viernes, 12 de marzo de 2021

La remuneración de la humildad

 

La remuneración de la humildad


«Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová» Proverbios 22:4

Riquezas, honra y vida son muy anhelados por los seres humanos, en otras palabras, se anhela con ansias el dinero, la fama y el poder; pero no podemos desconocer que, de acuerdo al proverbio, van íntimamente ligadas a la humildad y al temor a Dios, pues se hace difícil relacionar humildad con riquezas, pareciera que son aspectos incompatibles y antagónicos, pero en el Reino de Dios son parte de un mismo todo. Al creyente humilde que muestra temor a Dios le vendrán riquezas, honra y vida en el sentido espiritual, bendiciones estas que tendrán el poder de alcanzar el entorno material.

Jesús declaró en Mateo 6:33: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas»; hoy, muchos se afanan con delirio por el trabajo y las finanzas, pero la prioridad debe ser Dios y su justicia, un corazón alineado a buscar a Dios y Él dará las cosas que hacen falta, y no habrá necesidad de ningún bien, así lo dice el Salmo 34:9-10: «Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien». Dios siempre hará provisión para sus hijos, pues «La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, y su justicia permanece para siempre» Salmo 112:2-3

Ahora, el temor del creyente es reverenciar a Dios, así lo describe hebreos 12:28: «Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia». Esta reverencia y admiración es lo que significa el temor de Dios. Este es un factor que nos motiva a humillarnos delante del Creador del Universo e impregnarnos de mansedumbre y obediencia.

El temor de Dios es la base para andar en sus caminos y servirle y amarlo e incluye el entender lo mucho que Dios aborrece el pecado y temer su juicio sobre las iniquidades.

Hermano, Dios habita con el quebrantado y humilde de espíritu; y si Dios está con nosotros tendremos riquezas, honra y vida, y estas tres cosas que se reciben serán para honrar y glorificar a Dios.  Oración.

«Padre Amado, reconozco delante de ti que muchas veces mi orgullo, mi vanagloria y mi vanidad han manejado mi vida, pero Tú me has mirado con misericordia, y me has enseñado sumisión, seguida de humildad y he doblegado todo mi ser a ti; por eso Señor, te ruego impregnes en mí tu carácter dulce, manso y apacible. Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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