miércoles, 31 de diciembre de 2014

1 Juan 4:7-8

1 Juan 4:7-8

Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios; y todo el que ama ha nacido de Él y lo conoce.  El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.



Cada vez que tengo la oportunidad de hablar acerca del amor, utilizo una canción que cantaba José José que decía: el amor acaba.  ¡Qué cierta frase!  El amor acaba.  ¿Cuántas canciones hablan sobre el desamor?  ¿Cuántas novelas?  Peor aún, cuántos matrimonios se separan porque “el amor acaba”.  No.  No soy un pesimista.  Lo que trato de hacer claro cuando cito esa canción y hablo acerca del “amor” es la enorme diferencia que existe entre lo que la gente (el mundo) llama amor y lo que realmente es amor.  Existen distintas palabras en el griego para distinguir el amor.  La palabra fileo, habla de un amor fraternal o de amistad.  La palabra eros, de un amor pasional o de deseos.  Por último está la palabra agape.  Ésta habla de un amor incondicional.  Un amor que no necesita recibir para seguir existiendo.  Un amor que no está limitado.  Un amor puro.  Esta misma palabra es la que se utiliza para describir a Dios.  Dios es amor.  Dios es agape.  Por esta razón, la gente piensa que el amor “acaba”.  Porque el amor al que se refieren es fileo o eros.  ¡Es el único amor que conocen!  Tristemente tienen razón.  Ese amor acaba.  Si alguien nos lastima, el amor fraternal queda herido.  Si alguien nos engaña, el amor eros se termina.  ¿Cómo hacer que el amor no se termine con algo tan limitado?  ¡Imposible!  Por eso Dios nos enseña lo que realmente es amor.  Él es amor.  Aquél que le conoce, conoce el amor.  Aquél que le conoce puede amar.  ¿Y qué conocemos de Dios?  Que nos ama incondicionalmente.  Nos ama ilimitadamente.  No nos ama esperando que nosotros hagamos algo.  De hecho, no puedes hacer nada para que te ame más o te ame menos.  ¡No puede amarte más!  No es como nosotros que le “quitamos” y “ponemos” amor conforme nos dan o quitan.  De esta manera es como Dios quiere que nos amemos los unos a los otros.  Entregando sin esperar recibir.  Incondicionalmente.  Soportando lo que no queremos soportar.  Perdonando lo que no queremos perdonar.  En otras palabras: imitando el amor de Cristo para con los demás.  ¡Ese es el amor que nos pide el Señor!  No nos pide que amemos a los que nos caen bien.  No nos pide que amemos de manera fileo o eros.  No.  Nos pide que amemos AGAPE.  Ese amor es el que debe abundar en tu vida.  Y por consecuencia, quiere decir que Dios abunda en tu vida.  ¿Lo puedes entender?  Por esta razón Juan nos dice que solamente aquellos que han nacido de Él y le conocen pueden amar.  No hay amor sino aquel que proviene del Padre.  Así que, si te cuesta trabajo amar a tu prójimo, si tienes problemas con tu pareja o cualquier otra situación que involucre amor, abre tu corazón y tu mente al Señor y pide que te muestre todo aquello que estorba para que puedas amar como Él quiere.  Cristo te amó y se entregó por ti en la cruz.  Hoy quiere que hagas lo mismo por tu prójimo.  Ama sin restricción.  Ama como Cristo te amó.  Sí.  No es nada fácil.  Pero es la mejor manera de aprender a morir a nosotros y dejar que el Señor sea quien crezca y florezca en nuestra vida.

Oración

Padre: Gracias.  No merezco tu amor.  No merezco tu misericordia y tu gracia.  Perdona mis pecados Padre.  Hoy entiendo lo que realmente es el amor.  Tú eres amor.  Tú eres la esencia misma del amor.  Por eso nadie puede amar si no es a través de Ti.  Yo te pido que pueda imitar tu amor y llevarlo a mi prójimo.  Padre, te pido que ni mi orgullo ni mi necedad te estorben para trabajar en mi corazón.  Quiero vivir confiado en que tu camino es el mejor camino.  Lléname de tu amor y permite que viva en él y conforme a él todos los días.  En Cristo Jesús.  Amén

martes, 30 de diciembre de 2014

Colosenses 3:9-10

Colosenses 3:9-10
Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su Creador.


Recientemente hicimos nuestra declaración de impuestos. No fueron noticias buenas pues salimos debiendo al gobierno. Una opción para disminuir el monto a pagar era incluir a algún familiar como nuestro dependiente. Sonaba tentador. No tenemos a ningún dependiente contestamos a la contadora, no importa, pueden poner a sus papás o alguien más, mucha gente lo hace contestó ella… Escudarnos detrás de lo que mucha gente hace es peligroso. Resulta fácil decir que no a las mentiras cuando no estamos en la posibilidad de decir una y que el resultado de la misma sea favorable (al menos por un tiempo). Los políticos mienten en sus campañas, nos llenan de ideas y promesas que harán para que después nos demos cuenta que hemos sido engañados. Algunos vendedores hacen lo mismo, te llenan la cabeza con los beneficios y mienten sobre los contras de sus productos. Con la crisis económica, nos pudimos dar cuenta que el mentir no respeta países, clases sociales ni razas. Todos cayeron en la misma trampa de mentir comprando y vendiendo productos que no valían nada. Empresas que garantizaban sus inversiones resultaron ser fraudulentas y sus oficinas estaban en alguna isla perdida. Esto es la mentira. Esto es resultado de nuestra naturaleza anterior, del ropaje viejo y lleno de vicios. ¿Queremos vivir así? ¿Queremos tener una sociedad así? Yo no. Por esta razón debemos dejar de mentir. No hay mentira grande ni pequeña, de corto o largo plazo, una mentira es una mentira y punto. Además, el mentir ya no puede pertenecer a tu nueva naturaleza.
Por otro lado, recuerdo que muchas veces no comprendía términos o el lenguaje de la Biblia. Cuando leía algo como nuestra naturaleza se va renovando en conocimiento de nuestro Creador, realmente no entendía mucho. Conforme pasó el tiempo, fui estudiando y aprendiendo más de Dios, me di cuenta de lo que estaba pasando en mi vida. Estaba siendo renovada. Se estaba creando una estructura de principios que guiaban mis pensamientos y crecía en discernimiento de lo bueno y lo malo. Comencé a darme cuenta que mi naturaleza anterior (mi vida antes de Cristo) no traía nada bueno y que por el contrario, esta nueva vida, esta transformación que nunca termina ha sido de bendición y la dirección a la que se dirige es en donde quiero estar. La renovación en Cristo es constante y no tiene fin. Te animo a que analices tu vida con respecto a lo que hacías antes de conocer a Jesús y ahora. ¿Has cambiado? ¿Te has desprendido de tu naturaleza vieja? ¿Has sido renovado por el Creador? Por si tenías la duda, gracias a Dios que nos dio fuerza y prevaleció la verdad.

Oración
Señor: Tú que estás en el cielo y eres Santo, te preocupas por mí aunque no lo merezca. Gracias por ese amor, esa preocupación y por tu Palabra que has dejado para guiarme por tu camino, el camino correcto. Ayúdame a seguirlo y ser renovado constantemente a tu imagen. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

lunes, 29 de diciembre de 2014

Proverbios 13:3

Proverbios 13:3
El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.



Lo primero que me viene a la mente es recordar cuántas veces he tenido que pedir perdón por algo que dije que no estaba bien. ¿Cuántas veces has dicho: cómo pude haber dicho esto o aquello? Controlar nuestra boca no es cosa fácil. La biblia está llena de advertencias sobre ella. Nos previene sobre lo destructiva que es y lo indomable que puede llegar a ser. Nuestra boca puede provocar nuestra propia ruina si no aprendemos a entregarla a Dios. Nuestra boca debe ser controlada por nosotros y no al revés.
Aquello de lo que hablamos, dice la biblia que es lo que tenemos en el corazón. ¿Estamos criticando? ¿Juzgando? ¿Mintiendo? ¿Utilizando groserías?
¿Cómo hablas?
Seguramente cuando eras pequeño te corrigieron sobre lo que debes o no decir. Pero no creo que te hayan advertido sobre lo destructivo que puede ser el no controlar tu lengua. Me parece que muy pocas personas entienden y aceptan que al cuidar nuestra lengua protegemos nuestra vida y al no hacerlo provocamos nuestra propia ruina.
¿Por qué no hacemos un compromiso y entregamos nuestras palabras a Dios?
Qué mejor que hablar lo correcto. Qué mejor que cada vez que digas algo sea constructivo, promueva la gracia y amor de Dios. Esto no significa que vas a tener que cambiar tu tono de voz o las palabras que utilizas hablando ahora pura cursilería. ¡NO! La transformación que Dios quiere no va por ese camino sino por el lado de entregar aquello de lo que hablamos no dejando que nuestra lengua nos controle y sea ella quien decida lo que habremos de decir.
Piensa en aquellos momentos en los que no controlaste tu boca y las consecuencias que se derivaron de ello…
Todos hablan, pocos controlan lo que dicen. La lengua debe ser controlada.
Para poder controlar nuestra boca, debemos analizar nuestra forma de hablar. Debemos meditar en cómo nos dirigimos a las personas, cómo expresamos nuestras inconformidades y nuestras diferencias, cómo le hablamos a nuestros superiores y a aquellos a nuestro cargo, cómo le hablamos a nuestros seres queridos cuando estamos contentos y también cuando estamos enojados, cómo contestamos cuando nos lastiman o molestan, en general: meditar en lo que sale de nuestra boca en cualquier circunstancia.
Hoy Dios nos dice que no controlar nuestra lengua traerá ruina a nuestra vida. Es probable que, como yo, ya hayas experimentado parte de esa ruina por no haber controlado tu boca. Hagamos caso de este proverbio y comencemos a poner control sobre lo que decimos y protejamos nuestra vida.

Oración
Señor: te pido perdón por tantas cosas que he dicho que no están bien. Te entrego mi lengua porque yo no puedo controlarla. Ayúdame a que de mi boca salga bendición y no destrucción. Cambia mi forma de hablar Señor. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús
Amén

domingo, 28 de diciembre de 2014

Hechos 5:7-10

Hechos 5:7-10
Como tres horas después entró su mujer, no sabiendo lo que había sucedido. y Pedro le preguntó: “Dime, ¿vendieron el terreno en tal precio?” “Sí, ese fue el precio” dijo ella. Entonces Pedro le dijo: “¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Mira, los pies de los hombres que sepultaron a tu marido están a la puerta, y te sacarán también a ti.” Al instante cayó a los pies de él, y expiró. Al entrar los jóvenes, la hallaron muerta; entonces la sacaron y le dieron sepultura junto a su marido.


No sabemos si fue Ananías o su mujer el primero en pensar el plan de vender el terreno y quedarse con una parte. Lo importante no es si fue el hombre o la mujer sino el darse cuenta que como matrimonio, la falla de uno puede llevar terribles consecuencias. Ananías no estaba cumpliendo con un buen liderazgo y su mujer no estaba siendo de ayuda al solapar este plan. ¿Las consecuencias? Los dos cayeron al piso muertos. ¿Qué aprendemos? Que tarde o temprano, también “caeremos al piso” y nos llamarán a rendir cuentas.
Si pones atención, te puedes dar cuenta que la mujer de Ananías tuvo una segunda oportunidad para arrepentirse cuando Pedro le pregunta sobre el terreno. En ese instante ella pudo haber explicado lo sucedido y pedir perdón. Incluso ¡pudo haber pedido que le regresaran su dinero pues no estaba conforme con entregarlo todo! Pero prefirió seguir con el engaño. Pensó que nadie se daría cuenta. Pensó que su mentira podía seguir y que podría salir delante. La verdad es que la mentira y el engaño no nos llevan a ningún lado sino a la separación con Dios y a una eternidad sin Él. ¿Tan drásticas las consecuencias? Sí. No lo digo yo sino la Biblia. A nosotros nos gusta pensar que los errores no son tan graves o pueden arreglarse. Si bien, pueden corregirse, el vivir las consecuencias de los mismos, nadie lo puede evitar. Además, ¿quién nos asegura que podremos tener vida para componer nuestros errores? La mujer optó por seguir con su mentira y se encontró con unos jóvenes llenos de tierra que regresaban de haber enterrado a su marido. Al instante cayó y fue sepultada.
¡Nuestras decisiones tienen consecuencias! A veces inmediatas a veces no, pero todo lo que hacemos nos lleva a alguna parte. Por esto la biblia nos llena de versículos advirtiendo sobre lo que sembramos y promoviendo que siempre busquemos la buena siembra para cosechar lo bueno. Tal vez no estás casado y no te identifiques con Ananías o su mujer, pero independientemente de tu estado civil, Dios te ha puesto en un lugar específico para que compartas de su palabra y le sirvas en obediencia. Por otro lado, quiero resaltar la importancia que tiene la pareja en el matrimonio. Necesitamos el uno del otro. Necesitamos entender que el estar pegados al Señor es vital y si uno comienza a fallar el otro debe estar atento para corregir. Ananías y su mujer le dieron la espalda a Dios y sabemos cómo terminaron. ¿Cómo quieres terminar tú?

Oración
Señor: me arrepiento de mis pecados y te pido perdón. Hoy entiendo las consecuencias que tiene el darte la espalda y no escucharte. Te pido que pueda retomar mi compromiso contigo y seguirte fielmente. Guíame. No me quiero separar de Ti. Quiero sembrar lo bueno y cosechar sus frutos. En Cristo Jesús
Amén

sábado, 27 de diciembre de 2014

Hechos 10:17-20

Hechos 10:17-20
Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. Levántate pues y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.



Analicemos la situación. Pedro se encuentra meditando sobre lo que significa la visión que acaba de tener. Al mismo tiempo, hay tres hombres que están tocando a la puerta y lo buscan. Finalmente, el Espíritu le dice: levántate y no dudes en ir con ellos porque yo los he enviado. Como siempre, me gusta pensar en cómo puedo aplicar el día de hoy lo que está escrito en la palabra de Dios. En este caso, veo un principio muy sencillo pero sumamente importante: si queremos respuestas a nuestras interrogantes, debemos estar meditando en la palabra de Dios. La biblia nos dice que Pedro estaba perplejo o confundido por lo que había visto. ¿Cuántas veces estás confundido por lo que sucede en tu vida? ¡Muchas! Tratas de darle vueltas y vueltas pero no logras entenderlo. Ahora, déjame decirte algo muy importante: es normal que no entiendas absolutamente todo lo que te pasa. Dios ha decidido revelarnos algunas cosas y otras no. ¿Por qué? No lo sé exactamente pero lo que sí sé es que lo hizo por nuestro propio bien y en una perfección total. ¿Cuánto tiempo y cómo revela Dios sus planes? ¡Esta pregunta me encanta! Revela nuestras ganas de moldear al Señor a nuestro concepto de Él en lugar del que está descrito en su palabra. ¿Por qué pensamos que Dios debe tener un tiempo semejante para nuestras pruebas? ¿Por qué cuestionamos que el tiempo que llevamos ha sido demasiado o suficiente? Escucha bien, si hoy en día estás preguntándote por qué Dios permite tal o cual en tu vida y por qué lleva ya tanto tiempo esta situación, te sugiero que medites y reflexiones sobre lo que Dios está queriendo hacer en ti y cómo le has estorbado.
Volviendo al principio que escribí: para tener respuestas a nuestras interrogantes es necesario estar pegados a la biblia. ¿Por qué? Porque si vuelves a leer el versículo, puedes darte cuenta que Pedro aunque estaba perplejo y confundido, no se estaba quejando o hablando con los discípulos sobre lo que pudieran pensar u opinar de lo que había visto. Nos dice la biblia que el Espíritu le habló mientras estaba meditando en esto. ¿Cómo nos habla el Espíritu? A través de la palabra de Dios que está en la biblia. ¿Te das cuenta? No podemos ir cuestionando lo que nos sucede y demandando respuestas en cualquier lugar. Las respuestas las tiene el Señor. ¿Sigues cuestionando el principio? Te voy a dar varias respuestas que encontrarás en la biblia y medita si pudieran aplicarse a tu vida: busca el reino de Dios, ama a tu prójimo como a ti mismo, perdona siempre, no dejes de orar, ten fe, no dejes que haya amargura en tu corazón, no permitas que las riquezas te vuelvan orgulloso, comparte a Cristo y no mientas. Son solamente unas cuantas de todo lo que Dios nos quiere enseñar. ¡Piénsalo!

Oración
Señor: te pido perdón porque he sido soberbio y no te he dejado trabajar en mi corazón. Por el contrario, he cuestionado tus planes y me he quejado contra ellos. Hoy entiendo que tu palabra tiene las respuestas y que yo soy el primero en estorbar para poderlas escuchar y aceptar. Te pido perdón. Renueva mi corazón. Permite que pueda empezar de nuevo pero contigo reinando en mí. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén

viernes, 26 de diciembre de 2014

Hechos 15:12-21

Hechos 15:12-21


Toda la asamblea guardó silencio para escuchar a Bernabé y a Pablo, que les contaron las señales y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles.  Cuando terminaron, Jacobo tomó la palabra y dijo: Hermanos, escúchenme.  Simón nos ha expuesto cómo Dios desde el principio tuvo a bien escoger de entre los gentiles un pueblo para honra de su nombre.  Con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré la casa derrumbada de David.  Sus ruinas reedificaré y la restauraré, para que busque al Señor el resto de la humanidad (los gentiles), todas naciones que llevan mi nombre.  Así dice el Señor, que hace estas cosas conocidas desde tiempos antiguos.  Por lo tanto, yo considero que debemos dejar de ponerles trabas a los gentiles que se convierten a Dios.  Más bien debemos escribirles que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la inmoralidad sexual, de la carne de animales estrangulados y de sangre.  En efecto desde tiempos antiguos Moisés siempre ha tenido en cada ciudad quien lo predique y lo lea en las sinagogas todos los sábados.



Cuando uno entra en desacuerdo, cuando no sabe qué hacer o qué pensar, lo que debe hacer no es preguntar a la sabiduría humana sino a Dios para obtener las mejores respuestas.  En esta ocasión, los hermanos acudieron a ellas para poder llegar a una decisión que fuera la correcta.  ¿Qué hacer con los gentiles?  Pues en las escrituras el Señor muestra que ellos también estarían incluidos dentro de su pueblo y hoy en día tenemos a Pedro, Pablo y Bernabé presenciando milagros en las vidas de los gentiles.  ¿Conclusión?  Esto es obra del Señor.  Entonces, ¿qué nos corresponde hacer?  Decirles que se dediquen a obedecer y seguir a Cristo.  ¡Listo!  Asunto arreglado.  Nuestra vida está llena de momentos como este.  Entramos en confusión e indecisión.  No sabemos cómo actuar ante esta y aquella situación.  Nos quedamos parados y pensamos que ahí debemos estar hasta que las cosas se aclaren.  La verdad es que todo se aclara rápidamente al ser expuesta a la luz de la palabra.  Por ejemplo: ¿te hicieron daño o lastimaron?  Dios nos pide que amemos y oremos por nuestros enemigos.  Asunto arreglado.  ¿Debo hacer esto o aquello?  ¿Tienes que mentir?  ¿Tienes que dejar de ir a tus estudios y discipulados?  ¿Estás buscando dar gloria a Dios o a ti?  Asunto arreglado.  Yo sé que puedes estar pensando que hay momentos más complicados que estos ejemplos, pero créeme, finalmente todo se reduce a un sí o un no cuando lo medimos con la vara del Señor.  ¿Por qué?  Porque ésta expone lo que hay en nuestro corazón.  Así expuso lo que los fariseos estaban queriendo hacer con los gentiles.  En su corazón no estaba el vivir por la gracia y misericordia de Dios sino que querían continuar haciendo obras y cumpliendo leyes.
Finalmente Jacobo nos da un excelente consejo que parafraseado diría algo así: dejemos atrás todos estos argumentos y pongamos nuestra mirada en el Señor.  ¿Qué nos pide?  Que le sirvamos.  Que le obedezcamos.  Que le demos gloria.  Bien.  Entonces eso pidamos y exhortemos a los gentiles que lo hagan.
Bien.  Esto entonces es lo que hoy Dios te pide que hagas.

Oración
Señor y Padre nuestro: cuántas gracias te doy por darle sentido a mi vida y por amarme incondicionalmente.  Gracias por enseñarme a tomar decisiones basado en tu palabra y darme certeza que será siempre la mejor decisión.  Te pido que pueda enfocarme en servirte y obedecerte dejando que tú te encargues de lo demás.  Padre, perdona mis pecados y no permitas que me aparte de Ti.  En el nombre de Cristo Jesús te lo pido.  Amén

jueves, 25 de diciembre de 2014

Hechos 24:25-35

Hechos 24:25-35


Además, escribió una carta en estos términos: Claudio Lisias, a su excelencia el gobernador Félix: Saludos.  Los judíos prendieron a este hombre y estaban a punto de matarlo, pero yo llegué con mis soldados y lo rescaté, porque me había enterado de que es ciudadano romano.  Yo quería saber de qué lo acusaban así que lo llevé al Consejo judío.  Descubrí que lo de algunas cuestiones de su ley, pero no había contra él cargo alguno que mereciera la muerte o la cárcel.  Cuando me informaron que se tramaba de una conspiración contra este hombre, decidí enviarlo a usted en seguida.  También les ordené a sus acusadores que expongan delante de usted los cargos que tengan contra él.  Así que los soldados, según se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche hasta Antípatris.  Al día siguiente dejaron que la caballería siguiera con él mientras ellos volvían al cuartel.  Cuando la caballería llegó a Cesarea, le entregaron la carta al gobernador y le presentaron también a Pablo.  Félix leyó la carta y le preguntó de qué provincia era.  Al enterarse de que Pablo era de Cilicia, le dijo: te daré audiencia cuando lleguen tus acusadores.  Y ordenó que lo dejaran bajo custodia en el palacio de Herodes.


El comandante representa nuestra naturaleza carnal.  Así crecimos en este mundo.  Nos enseñaron a quedar bien con nuestros superiores.  Podían llamarse maestros o jefes en el trabajo.  También, muchas personas consideran que las mentiras pueden ser “blancas”.  Éstas son consideradas válidas dependiendo la circunstancia y normalmente son de poco impacto.  Incluso pueden percibirse como aquellas que buscan un “bien”.  Claudio, el comandante, quería quedar bien con su superior.  Utiliza información real y le añade algunas mentiras para brillar ante Félix.  Además, él piensa que le está salvando la vida a Pablo mientras que Dios es quien está orquestando absolutamente todo.  Ahora, seamos honestos.  ¡Qué difícil es comprender que nuestro Señor tiene el control de todo!  Lo escuchamos muchas veces pero cuando llegan los problemas, las injusticias o incluso la incertidumbre se nos olvida rápidamente.  Por otro lado, queremos seguir viviendo una doble vida.  La carnal y la espiritual.  Pensamos que debemos comportarnos de una manera con la familia, de otra en el trabajo y otra más en la iglesia.  ¿Es posible esto?  ¡Por supuesto que no!  Desde esta perspectiva, las acciones de Claudio no suenan tan extrañas a las nuestras.  Tal vez iba todos los domingos a algún tipo de evento religioso.  Tal vez él creía que era una buena persona.  Tal vez consideraba que no era tan malo.  Probablemente por estas razones, considera normal el mentir “un poco” para utilizarlo a su favor.
¿Puedes ver la conexión que hay con nosotros?  Tal vez mientras leías la carta que escribió pensabas en lo hipócrita y ventajoso que estaba siendo.  La realidad es que nosotros muchas veces actuamos igual.  ¡Esto es lo que debemos dejar que Dios cambie en nuestras vidas!  No podemos seguir teniendo distintas caras.  No podemos comportarnos de tantas formas dependiendo del lugar y las personas.  Debemos ser congruentes.  Debemos cuidar nuestro testimonio y sobre todo, debemos ser obedientes.  Analiza tu vida y deja que Dios abra tus ojos a la luz de su palabra.
Oración
Señor: perdona mis pecados y mi soberbia.  Te pido que viva de acuerdo a tu palabra y sea testimonio de Ti.  No quiero tener muchas caras sino una sola en todo momento y que sea un reflejo de Jesús.  Te lo pido mi Dios en el nombre de Jesús.  Amén 

martes, 23 de diciembre de 2014

Gálatas 4:8-11

Gálatas 4:8-11


Antes, cuando ustedes no conocían a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses.  Pero ahora que conocen a Dios, o más bien que Dios los conoce a ustedes, ¿Cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor?  ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?  ¡Ustedes siguen guardando los días de fiesta, meses, estaciones y años!  Temo por ustedes, que tal vez me haya estado esforzando en vano.




Es triste.  Este tipo de comportamiento lo vemos constantemente en la Biblia.  De hecho, estoy seguro que lo ves en tu vida también.  Tal vez te confunde el escuchar que eras esclavo de otros ídolos o de los que no son dioses o alguna otra descripción.  La realidad es más sencilla.  Pablo quiere que entendamos que cuando caminamos dentro de los planes de Dios, sin importar las circunstancias, siempre estaremos mejor que como estábamos antes.  No podemos estar viviendo un presente si estamos deseando estar en un pasado, en un futuro o en otra situación.  No podemos decirnos seguidores de Jesús y al mismo tiempo querer seguir viviendo como si no lo conociéramos.  Dios lo mostró hace miles de años y hoy veo distintas formas de pensar que, pensando que han descubierto el hilo negro, te dicen que vivas y disfrutes tu presente.  Es verdad, debes vivir y disfrutar tu presente, el problema es que, sin el Señor, no podrás disfrutarlo.  Él es quien permite que disfrutemos las bendiciones que nos son dadas.  ¿Alguna vez has conocido a alguien que tenga mucho y disfruta poco?  Pues ya sabes por qué.
El pasaje nos dice que algunos de los gálatas estaban regresando a sus antiguas andanzas.  ¿Cómo lo podemos ver hoy en día?  Piensa en un mentiroso que quiere obedecer y dejar de hacerlo.  Pasa un mes y no ha mentido.  De repente, surge una situación en la que, si miente, las cosas podrían mejorar, de lo contrario, si dice la verdad las consecuencias no serían buenas.  Obviamente su mente ya está dando vueltas y está pensando que, de no haber sido por querer cambiar, hoy podría mentir y asunto arreglado.  Pero ahora ya no es así.  Ya sabe que está mal mentir.  Ya sabe que el compromiso no es con la gente sino con Dios.  ¡Qué conflicto!  Así nos pasa en cantidad de situaciones diversas.  Los que tienen problemas con su carácter, los que tienen problemas de fidelidad, de homosexualidad, de amar, de perdonar, de sujetarse, etc.  Cada vez que decidimos dejar de hacer lo que está mal, y en el futuro nos encontramos con una disyuntiva, ¿por qué pensamos que estábamos mejor antes?  ¿Por qué se nos olvida del hoyo tan horrible del que nos sacó el Señor?  ¿Sabes por qué?  Porque pensamos que merecemos lo que tenemos y damos por hecho que seguirá ahí siempre.  Porque no entendemos que las bendiciones vienen de la gracia de Dios y no de nuestras acciones.  Si pudiéramos entender esto, alabaríamos y obedeceríamos sin importar las circunstancias.  Con mucho, con poco.  Enfermos o sanos.  Con dificultad o sin dificultad.  Simplemente tendríamos la mirada en el cielo y viviríamos agradecidos.  Viviríamos compartiendo el maravilloso evangelio y la increíble gracia que Dios tiene para nosotros.  Hablaríamos de cómo Cristo ha cambiado nuestras vidas y de cómo nos sacó adelante.
Recuerdo un pasaje donde Pablo nos dice: ¿Estás casado?  ¡No busques separarte!  ¿Estás soltero?  ¡No busques casarte!  Maridos, amen a sus mujeres.  Esposas, sujétense a sus maridos.  Pienso en cómo nos encanta estar viendo lo que no tenemos y hacemos a un lado lo que hoy se nos ha dado por misericordia.  Deja de pensar en lo que no es de Dios y entiende que no hay mejor plan que el del Señor.  Ahora, si te gusta aprender a golpes pues adelante.  Solamente piensa en las consecuencias de tus actos y recuerda que no serás el único que las sufra.  Entiende que hay gente que te ama y que está a tu alrededor que también sufre por las decisiones que tomes.
Yo sé que es difícil.  Yo entiendo que tus pensamientos te hacen creer que lo de antes tenía ventajas.  La verdad es que no es así.  Créeme.  De hecho, no me creas a mí, cree en la palabra de Dios.  Los israelitas que salieron de la esclavitud de Egipto no pudieron entrar en la tierra prometida por reclamar a Dios y no confiar en que los planes que Él tenía eran mejores que los de ellos.  Al final la promesa se cumplió y la siguiente generación entró.  Yo creo que sería bueno no dejar pasar esa bendición y querer entrar nosotros.  Obedezcamos hoy.  Busquemos servirle en todo lo que hagamos.  Busquemos darle gloria en nuestro día a día.  Vivamos agradecidos de lo que en su amor decide darnos.  Dejemos atrás la carne y vivamos por el espíritu.

Oración
Padre nuestro: gracias por querer tener comunión conmigo y por mandar a tu Hijo a morir por mis pecados.  Gracias por tus bendiciones y sobre todo te pido perdón porque muchas veces no las valoro.  Hoy te pido que pueda dejar de distraerme pensando que estaba mejor antes o que las cosas serían mejor de otra manera.  Quiero entender que tu plan que vivo hoy es lo mejor para mí y vivirlo gozosamente.  Toma mi vida y dirígela mi Señor.  Te lo pido en el nombre de Jesucristo.  Amén 

lunes, 22 de diciembre de 2014

Hebreos 9:23-24

Hebreos 9:23-24

Así que era necesario que las copias de las realidades celestiales fueran purificadas con esos sacrificios, pero que las realidades mismas lo fueran con sacrificios superiores a aquéllos.  En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios a favor nuestro.



Debemos entender la dualidad en la que vivimos: la carne y el espíritu.  Constantemente se nos recuerda en Hebreos esta realidad y la importancia que tiene el separarlas.  Hay un santuario en el cielo y había una copia en la tierra.  Los sacerdotes entraban al santuario e intercedían por los hombres aquí en la tierra mientras que ahora tenemos a Cristo haciendo lo mismo en el cielo.  Nos habla el versículo que las características del santuario en la tierra tienen una diferencia esencial: la realidad celestial es superior a la terrenal.  El santuario al que Cristo entra no fue hecho por hombres y tampoco necesita ofrecer sacrificios.  Él entró al cielo y directamente a la presencia del Padre para interceder por nosotros.  En pocas palabras, se nos dice que lo que hay en el cielo es mejor, superior, a lo que hay en la tierra.  ¿Sabes?  Constantemente aprendemos este principio en la biblia.  No se trata de vivir fantaseando sobre un lugar lejano al que iremos al morir.  Tampoco es una forma de vivir como optimistas deseando que nos vaya mejor en la “siguiente vida”.  No.  Es una realidad el que el cielo es mejor que la tierra.  Es una realidad que no todos van a ir al cielo.  Es una realidad que nuestra meta debe ser estar en esa presencia de Dios porque entendemos este principio perfectamente.  Sabemos que el camino del Señor es mejor que lo que podamos encontrar aquí en la tierra.  Ahora, si no lo has entendido, quiere decir que todavía no has permitido que Dios reine en tu vida.  Es probable que sigas luchando entre tu vida espiritual y tus deseos y costumbres carnales.  Es importante que entiendas que Dios es superior a ti.  Su palabra tiene mejores planes que los tuyos y su soberanía y poder es mucho mayor que tú.  ¿Por qué seguir luchando contra Él?  Dios nos dice que perdonemos mientras nosotros pensamos que hay personas “imperdonables”.  Dios nos dice que amemos a nuestro prójimo mientras que nosotros le ponemos “peros” para justificar nuestra falta de amor.  Se nos pide que hablemos verdad pero aceptamos las mentiras “blancas”.  Todo esto son señales que estamos prefiriendo vivir conforme al mundo en lugar de entender que conforme a Dios todo es superior.  ¿Lo puedes entender?  Tus costumbres te arrastran a seguir igual.  Tus deseos son un estorbo para poder crecer espiritualmente.  Debes armarte de fe y de la palabra de Dios para poder caminar en dirección opuesta y decidir firmemente por el camino de Dios.  Si algo hemos aprendido en hebreos es la superioridad de Dios y esto debe impactar la manera en la que vivimos día a día.  ¿Para qué insistir en una lucha que tenemos perdida?  Mejor comienza a corregir tus pasos y deja que el Señor reine.  Vive en carne propia la superioridad del cielo sobre la tierra.  Cristo ya hizo todo.  Te corresponde a ti dar el siguiente paso.

Oración

Padre y Señor mío: te pido perdón por mis pecados.  Hoy entiendo mi necedad y orgullo.  Quítalos de mí.  No quiero seguir así y mucho menos estar peleando contra Ti.  Hoy entiendo que seguirte y confiar en Ti es lo mejor que puedo hacer.  Te pido reines en mi vida y tu voluntad sea mi voluntad.  Gracias por el sacrificio de Jesús y la oportunidad de reconciliarme contigo.  Gracias en el nombre de Jesús.  Amén.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Hebreos 11:31

Hebreos 11:31

Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías.



Esta historia la encontramos en Josué capítulo 2.  Antes de entrar a la tierra prometida, Josué decide mandar dos espías los cuales se alojan en casa de Rahab y ella los protege al decir a los mensajeros del rey que los hombres ya se habían ido.  Josué 2:9-10 nos explica por qué Rahab hizo esto: Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.  Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto.
Hay personas que toman este pasaje para pensar que la biblia acepta el decir mentiras “blancas” con un propósito “bueno”.  Rahab mintió para proteger a los espías.  Sin embargo, es incorrecto pensar así.  Dios es muy claro con respecto a las mentiras.  El ejemplo de Rahab nos habla de la fe que alguien puede tener cuando escucha y ve lo que Jehová hace.  ¿Cómo exigirle una vida santa a alguien que a penas comienza a conocer de Dios?  Aún si tuviera muchos años en Cristo, nuestro ejemplo a seguir es Jesús y no los hombres.  Así que no dejes que te confundan y ten claro que las mentiras son mentiras.  No hay distintos tipos y ninguna es aprobada por Dios.
Por otro lado, me encanta leer lo que dice Rahab.  ¡Es lo que se rumoraba por Jericó y seguramente por todo el mundo!  Jehová había librado a los israelitas con mano poderosa haciendo milagros increíbles.  ¿Sabes?  De no ser por los espías y este encuentro con Rahab, nunca se hubieran enterado del temor que tenía la gente y lo enterados que estaban del testimonio de Dios sobre Israel.  Esto me hace pensar lo importante que es el mantener un buen testimonio en todo momento y el impacto tan grande que puede causar.  Cuando uno se mantiene firme en el Señor, puede estar alcanzando personas que nunca pensó o imaginó.  ¡Ten fe y mantente firme en ella!  Que tus acciones hablen de tu comunión con Jehová y lo increíble que es tenerlo como Rey y Señor de tu vida.  Nunca dejes pasar la oportunidad para hablar de Cristo y simplemente actuar como es agradable a Él.  Nunca sabes quién está observando y lo mucho que impresiona a las personas cuando Dios trabaja.  Vuelve a leer las palabras de Rahab para que te des cuenta.  Ella sabía que Dios había hecho el trabajo y que Dios estaba con los judíos.  Nadie había ido a predicarle.  Simplemente el testimonio de lo que Dios estaba haciendo llegó a ella.  Ahora imagina lo increíble que sería que tu vida fuera tan entregada a Jehová que la gente escuche de tu testimonio.  ¡Es mucho más fácil de lo que te imaginas!  Simplemente ama y obedece a Dios por encima de todo.  Tal vez dejando de mentir o de hacer alguna trampa para pagar menos impuestos o corrompiendo a otras personas con dinero, lo importante es que comiences a actuar conforme tu Fe en Jehová y dejes que Él guíe en todo momento.  Así lo hizo Rahab y, junto con su familia, fueron los únicos que se salvaron cuando toman la ciudad.  Piénsalo.  Rahab no era la única que sabía del testimonio de Israel.  Sin embargo, por fe, toma acción y decide confiar en el Dios del que había oído.  ¡Eso le ganó la vida y el estar grabada en la biblia eternamente!  Pongamos nuestra fe por práctica y dejemos que Dios haga milagros a través de nosotros y la esperanza que Él nos da sea llevada a los que nos rodean.
Oración

Padre: aquí estoy para servirte.  Te pido transformes mi vida y me guíes para caminar ahora por tu camino.  Quiero vivir a través de mi fe puesta en Ti.  Quiero dejar atrás todo aquello que no te agrada y obedecerte en todo sin importar que parezca imposible.  Tú eres quién hizo todos los milagros con el pueblo judío y sé que harás así en mi vida.  Yo quiero vivir conforme a tu voluntad.  Te lo pido Padre en el nombre de Jesús.  Amén

viernes, 19 de diciembre de 2014

1 Pedro 3:7

1 Pedro 3:7


De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes.



En otra traducción dice: den honor a la mujer como a vaso más frágil.  Si pones atención al versículo 7, nos dice que la mujer es más delicada que los hombres, nos pide que le demos honor y cuidado como a vaso más frágil.  No dice que sea inferior.  No dice que sea menos capaz.  No dice que no pueda ir a trabajar como un hombre.  No.  Solamente dice que tienen una cualidad distinta a los hombres: son delicadas.  Debemos entender que no somos iguales.  Debemos entender que Dios nos ha dado capacidades distintas para realizar roles distintos.  Pensar que somos iguales es desechar esa unicidad con la que el Señor nos creó.  El día de ayer vi un programa que analizaba las fortalezas del cerebro entre hombres y mujeres.  Las mujeres tenían mejor memoria para las caras y nombres que los hombres así como seguir instrucciones.  Por el otro lado, los hombres tenían mejor concepto espacial (acomodar muchas cosas dentro de una cajuela en un coche) y pueden desenvolverse mejor en lugares no conocidos y tomando riesgos.  A penas estamos descubriendo científicamente las diferencias que tenemos unos de otros mientras que Dios nos lo dijo hace miles de años.  Hombres: no podemos tratar a nuestras mujeres como si fueran amigos varones.  Por más que sean nuestra “mejor amiga y confidente”.  Debemos aprender a tratarlas delicadamente.  Mujeres: recuerden a sus maridos lo que nos corresponde.  Nosotros no tenemos tan buena memoria como ustedes.  Varones: aprendamos a ver a nuestras esposas como al vaso más frágil que debemos cuidar y guiar en el Señor.  Efesios 5:25 y 28 nos dice que debemos amar a las mujeres como Cristo amó a la iglesia y como a nuestros propios cuerpos.  ¿Cómo amó Cristo a la iglesia?  ¿Cómo amas tu propio cuerpo?  Cristo entregó su vida por la iglesia.  La amó sin importar lo que hiciera y sin pedir nada a cambio.  La amó con el amor más grande que existe: el amor agape (en griego).  Un amor incondicional.  Un amor que no busca lo suyo.  Un amor perfecto.  ¡Ese amor pide Dios que tengamos hacia nuestra pareja!  Así como piensas en tu cuerpo, en tus necesidades, en tus deseos y en tus satisfacciones, así también debes pensar en tener cuidado de tu mujer.  Piensa en ella.  En sus deseos.  En sus satisfacciones.  Piensa en cómo amarla sin restricción.  Mujeres: ¿No les enamora un hombre así?
Tristemente, en lugar de escuchar a Dios, escuchamos la publicidad de artículos que nos venden y las costumbres que hay allá afuera.  Pensamos que debemos tener un coche último modelo para impresionar a la mujer.  Incluso hay dichos que dicen que es mejor ser rico que guapo para conquistar a una mujer.  Toda esa sabiduría “coloquial” no te llevará a escoger sabiamente a tu pareja y mucho menos a tener un matrimonio exitoso.  La biblia no te dice que como hombre debes ser rico en dinero para proteger a tu mujer.  Te dice que seas rico en amor y entrega para con ella.  Te dice que debes tratarla como lo más preciado y frágil.  Te dice que la ames sin estar esperando que haga o deje de hacer.  ¡Qué fácil nos ponemos a exigir!  ¡Qué fácil nos olvidamos de entregar nuestro todo por ustedes!  Varones.  La mujer es más delicada y frágil que nosotros.  Seamos amorosos.  Seamos cuidadosos de ellas.  Busquemos su bien siendo buenos líderes así como Cristo fue líder de la iglesia.  Facilitemos el que se sujeten a nosotros teniendo un cuidado único y especial.  Finalmente, como parejas, busquemos dar testimonio a los demás a través de nuestros matrimonios.  Que la gente pueda ver que un matrimonio en Cristo es distinto.  Que la gente pueda ver que tu matrimonio ha durado y florece por seguir los principios de Dios y no porque tienen mucho en común o se llevan bien.  Nuestra base es Dios.  Nuestro objetivo es darle gloria y entregarle nuestras vidas tanto en lo personal como en pareja.  Ambos somos herederos de la vida eterna.  Sigamos los principios que el Señor nos ha establecido y veamos cómo hace milagros en nuestras relaciones.  Mujeres, no duden y cumplan con su parte.  Hombres, dejen a un lado el orgullo y amen a sus mujeres incondicionalmente.  Si tu relación está mal, te animo a que sigas estos principios.  No importa que tu pareja no los siga.  Tú síguelos fielmente y confía en Él.  Deja que el Señor haga milagros en tu vida personal y en tu vida en pareja.

Oración
Señor: el mundo me confunde.  Tengo ideas y conceptos que creía eran ciertos y hoy entiendo que están en contra de tu voluntad.  Gracias por enseñarme cómo llevar mi matrimonio de manera exitosa y en especial cómo tratar a mi esposa.  Te pido que me llenes de Ti, de tu amor, de tu misericordia.  Te pido que pueda amar y cuidar a mi esposa de la misma manera en que Cristo amó a la iglesia.  Te pido que entienda que es frágil y delicada y que así aprenda a tratarla y protegerla.  Ayúdame a guardar tus conceptos y desechar aquellos que no son conforme a tu voluntad.  Padre: restaura aquellos matrimonios que están destrozados.  Renueva sus corazones y permite que vean los milagros que puedes hacer y la manera en que puedes dar vida a lo que parece estar muerto.  Te pido que seas la base de mi matrimonio y que nunca nos separemos de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén 

jueves, 18 de diciembre de 2014

1 Juan 2:12-14

1 Juan 2:12-14


Les escribo a ustedes, queridos hijo, porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo.  Les escribo a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.  Les escribo a ustedes, jóvenes, porque han vencido al maligno.  Les he escrito a ustedes, queridos hijos, porque han conocido al Padre.  Les he escrito a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio.  Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, y la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al maligno.



¿Cómo podemos saber si Juan se está dirigiendo a hijos que son niños de edad física o niños de edad espiritual?  La gente a veces piensa que debe haber algo místico para poder entender la biblia.  No lo hay.  Simplemente hay que poner atención y estudiar detalladamente lo que dice.  En el caso de la pregunta del inicio, la respuesta es sencilla y la podemos contestar con otra pregunta.  ¿Tiene sentido que se dirija a niños de edad?  ¡Por supuesto que no!  Además, nos dice que a estos hijos, sus pecados han sido perdonados.  Esto quiere decir que hay una decisión voluntaria.  Es poco probable (no imposible) que un niño de edad haga este tipo de decisión.  Así concluimos que se está refiriendo a personas que tienen poco tiempo de haber conocido al Señor.  Son hijos.  Son pequeños.  Necesitan de cuidado y atención.  Sobre todo, necesitan protección.  No sé cuánto tiempo tienes de llevar una vida comprometida para Él, pero debes estar consciente del cuidado que debemos tener de aquellos que son niños o hijos en edad espiritual.  Ellos están desprotegidos.  Necesitan de tú apoyo y paciencia.  Necesitan de tu consejo y amor.  Como dice Pedro: ellos deben desear como recién nacidos la leche espiritual.  Juan también se dirige a otros dos grupos de personas dependiendo su edad espiritual.  Los jóvenes y los padres.  Los jóvenes que han vencido al maligno son personas que han madurado espiritualmente y han podido atravesar pruebas.  Principalmente, han podido dar el gran paso de fe obedeciendo al Señor y rechazando al maligno que es Satanás.  Ya no son niños.  Ya no necesitan que alguien vaya atrás de ellos sino que pueden caminar solos.  Por último tenemos a los padres que han conocido a Dios desde el principio.  Éstos son los que más tiempo tienen de estar comprometidos con el Señor.  Han dejado de ser adolescentes porque no solo atravesaron pruebas personales sino que han traído a personas a los pies de Cristo y son sus padres espirituales.  Por esta razón Juan y muchos otros discípulos se dirigen a nosotros como hijos o hijitos míos.  Porque conocimos al Señor a través de ellos.
Estas son las tres etapas que cada uno de nosotros atravesará durante su vida espiritual.  Me parece importante entender cada una y poner atención a sus responsabilidades.  Seamos una iglesia que se preocupa por su hermano.  cuidemos de los pequeños que tanta ayuda necesitan.  Animemos a los jóvenes a que no se separen del camino del Señor.  Respetemos, agradezcamos y oremos por los padres pues velan por todos nosotros.  Oremos como una sola iglesia que somos en Cristo los unos por los otros y permanezcamos en Él.

Oración
Padre: te doy gracias por permitirme tener comunión contigo.  Te pido fortalezcas mi fe y me guíes a través de mis pruebas.  No permitas que me separe de ti.  No permitas que la duda me haga ir en sentido contrario de tu voluntad.  Te pido me perdones mis faltas y me ayudes a vivir conforme a tu palabra.  En Cristo Jesús.  Amén 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

1 Juan 2:28-29

1 Juan 2:28-29


Y ahora, queridos hijos, permanezcamos en Él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante Él confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida.  Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de Él.



Nuevamente nos animan a permanecer en Él pero ¿qué significa permanecer en Él?  ¿Qué entiendes cuando lees estas palabras?  ¿Qué debemos hacer para permanecer?  La manera en la que yo entiendo permanecer significa obedecer.  Significa poner a Dios como mi prioridad número uno.  Significa poner su voluntad por encima de la mía.  Significa morir a mí para que Él crezca.  Permanecer en Él significa dejar atrás todo lo que estorba en nuestra comunión.  Y ¿cómo se lleva a cabo en nuestro día a día?  Te voy a dar algunos ejemplos.  Dios está en contra del divorcio.  Tu matrimonio puede estar por los suelos.  Tu pareja simplemente no ayuda.  Tú tampoco tienes muchas ganas de hacer algo al respecto.  Pero si quieres permanecer en Cristo como lo dice la palabra, tu deber no es dejar que tu matrimonio se termine.  Tu deber al permanecer en Él es pedir para que Él te llene de paz, de perdón y de amor para con tu pareja.  ¡Leíste bien!  Tu principal objetivo eres tú.  Deja de estar pensando que la otra persona es la que debe hacer esto o aquello.  Tú tienes que dar cuentas a Dios.  Otro ejemplo.  Tal vez tienes una adicción.  Sabes que está mal.  Sabes que está en contra de lo que Dios quiere.  Permanecer significa alinear tu vida a la voluntad de Dios.  permanecer significa dejarte ser transformado por Dios.  Entonces, pones tu vida a los pies del Señor y reconoces que tienes una adicción y que necesitas ser rescatado.  No dejas que pase ni un día más.  Acepta que hoy debes dejar atrás tu adicción.  Otro ejemplo.  Alguien te traicionó o te hizo daño.  Cuando algo así sucede, siempre pensamos que tenemos derecho a odiar o a ignorar.  Queremos eliminar a esa persona de nuestra vida.  ¡Nos lastimaron y no nos vuelve a pasar!  ¿Sabes?  Cristo sufrió mucho más de lo que podemos imaginar.  Lo sufrió por que te ama y me ama.  Su amor no estaba limitado a que nosotros le amáramos de vuelta o hiciéramos algo por Él.  Simplemente nos amó sabiendo que le fallaríamos.  Siguiendo su ejemplo, permanecer en Él significa amar y perdonar incondicionalmente.  Muere a ti.  Muere a ese orgullo y ese coraje.  Deja ese rencor atrás pues, si eres honesto, no te deja caminar y está afectando toda tu vida.  No importa si te han lastimado una o cien veces.  Cristo quiere que perdonemos y amemos siempre.  Otro ejemplo.  Cuando un ser querido muere.  Éste es muy difícil.  La manera en la que yo entiendo permanecer cuando algo así sucede, está descrita en 1 Corintios capítulo 1.  Nos dice que nuestro Padre es Dios de toda consolación el cual nos consuela en todo momento.  Pero no termina ahí.  Nos consuela para que nosotros también podamos consolar a los que lo necesitan llevando ese consuelo de Dios a los demás.  Dios es el único que puede abrazarte y consolarte como lo necesitas.  Pero debes entender que no debes quedarte ahí.  Si quieres permanecer, debes dejar que Dios te utilice y lleves ese consuelo a los demás que están también necesitados.
No puedo poner todos los ejemplos y por ello necesito que tú pienses en tu situación y trates de entender cómo permanecer en Él basado en Su palabra y Sus principios.
Oración
Mi Señor: perdóname.  He querido hacer mi voluntad y te he hecho a un lado.  Pensaba que en algunos casos podía yo tomar control y decidir pero hoy entiendo que permanecer en Ti significa morir a mí y dejarte reinar en todo lo que hago.  Que así sea mi Dios.  No permitas que mi necedad interrumpa mi comunión contigo.  No dejes de trabajar en mi vida pues yo quiero servirte y vivir conforme a tus principios.  Gracias en el nombre de Jesucristo.  Amén.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Hechos 21:40, 22:1-5

Hechos 21:40, 22:1-5


Con el permiso del comandante, Pablo se puso de pie en las gradas e hizo una señal con la mano a la multitud.  Cuando todos guardaron silencio, les dijo en arameo: Padres y hermanos, escuchen ahora mi defensa.  Al oír que les hablaba en arameo, guardaron más silencio.  Pablo continuó: yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad.  Bajo la tutela de Gamaliel recibí instrucción cabal en la ley de nuestros antepasados y fui tan celoso de Dios como cualquiera de ustedes lo es hoy día.  Perseguí a muerte a los seguidores de este Camino, arrestando y echando en la cárcel a hombres y mujeres por igual, y así lo pueden atestiguar el sumo sacerdote y todo el Consejo de ancianos.  Incluso obtuve de parte de ellos cartas de extradición para nuestros hermanos judíos en Damasco, y fui allá con el fin de traer presos a Jerusalén a los que encontrara, para que fueran castigados.


Tal vez te resulte complicado entender lo que estaba pasando por el tipo de contexto.  Hoy en día, no nos dice nada que hablara en arameo o que haya nacido en una ciudad o en otra.  Tampoco tiene mucha presencia el nombre de Gamaliel o si sirvió fielmente al Consejo y tuvo relación con el sumo sacerdote.  La ciudad de Jerusalén era el centro más importante de los judíos.  Era donde se reunían las personas más sabias e instruidas.  De hecho, Gamaliel era considerado uno de los grandes maestros.  Es como si Pablo hubiera estudiado en una universidad como Harvard o alguna otra considerada como de las mejores en el mundo.  Las personas que instruyen en estas universidades, generalmente son líderes de opinión y excelentes eruditos en la materia que imparten.  Después de hablar de su increíble preparación, ahora nos dice lo que hizo y había logrado.  No solo perseguí a los del Camino, seguidores de Jesús, sino que además, logré conseguir cartas para traerlos desde otras ciudades y poderlos juzgar y castigar aquí en Jerusalén.  ¡Increíble!  Por último, no quiero dejar pasar sus primeras palabras: soy judío.  Nunca dejó de considerarse judío.  ¡No tiene sentido que dejara de hacerlo!  Piénsalo.  Todo lo que había aprendido sobre el Mesías se había cumplido.  ¿Por qué habría de cambiar?  El mismo Dios que instruyó a Moisés y a Abraham era el que mandó a su Unigénito.  A nosotros los hombres nos encanta andar poniendo etiquetas y nos olvidamos de la esencia.
Ahora, ¿Los habrá impresionado?  ¡Por supuesto!  Todo lo que estaba diciendo a la multitud les resultaba fácil de entender e identificarse.  Seguro que estaban con la boca abierta escuchando cada palabra que decía.  ¡Al momento que habla en arameo y lo escuchan decir que tenía contacto directo con el sumo sacerdote, debió haber causado sensación!  Puedo ver muy bien ese momento.  Todos mirándolo fijamente y tratando de escuchar cada palabra para ver lo que tendría que decir a su defensa.  ¿Sabes?  Yo estoy convencido que Dios tuvo un plan único con Pablo.  Donde nació.  Donde creció.  Los idiomas que aprendió.  Las personas con las que convivió.  Todo eso tuvo su culminación en este momento.  Pablo pudo utilizar su experiencia pasada para que la multitud pudiera identificarse con él y poder escuchar mejor el mensaje que traía.  De la misma forma, tú y yo hemos tenido experiencias desde nuestra infancia hasta ahora.  ¿De qué sirven?  Bien.  Pues si tienes enfermedades terminales o has perdido a un ser querido, muy probablemente tengas mayor impacto al compartir tu experiencia que alguien que no haya atravesado esas circunstancias.  Si alguien cercano a ti, tiene problemas con adicciones, podrás crear mejor empatía con aquellos que se encuentran en una situación similar.  ¿Lo puedes ver?  Cada detalle de tu vida puede ser utilizada para darle gloria a Dios.  ¿El problema?  Muchas veces no entendemos lo que nos sucede y nos quedamos atorados en el evento sin poder seguir adelante.  No vemos con la perspectiva del Señor.  No vemos cómo utilizar lo que nos pasa para darle gloria.  La gloria a Dios no se da solamente en la abundancia.  Se da de igual forma (o muchas veces es mayor) en la escasez.  Cuando estás triste, abatido y confundido.  Ahí también se da gloria al Señor.  En la iglesia que me congrego, existen muchos ministerios dedicados a causas muy específicas.  Personas que no tuvieron padre o madre.  Mujeres maltratadas o violadas.  Personas de la calle.  Personas en la cárcel.  Personas con adicciones.  Y así la lista es muy grande.  Aunque parezca que nadie puede entender lo que estás viviendo, créeme, hay muchos allá afuera con situaciones similares e incluso más difíciles.  Este es el propósito de tener estos grupos.  Cualquier situación que estés atravesando o hayas atravesado puedes utilizarla para compartir con otros y llevar ánimo y consuelo a los que lo necesitan.  ¿Recuerdas cómo te sentías?  ¿Recuerdas qué difícil era levantarse?  Hay personas allá afuera que están así el día de hoy.  ¿Qué vas a hacer?  ¿Seguir pensando en ti?  ¿Seguir quejándote o cuestionando por qué a ti?  Por qué no dedicas esa energía para servir a Dios llevando amor y consuelo a los que hoy están atravesando momentos difíciles.  ¿Por qué no utilizar tus experiencias para servir a Cristo?  Deja esa carga tan grande que sabes que no puedes con ella.  Deja atrás esas cadenas que no te permiten caminar.  Cristo vino a liberarte y a darte esperanza y una nueva forma de vivir.  La promesa está ahí.  A tus pies.  Lista para que la tomes.  ¿Qué te corresponde?  Decidir por Cristo.  Arrepentirte de tus pecados y reconocer que estás estorbando a Dios.  Te animo a que utilices tus experiencias para amar a tu prójimo y servir así a nuestro Señor.  Estoy convencido que habrá tanta bendición en esto que te preguntarás por qué no lo hiciste antes.
Oración
Señor: perdóname.  Me he quejado.  Te he reclamado.  Te he cuestionado.  Ahora entiendo que estoy atorado y cargando lo que no puedo cargar.  No puedo más.  Toma mi vida.  Toma mis cargas.  Toma mis problemas.  Toma mis corajes y amarguras.  Hoy entiendo que puedo utilizar lo que me ha sucedido para darte gloria.  No quiero seguir quejándome sino comenzar a servirte a través de lo que he vivido.  Pon ánimo, amor y sabiduría en mí para darme cuenta de dónde quieres que vaya para hacerlo.  En Cristo Jesús.  Amén.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Hechos 23:19-22

Hechos 23:19-22


El comandante tomó de la mano al joven, lo llevó  a parte y le preguntó: ¿Qué quieres decirme?  Los judíos se han puesto de acuerdo para pedirle a usted que mañana lleve a Pablo ante el Consejo con el pretexto de obtener información más precisa acerca de él.  No se deje convencer, porque más de cuarenta de ellos lo esperan emboscados.  Han jurado bajo maldición de no comer ni beber hasta que hayan logrado matarlo.  Ya están listos; sólo aguardan a que usted les conceda su petición.  El comandante despidió al joven con esta advertencia: no le digas a nadie que me has informado de esto.


Conforme avanza la historia, me siento como en una película de suspenso y me llena de nervios.  Ahí está Pablo siendo atacado por el Consejo y es rescatado por el comandante para posteriormente ser aprehendido y azotado hasta que utiliza su ciudadanía romana para frenar la golpiza.  Mientras él se encuentra preso, se siguen desarrollando planes más elaborados para asesinarlo.  El último involucra una emboscada que puede ser frenada si el comandante escucha y cree al sobrino de Pablo lo que le acaba de informar.  ¡Qué historia!  Date cuenta cómo las cosas cambian de un día para otro.  El mismo que aprehendió a Pablo y mandó que lo azotaran es ahora quien puede salvarle la vida.  En el mundo corporativo te dicen que nunca te cierres puertas pues no sabes si te volverás a encontrar con esa persona nuevamente en el futuro.  Si bien, es totalmente cierto y resulta bueno el consejo, quiero llevarlo al ámbito espiritual.  Nuestro Señor nos pide amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  ¿Alguna vez haz pensado en la profundidad de este mandamiento?  Involucra entregar todo aquello que nos han enseñado e ir en contra de la corriente.  Si te han lastimado, tú debes perdonar sin importar que esa persona te pida siquiera un perdón.  O ¿Acaso te dejas de querer cuando cometes un error?  ¡Por supuesto que no!  Nunca dejamos de querernos.  Pues asimismo nunca podemos dejar de amar a nuestro prójimo.  Y en la historia de hoy podemos ver cómo la misma persona que nos dañó en algún momento, puede protegernos y ayudarnos en otro.  ¿Quiénes somos para sentirnos con el poder de “eliminar” personas de nuestra vida?  Entiendo esta reacción para aquellos que no conocen a Jesús, pero de los que decimos ser sus seguidores no debe ser así.  Ahora, aunque no lo creas, esto puede cambiar de un día para otro.  Sí, leíste bien.  ¿Cómo?  Entregando al Señor tus deseos y pidiendo que ponga los suyos en ti.  Pidiendo que te llene de perdón, de misericordia y de amor para con aquellos que simplemente no puedes tolerar.  Abre tu corazón y dile lo que sientes.  Entrega tu odio, tu rencor y cada coraje que has decidido guardar.  Él se encargará de hacer el milagro.  No te desanimes si te tropiezas y caes.  Pide perdón.  Levántate y empieza de nuevo.
Muchas personas pasarán por nuestra vida.  Algunas por poco tiempo y otras por uno largo.  Yo pienso que Dios las pone en un momento específico para que demos testimonio y compartamos de la reconciliación que se nos ofrece a través del sacrificio de Jesús.  Hoy aprendimos que una persona puede causarnos un daño un día y en otro nos puede salvar la vida por lo que no nos corresponde juzgar ni criticar y mucho menos odiar sino por el contrario, amar al prójimo como a uno mismo.
Oración
Padre Santo: tu palabra es tan sabia y rompe con todo lo que he aprendido.  Tu palabra llena de luz y de sentido mi vida.  Hoy quiero entregarte mi voluntad.  Hoy quiero aprender a amar a mi prójimo como Tú lo pides en lugar de como yo lo he hecho.  Te pido que me llenes de tu amor y misericordia, de tu perdón y gracia para que así pueda obedecerte.  Transfórmame Señor pues quiero servirte.  Te lo pido en el nombre del que reina, el Señor Jesús.  Amén 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Gálatas 5:16-18

Gálatas 5:16-18


Así que les digo: vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa.  Porque ésta desea lo contrario al Espíritu, y el Espíritu desea lo que es contrario a ella.  Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren.  Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la ley.



A mucha gente le gusta decir que la biblia está mal porque toma posiciones absolutas.  Esto quiere decir que no existe un intermedio o una mezcla de una extremo con el otro.    Por el contrario, como humanos, tratamos constantemente de querer acomodar nuestros pensamientos y deseos a los de Dios y tratamos de que coexistan.  De hecho, podemos ver que, dentro de la naturaleza pecaminosa, transformamos la verdad por mentira, la luz por tinieblas y a lo malo lo llamamos bueno (Isaías 5:20).  Nuestro orgullo nos confunde.  Nuestras pasiones nos quitan la claridad y nuestros deseos nos encadenan.  El pasaje de hoy nos enseña que no podemos llevar una doble vida.  No podemos acomodar o mezclar los principios de Dios con aquellos de la carne.  Son agua y aceite.  De hecho, son mutuamente excluyentes.  Pero a nosotros nos gusta pensar distinto.  Seamos honestos.  Queremos seguir arrastrando nuestra manera de vivir y de pensar.  Pensamos que no estamos tan mal.  Pensamos que sabemos más que Dios y en nuestra mente logramos convencernos.  El Espíritu desea lo contrario a la carne y viceversa.  No hay punto medio.  No podemos hacer nada al respecto.  No es que sea exagerado.  Simplemente así lo dice Jehová.
Ahora, ¿de qué te sirve entender y vivir bajo este principio?  Piensa en esto: si alguien te ha causado un mal, ¿Es mejor guardarle rencor y buscar venganza o pedir al Señor porque ponga perdón en tu corazón y poder tener paz?  Si ahora estás tranquilo y nadie te ha hecho nada, fácilmente optarás por la segunda opción.  Pero espera al momento en que te lastimen y verás con qué facilidad los deseos de venganza surgen y con qué poco ánimo quieres perdonar.  La diferencia entre una opción y la otra no son fáciles de detectar en cuanto a sus consecuencias pues son meramente internas.  Solamente tú podrás experimentar la paz que trae el Espíritu Santo a tu vida al pedir que te llene de perdón y quite los deseos de venganza de tu vida versus mantener en tu interior todas esas raíces de enojo, odio y corajes.  ¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo la furia te consume por dentro?  ¿Has notado cómo tomas decisiones incorrectas por dejar que tus impulsos tomen control?  Dios te ama.  Quiere que tu vida sea llena de bendiciones y quiere prevenirte de aquello que te destruye.  Por esta razón nos enseña lo que es seguir a la carne contra seguir a Su Espíritu.  ¡Es por nuestro propio bien!  Hay cantidad de novelas que narran sobre los conflictos entre familias e incluso países porque nunca lograron perdonarse.  Los años pasaron y con ellos varias generaciones.  Sin embargo, el odio, el rencor y el deseo de venganza siempre se cultivó y mantuvo firme.  ¿Qué se logró?  Pura destrucción.  No tenemos que seguir con nuestra necedad.  No tenemos que seguir siendo tercos y cabeza dura.  Hoy podemos elegir distinto.  Hoy puedes elegir vivir para Dios, vivir por el Espíritu y no por la carne.  Es una decisión individual.  Medita en tu vida y lo que hay en tu corazón.  Pide a Dios que te muestre lo que hay en él y toma la decisión de cambiar y comenzar a vivir por el Espíritu.  Tú serás el primero en ser bendecido pero también llevarás bendición a los que te rodean.

Oración
Padre: alabado seas.  Gracias por darle sentido a mi vida.  Gracias por enseñarme que tu camino edifica mientras que mi naturaleza pecaminosa destruye.  Quiero aprender a morir a mi mismo para que Tú reines.  Guíame Señor conforme a tu voluntad.  Te lo pido  en Cristo Jesús.  Amén

martes, 9 de diciembre de 2014

1 Juan 3:13-15

1 Juan 3:13-15


Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia.  Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos.  El que no ama pertenece a la muerte.  Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.




Jn 15:18  Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí.  Estas son palabras de Jesús.  Como sus seguidores, debemos saber que su vida es el ejemplo de lo que debe pasar en la nuestra.  Él amó al mundo y vino a entregar su vida por él, pero el mundo lo odió y le rechazó.  Así también nosotros debemos amar sin importar lo que venga de regreso.  ¡Ese es el amor que proviene solamente de Dios!  ¡Ese es el amor que debemos promover!  Si el mundo nos odia, nosotros amamos de vuelta.  Ahora, ese odio no necesariamente significa que sufriremos persecución y quieran matarnos como lo hacían antes.  El hecho de ser señalados, apartados, rechazados, ridiculizado, etc., es  la forma en la que hoy en día puedes ver ese odio.  Pero las palabras que escribí de Jesús tienen un propósito.  Enseñarte que ese odio no es personal sino contra el testimonio que refleja sus malas obras.  Piensa en esto: los fariseos odiaban a Jesús porque mostraba sus malos caminos y la gente se percataba de sus abusos.  De la misma manera, cuando comenzamos a vivir conforme a la palabra y dejamos que el Señor transforme nuestra vida, aquellos que nos rodean se sentirán señalados y eso no les gustará.  Ahora eres luz donde antes había tiniebla.  ¿Lo entiendes?  La gente no quiere escuchar ni ver que está haciendo algo mal.  Por esta razón rechazaron a Jesús.  Prefirieron sus caminos a los de Él.  Hoy nos corresponde ser ese testimonio que lleva el mensaje de amor y reconciliación sin importar que el mundo nos rechace.  ¿cómo se lleva ese mensaje?  Con las palabras que Juan ha repetido una y otra vez: amando a nuestro hermano.  Jesús nos dijo: si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar.  Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.  Constantemente se nos recuerda que cuando no amamos a nuestro prójimo nos convertimos en asesinos.  “¡Qué exagerado!” podrás pensar.  Sí.  Definitivamente lo es.  Pero yo no puse el parámetro sino Jesús es quien nos dice que todo aquel que insulte y maldiga a su hermano quedará sujeto al juicio del infierno.  Mt 5:19  El amor que nosotros debemos vivir no puede estar condicionado a recibir.  El amor que Dios nos pide es incondicional.  Así es como uno es luz y lleva el mensaje de Cristo.  Amando.  Perdonando.  Reconciliándose.  ¿Es fácil?  ¡Por supuesto que no!  Significa desprenderte de aquello que considerabas como parte de tu personalidad o carácter.  Dios quiere que crezcas espiritualmente.  ¡No te quedes en el mismo escalón por tanto tiempo!  Es momento de subir y entregarte por completo a Él.  No estás leyendo esto por casualidad.  Abre tu corazón.  Entrega a Dios tus odios, rencores y corajes y pide perdón.  Después ve y reconcíliate.  Pide al Señor que te llene de su amor pues en tus fuerzas no lo lograrás.

Oración
Señor: Te pido que me llenes de tu amor pues me resulta imposible amar y perdonar.  Te pido que sea fuerte y me mantenga firme en tus pasos sin importar que el mundo me rechaza.  Yo quiero seguirte.  Yo quiero obedecerte.  No quiero seguir como antes cargando todo lo que tanto daño me hace.  Lléname de tu misericordia.  Lléname de tu gracia.  Permite que la lleve a los demás y sea testimonio de lo maravilloso que eres mi Dios.  En Cristo Jesús.  Amén 

domingo, 7 de diciembre de 2014

Hebreos 12:15-17

Hebreos 12:15-17

Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura brote y cause dificultades y corrompa a muchos; y de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un solo plato de comida vendió sus derechos de hijo mayor.  Después, como ya saben, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición.



De cierta manera, conforme crecemos, aprendemos a ver por nosotros mismos y dejamos en segundo plano a los demás.  Tiene sentido si lo vemos desde el punto de vista humano.  Nadie va a ver por lo tuyo como tú mismo.  Nadie se va a preocupar porque estén bien tus asuntos más que tú.  Dice el dicho: el que tiene tienda que la atienda.  ¿Por qué?  Porque la gente solamente ve por sus propios intereses y nosotros debemos ver por los nuestros.  Pero Dios nos enseña algo distinto el día de hoy.  Nos enseña a velar porque la gracia llegue a todos y no se estanque en nosotros.  Nos instruye a dejar de pensar solo en nosotros y preocuparnos por nuestro prójimo.  En el versículo 14 nos enseñaron a buscar la paz con todos y en el 15 a asegurarnos de ser un canal para que la gracia fluya y no impidamos que llegue a nuestro prójimo.  Ahora, Dios, en su sabiduría absoluta, nos da las herramientas para lograrlo.  Nos dice: no dejen que brote ninguna raíz de amargura y cause dificultades corrompiendo a muchos.  La real academia española define amargura como una aflicción o algún disgusto.  En otras palabras, no dejes que ninguna aflicción o algún conflicto se queden guardados en tu corazón (echen raíz) sino que entrégalos a Cristo para que sea su gracia y no tu enojo, coraje o rencor los que abunden en tu corazón.  No es fácil.  El pensar en los demás no implica que vayan a estar agradecidos con lo que haces.  Por eso es importante hacerlo para agradar a Dios y obedecerlo.  No busques agradar a las personas.  A la única persona que debes agradar es a Dios.  Leíste bien.  No a tus padres.  No a tu pareja.  No a tus hijos.  A Dios.  De ahí se deriva el amor correcto a todos los que te rodean.  Por eso, busca agradar al Señor sin importar lo que los demás piensen o hagan y serás un extraordinario canal de bendiciones.
Los versículos siguientes (16 y 17) nos dan la oportunidad de interpretar también esa gracia como la salvación que ofrece Cristo y cómo podemos despreciarla como lo hizo Esaú con la primogenitura.  Por más que intentó recuperarla, ya era demasiado tarde.  Así también sucede con la salvación y perdón de nuestros pecados.  Por más que la gente quiera arrepentirse, solamente lo puede hacer en un tiempo determinado: mientras vive.  Al morir, nuestro tiempo se acabó.  Entonces, el pasaje nos enseña a buscar que todos aquellos que nos rodean conozcan y reconozcan al Señor.  Nos motiva a no dejar que se pierdan.  Que nada se interponga entre nosotros y ellos para compartir la gracia de Cristo que les permitirá alcanzar la salvación.  Piensa en cada oportunidad que has tenido para hablar de Cristo y no lo has hecho por cualquier motivo.  Debes entender que estás entorpeciendo la voluntad de Dios.  ¡Compártelo!  No permitas que la gente se pierda y se vaya a una eternidad de castigo.

Oración

Padre: te pido que des dirección a mi vida.  He pensado solamente en mis cosas, en mis asuntos y no me he preocupado por mi prójimo.  Hoy entiendo que debo amarlo, procurarlo y buscarlo para que te conozca y no se pierda.  Hoy entiendo que quieres utilizarme para que tu gracia alcance a cada uno de los que me rodea.  Te pido transformes mi corazón para que seas Tú quien brille y yo quede atrás.  Te pido me llenes de tu amor y gracia para que la gente pueda verte a través de mis actos.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén

sábado, 6 de diciembre de 2014

Santiago 1:23-25

Santiago 1:23-25
Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo; después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es. Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace.



En otras versiones termina diciendo que recibirá bendiciones o será feliz el que es hacedor de la palabra. Recientemente me llegó un correo electrónico buscando un comprador para unos boletos de un concierto. Cualquier persona que compra un boleto para un concierto tiene planeado asistir al mismo. Nadie compraría un boleto para después venderlo nuevamente. Si tienes hambre y preparas algo de comer, tu siguiente acción es comer lo que has preparado. Si eres una persona que ha escuchado sobre Dios y aun así, sigues saliendo a la calle y no lo pones por práctica, hoy es necesario que hagas una pausa y examines lo que hay en ti. Aquí no me refiero a aquellos que ni siquiera tienen la disposición de querer aceptar que Dios tiene mucho que decirnos. Especialmente Santiago se refiere a todos aquellos congregantes que se reúnen para escuchar y que posteriormente llevan una vida como si no hubieran escuchado absolutamente nada. ¿Te gusta escuchar de Dios cuando tienes problemas o cuando estás angustiado, pero cuando tu problema se acaba también se terminan tus deseos de seguir escuchando? ¿Escuchas por compromiso con alguien? ¿Escuchas porque entiendes que Dios es el Señor de todo lo que hay?
Santiago nos pone un ejemplo para clasificar a este tipo de personas: olvidadizas. Creo que también deben llamarse inconstantes e incoherentes. En tu vida no deben existir dos tipos de actitudes. No puedes obedecer a Dios los fines de semana y a tu ego el resto. No puedes estar escuchando sobre la vida de Cristo y lo que hizo por ti para luego olvidarte de ese gran amor y hacer lo que te venga en gana. ¡No está bien!
Así como no tiene sentido comprar un boleto del cine o de un concierto para no ir, tampoco lo tiene el estar escuchando sobre Dios y llenándote de información para luego no hacer absolutamente nada. ¿Sirve de algo aprender un idioma, asistir a todas las clases y nunca hablarlo? ¡No! Así de obvio debe ser tu forma de reaccionar ante las enseñanzas de Dios. No permitas que las enseñanzas que escuchas sean enseñanzas “espejo” que las oyes por un momento y luego las olvidas al irte. Entiende esto: Dios tiene bendiciones para ti; el que es hacedor de la palabra será feliz. Te animo a que experimentes estas promesas de Dios.

Oración
Padre Santo: te pido que perdones mis pecados y me limpies para poder tener comunión contigo. Perdona que en ocasiones haya sido olvidadizo, haya escuchado tus mandamientos y correcciones y no haya hecho nada al respecto. Hoy entiendo que trae bendición el obedecerte y llevar a la práctica tu palabra, permite que así sea en mi vida. Te lo pido en el nombre de Jesús
Amén

viernes, 5 de diciembre de 2014

Santiago 3:5-6

Santiago 3:5-6
Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. Imagínense, ¡qué grande bosque se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de la vida.


¿Qué tanto puede hacer la lengua? ¿En verdad tiene el poder de “encender” todo un bosque? Como siempre, las respuestas las tiene la Biblia y no nuestras opiniones. Hay una gran cantidad de versículos que hacen referencia a la lengua y el cuidado que debemos tener sobre la misma. Esto me da a entender que es un miembro sumamente peligroso. Ahora, este mismo miembro también tiene poder para generar lo bueno: compartir la palabra de Dios.
Estas palabras no fueron escritas para crear un debate entre lo que pueden hacer nuestras palabras y lo que no. Esto es una advertencia, un llamado a protegerte de tus propias palabras, a poner atención y entregar tu lengua a Dios para que puedas aprender a dominarla a través de su Espíritu Santo.
Reflexionando un poco sobre la lengua, me sorprende de lo que se puede lograr a través de ella. Se han levantado revoluciones o logrado independencias a través de las palabras de un caudillo. Todo un país siendo transformado por las palabras de aquellos que pensaron que las cosas debían ser diferentes. También, tenemos el tema actual que la lengua encabeza, el fraude. Gracias a la palabrería de las personas, millones de personas han sido víctimas de un fraude. Pero como escribí unas líneas atrás, este poder tan grande que está almacenado en nuestra lengua, también puede ser utilizado para dar gloria a Dios. A través de la lengua, los discípulos de Jesús llegaron a compartir el evangelio y lo dieron a conocer en gran parte del mundo. Gracias a los planes de Dios y su obediencia, esas palabras cambiaron la forma de contar los años Antes de Cristo (A.C.) y Después de Cristo (D.C.) ¿te das cuenta de la relevancia que tiene lo que dices?
Tristemente, si no pones atención, “quemarás” varios bosques en tu vida.
He visto lo impresionantes e indomables que llegan a ser los incendios. También recuerdo de haber pasado por una zona de bosque en la cual, un año anterior había sido devastada por un gran incendio. La escena es triste y desalentadora. Gris. Sin color. Miles de árboles quemados. Sin vida. Todo comenzó con una pequeña chispa que no fue controlada. Lo mismo puede pasar con tu vida si no controlas tu lengua. Familias son destrozadas por la lengua, matrimonios divididos, hijos aislados y con corajes, amistades rotas, problemas laborales, etcétera. Te quiero animar a que medites en las consecuencias de tus palabras. Un pequeño miembro, la lengua, tiene el poder de contaminar ¡todo tu cuerpo! ¡Piénsalo!

Oración
Señor: te doy gracias por enseñarme con tu palabra que la lengua es peligrosa. Perdona todo lo mal que la he utilizado. Guíame para no estar creando incendios en mi vida por causa de ella y por el contrario que se generadora de bendición. Perdona mis pecados Señor y escucha mi oración en el nombre de Jesús.
Amén

jueves, 4 de diciembre de 2014

Colosenses 2:11-12

Colosenses 2:11-12
Además en Él fueron circuncidados, no por mano humana sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo. Ustedes la recibieron al ser sepultados con él en el bautismo. En Él también fueron resucitados mediante la fe en el poder de Dios, quien lo resucitó de entre los muertos.


Si ponemos otras palabras a los versículos de hoy, podemos decirlo de la siguiente manera: cuando recibieron a Cristo, Él se encargó de separar su cuerpo pecaminoso de ustedes y enterrarlo para que no estorbara más en su relación con Él, además, han sido resucitados pues su cuerpo que estaba muerto, fue sepultado mas su alma ha sido liberada de él.
Pablo nos está enseñando en estos versículos la transformación que sucede en nosotros al aceptar a Cristo. No eres ya la misma persona. La Palabra misma dice que “todas las cosas son hechas nuevas”. ¿Qué es lo nuevo? Que tu cuerpo, tus deseos carnales, tus ganas de imponer tu voluntad siempre, quedan separadas, cortadas, circuncidadas y no tienen más lugar en ti. Cristo corta esas cadenas que nos tenían atados al pecado, atados a nosotros mismos y ciegos ante el amor de Dios. Es tu propio cuerpo, tu orgullo, tus enojos, celos, amarguras, rencores y odios lo que te impide escuchar al Señor. Nos guste aceptarlo o no, somos pecadores. Merecemos estar sepultados junto con nuestro cuerpo pecaminoso. Si bien el cuerpo humano es increíble y digno de estudiarse y admirarse, debes saber que ese cuerpo es carnal y pecaminoso. No le des más vueltas. Tu cuerpo te lleva a pecar. Por esta razón, Dios nos demuestra su gran amor a través de Cristo y la salvación que recibimos a través de Él. Cristo nos permite tener una vida distinta a la anterior. Una vida con propósito. Una vida libre y sin esclavitud al pecado sin ataduras a tu cuerpo carnal. Poco a poco me he ido dado cuenta de la realidad de esta esclavitud. Lo veo en gente que no puede dejar de mentir, no pueden dejar de ser infieles, no pueden dejar de robar, no pueden o no quieren perdonar, no quieren compartir, no quieren reconocer sus errores, etc. ¿Te suena familiar? Tú y yo estamos metidos en todo esto. Nuestro cuerpo nos arrastra a estas cosas. Pero ahora sabemos que hay un camino distinto que se puede tomar llamado Cristo Jesús. Él se encarga de mostrarnos el daño que nos hace obedecer a nuestro cuerpo. Nos enseña lo que es vivir en su amor, en su perdón, en su gozo, en su gracia, en su misericordia y en su abundancia. Hay tantas caras tristes allá afuera porque no conocen a Jesús. Hoy tú tienes la oportunidad de vivir distinto al aceptarlo. Hoy tienes la oportunidad de sepultar ese cuerpo carnal que tanto daño te hace, tan pesado que solamente lo puedes arrastrar. Acepta a Jesús y corta esas cadenas y resucita a la vida en Él, a una vida abundante, a una vida plena. ¿La quieres?

Oración
Señor: perdona mis pecados. Entiendo que mi ser necesita ser restaurado por Cristo y te pido que así sea. Te pido que quites las cadenas que hay en mí y me permitas resucitar pues estaba muerto. Guíame para vivir en tu gozo, en tu amor, en tu camino. Dale sentido a mi vida y lléname de Ti, en el nombre de Jesús te lo pido
Amén

miércoles, 3 de diciembre de 2014

1ª Samuel 12:14

1ª Samuel 12:14
Si temiereis a Jehová y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien.



Amor. Gracia. Misericordia.
Recuerdo algunos comentarios de personas diciendo que el Dios del antiguo testamento es un dios iracundo y de destrucción. ¡Qué alejados de la realidad! Si bien, encontramos guerras y destrucciones, siempre están acompañadas de una increíble capa de amor, gracia y misericordia. En este pasaje volvemos a ver estas características de Dios. Recuerda que los israelitas habían pedido un rey haciendo a un lado a Jehová. A pesar de ello, Dios no se llena de coraje hacia ellos ni busca vengarse porque pidieron un rey humano. Él deja instrucciones para que nosotros, a pesar de nuestra rebeldía, podamos encontrar el camino hacia Él.
Este es el Dios de la biblia. El que nos busca. El que nos ama. El que quiere que nos reconciliemos con Él. El que tiene planes increíbles para nosotros. El que quiere llevar nuestras cargas. El que quiere darnos paz. ¿No se te hace chiquito el corazón al comprender lo que es Dios y cómo se preocupa por ti y por mí?
Por otro lado, es importante entender que es Él y solo Él quien trazó la línea y los parámetros a seguir para tener comunión. No se trata de inventar buenas acciones ni de tomar unos cuantos versículos sino de estudiar su palabra fielmente para acercarnos como Él lo pide. Y ¿qué nos pide? Que le temamos, le sirvamos, oigamos su voz y la obedezcamos. Entonces haremos bien.
¿Temer a Dios? Sí. Ahora queremos tener la idea de Dios como un compañero, como un confidente o como nuestro asesor. No lo es. Es el Señor. Es el Creador. Es el Rey de reyes. Si a una persona que no conoces le hablas de usted. Si a una persona destacada se le dirige con cierto respeto. ¿Cuánto más le debemos mostrar a Jehová? Antes de Cristo los sacerdotes morían al instante por no haber sido purificados correctamente y entrar a la presencia de Dios en el lugar santísimo. Dios no es un juego. Dios no se toma a la ligera.
Servicio. Entregar nuestra vida a los demás. Entregar nuestro tiempo y esfuerzo a la obra de Dios. Escuchar. Podemos atender a varias predicaciones. Nos podrán dar muchos consejos, pero si no escuchamos, realmente nada está entrando a nuestra cabeza y nada cambiará en nuestra vida. Debemos escuchar para saber qué dirección muestra Dios para nuestras vidas. Rebeldía. ¿Te tengo que explicar? Cada vez que haces lo que tú quieres por encima de lo que Dios te dice que hagas…
Dios no quiere que pasemos un mal rato. No quiere verte sufrir ni estar agobiado. Él te ama y por ello te dice qué hacer para que tu vida sea diferente, para que sea plena. Él quiere mostrarte su amor, gracia y misericordia. A ti te corresponde temer, servir y no ser rebelde.

Oración
Señor: gracias por tu amor y misericordia. Perdona mis pecados y ayúdame a entender cómo vivir en temor, servicio y obediencia a Ti. En Cristo Jesús
Amén