viernes, 29 de septiembre de 2017

LA DESOBEDIENCIA A DIOS … SANSÓN


LA DESOBEDIENCIA A DIOS … SANSÓN

    Pasaje clave: Jueces 13:2-5, 24-25, 14:1-9, 15:1-8, 16:4-30.

Tenerlo Todo y Echarlo Todo a Perder.

Los vs.2-5 y 24-25, nos muestran a un Sansón que lo tenía todo.

Era un líder en el pueblo. Escogido por Dios para liderar y bendecir vidas. Tenía la palabra de Dios. Tenía el poder de Dios. Tenía la unción de Dios. Tenía el llamado de Dios. Tenía el respaldo y la bendición de Dios. Tenía manifestaciones del Espíritu de Dios. Y tenía la visión de Dios. Sansón lo tenía todo.

Como Sansón, lo tenemos todo espiritualmente hablando. La salvación que recibimos del Señor es un paquete que contiene toda la bendición de Dios: perdón de pecados, adopción, aceptación, justificación, santificación, glorificación, nueva naturaleza, el sello y las arras del Espíritu, su presencia habitando nuestras vidas, bendición y más, muchísimo más.

Pero, así como el corazón desobediente de Sansón lo echó todo a perder, de la misma manera nuestras desobediencias y terquedades, frenan las bendiciones que Dios ha establecido para nosotros.

Vs.14:1-9. Formó pareja con la mujer equivocada: no era de su pueblo. No tenía su misma fe. No tenía su mismo Dios. No tenía su mismo espíritu. No tenía sus valores ni convicciones espirituales.

No escuchó a sus padres (que es lo mismo que no escuchar a tus líderes y pastores cuando te dicen que tal persona no te conviene) y se metió con ella.

Volvió al cuerpo muerto del león y lo tocó, en desobediencia a su nazareato. Él no podía acercarse a nada muerto y mucho menos tocar cadáveres. Él no podía contaminarse con nada inmundo.

Y lo inmundo en la Biblia, se refiere a todo aquello que produce muerte. Es inmundo todo lo que “mata” tu relación personal con Dios, lo que “mata” tus buenos pensamientos y sentimientos. Es inmundo todo lo que “mata” tu deseo de amar a Dios. Es inmundo todo lo que produce divisiones, peleas o enemistades entre tú y tus hermanos “matando” tu amor y tu interés por ellos.

Vs.15:1-8. Toma venganza por sus propias manos (sin la aprobación de Dios) y asesina a todos los asesinos de la mujer que él, en desobediencia, había escogido como su esposa. En realidad, él mismo provoca la muerte de la mujer y de su padre por obrar completamente fuera de la voluntad de Dios.

Vs.16:4-21. Repite por segunda vez el mismo error y vuelve a relacionarse con una mujer que no era de su pueblo. Se somete a sus caprichos. Se somete a sus manipulaciones. Se somete a sus juegos. Se somete a sus presiones constantes.

Dalila le conquista el corazón y él le revela su secreto espiritual. Se ata a ella y Dios lo abandona. Sansón lo pierde todo. Pierde su dignidad. Pierde su integridad. Pierde su liderazgo. Pierde el propósito de Dios para su vida. Pierde su fuerza. Pierde la presencia de Dios. Pierde la visión espiritual. Pierde la libertad espiritual.

No puedes meter a cualquiera en tu círculo íntimo porque si metes a la gente equivocada terminarás atándote a ellos y perdiendo la visión de Dios para tu vida.  

Vs.16:23-30. El líder ahora es juguete de los demonios. El hombre de Dios se vuelve el hazme reír de los incrédulos. El escogido de Dios ahora es el despreciado de todos. Perdió su identidad. El que nació teniéndolo todo, muere sin nada. Su desobediencia lo echó todo a perder.

¿Cómo está tu corazón?

¿Cuál es el nivel de tu obediencia?

¿A quién buscas agradar con las decisiones que tomas?

¿A quién le abres tu corazón y dejas entrar en tu vida?

Establezcamos este principio de obediencia: “Podemos tenerlo todo, pero si somos desobedientes a la palabra de Dios lo echaremos todo a perder y lo perderemos todo”.