuestra obediencia a El nos capacita para ser útiles y siervos y así realizar la labor que en verdad importa.

1.2 Algunas de las profecías que predicen las buenas nuevas de Jesucristo son Gen_12:3; Psa_16:10; Psa_40:6-10; Psa_118:22; Isa_11:1ss; Zec_9:9-11; Zec_12:10; Mal_4:1-6.

1.3, 4 Pablo creía que Jesús era el Hijo de Dios, el Mesías prometido, y el Señor resucitado. Pablo llamó a Jesús descendiente del rey David para enfatizar que en verdad en El se cumplían las profecías del Antiguo Testamento en el sentido de que el Mesías vendría del linaje de David. Con esta declaración de fe Pablo manifiesta estar de acuerdo con las enseñanzas de las Escrituras y de los apóstoles.

1.3-5 Aquí Pablo resume las buenas nuevas de Jesucristo: (a) vino como humano, (2) era de linaje real judío, de la línea de David, (3) murió y resucitó, y (4) abrió la puerta para que la gracia y benignidad de Dios fueran nuestras. El libro de Romanos desarrolla estos temas.

1.5, 6 Los cristianos tenemos grandes privilegios y responsabilidades. Pablo y los apóstoles recibieron perdón (la gracia de Dios) como un privilegio inmerecido. Pero también se les asignó la responsabilidad de anunciar el mensaje del perdón de Dios a otros. Dios perdona los pecados de quienes por fe creen en El como Señor. Al hacerlo nos comprometemos a vivir una vida nueva. La nueva vida de Pablo incluyó un llamado de Dios, una responsabilidad que El le dio para testificar ante el mundo como misionero. Dios puede también llamarnos a ser misioneros en el extranjero, pero El nos llama a todos los creyentes a testificar y a ser ejemplo del cambio de vida que Jesús obra en los creyentes.