miércoles, 17 de junio de 2020

El Perfecto Mediador. Segunda parte


El Perfecto Mediador. Segunda parte

“En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra”. Hechos 6:1-4
“orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. Efesios 6:18
Ser intercesor tiene una doble responsabilidad, no sólo es hacer vallado lo que sugiere restaurar la brecha que el enemigo ha puesto sobre muchas personas para separarlas de Dios, sino colocarnos de tal manera en la brecha para detener su avance, esto implica una oración de guerra espiritual.
El pecado ha abierto una horrenda brecha en la muralla protectora de Dios sobre la humanidad, lo que hace que el enemigo entre por ahí a dañar y destruir las vidas. Igual como en los viñedos del pueblo de Judá, que cuando se abría una brecha alguien se paraba allí hasta repararla totalmente y evitar así que entraran intrusos a dañar la viña. Hoy más que nunca Dios busca intercesores que se paren en la brecha y sirvan de vínculo entre la necesidad humana y la misericordia divina.
El vallado protector sobre nuestras familias, nuestra nación e inclusive sobre nuestra iglesia se ha ido deteriorando por el pecado y la falta de búsqueda de Dios. El temor se apodera de muchos que en vez de recurrir a la oración buscan solución en falsos dioses, aumentando más la brecha de separación con Dios.
Por eso Dios busca y levanta intercesores que puedan vigilar y ayudar mediante la oración. Necesitamos orar unos por otros constantemente, en todo tiempo y como dice Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”. Dios está llamando creyentes que cumplan los requisitos en favor de la humanidad como los apóstoles y diáconos del primer siglo.
¿Cuánto estoy orando por los demás en estos momentos de oscuridad, dolor y muerte en el mundo? El Señor nos ha llamado a interceder y sólo necesita corazones dispuestos llenos de misericordia y compasión por sus semejantes que acudan a Él en favor del prójimo. Oración.
«Señor Jesús, hazme compasivo y misericordioso para orar no solamente por mis necesidades sino para interceder por los demás, especialmente por aquellos que están separados de ti por causa del pecado, que no se han reconciliado contigo y cuyas vidas van hacia la destrucción. Ayúdame Espíritu Santo a orar por mi familia, por mi iglesia y mi nación para que volvamos la mirada a ti y nos refugiemos en tus brazos protectores en estos momentos de tanta desolación e interceder para que el enemigo retroceda y no siga esclavizando las vidas de los que no han encontrado todavía tu salvación. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.