miércoles, 24 de junio de 2020

Ayúdanos a seguir tu voz


Ayúdanos a seguir tu voz

“Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía. Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra. Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la ciudad una vez; y esto haréis durante seis días. Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante”. Josué 6:1-5
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Jeremías 29:11
Los pensamientos de Dios nunca serán como los nuestros, Él actúa de maneras tan sorprendentes que a veces parecen ilógicas para nuestra razón. Las instrucciones que le dio a Josué para la toma de Jericó no tenían sentido: dar vueltas a una ciudad en silencio, creer que esto haría que los muros cayeran y poder vencer así a los enemigos; sin embargo, Josué no dudó en obedecer la voz de Dios.
La estrategia de Dios confundió al enemigo porque no sabían por qué lado iban a entrar, los atalayas solo observaban al ejército de Israel dar vueltas alrededor del muro. Lo que no sabían es que Dios iba a derrumbar la muralla con todo su poder.
La Palabra de Dios tiene poder y somete a juicio nuestros pensamientos y las intenciones de nuestro corazón, nos ayuda a discernir entre lo malo y lo bueno, por eso aunque no la entendamos a veces, debemos obedecer sus instrucciones. Quizás hoy el Señor nos recuerda que si nos dan en una mejilla debemos colocar la otra, que perdonemos al que nos hace daño, que oremos por los que nos odian, que sirvamos a quienes nos rechazan, todas estas son instrucciones confusas pero que al obedecerlas podemos cambiar las circunstancias en las que estamos envueltos.
Nuestra conquista depende de la fe, si amamos a pesar de, podemos ganar la respuesta voluntaria de la gente para que conozcan el amor de Dios. Quizás hoy nos está hablando a una situación latente y nos manda a enmudecer porque la batalla no es nuestra sino de Él. Como dice Salmo 46:10 “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.” No es a nuestra manera, sino a la manera de Dios que veremos grandes respuestas.  Oración.
«Amado Padre, dame la fuerza y la capacidad para seguir las instrucciones de tu Palabra, aunque no las comprenda del todo, ayúdame a seguir siempre tu voz y a obedecer las cosas que me dices, sólo así entenderé que tus pensamientos y caminos son superiores a los míos y que tú librarás mis batallas a tu manera, dando una respuesta victoriosa a mi situación. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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