martes, 6 de diciembre de 2022

La traición al Amor

 

La traición al Amor


“Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me disté por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.” Génesis 3:8-13

Es triste saber que, esa relación de amor e intimidad que tenían Dios y el hombre, se manchara por el pecado; en realidad, el pecado rompió esa relación, a tal punto que Adán y Eva, al oír la voz de Jehová en el huerto, se esconden. Claramente ellos han traicionado al Amor y, como toda traición, sus consecuencias se reflejan primeramente en su comportamiento, su acto de desobediencia no les deja dar la cara. Podemos pensar ¿cómo pudo ocurrir tal cosa?, ellos lo tenían todo, la creación en su máximo esplendor los acogía en su regazo y estaba diseñada para proveerles lo necesario y, lo más importante, gozaban de comunión con su Creador, el Dios de Amor.

Reflexionemos si en esa situación hubiéramos actuado igual, preguntémonos ¿cuántas veces, antes de conocer a Cristo, aun ahora como creyentes y teniendo al Santo Espíritu de Dios dentro de nosotros, hemos procedido de manera similar?, ¿será que nos ha pasado lo mismo cuando Dios nos ha dicho algo?, ¿cuántas veces hemos huido de Dios y hemos tratado de escondernos entre los árboles de esta sociedad?, ¿acaso también hemos comido del árbol del que Dios nos mandó que no comiésemos, dejándonos seducir por la voz de la mujer o siendo engañados por la serpiente?, mentiras, adulterios, fornicaciones, pleitos, iras, celos, contiendas o cosas semejantes, nos muestran que también hemos desobedecido. Si esta no es tu condición actual, démosle una gloria a Dios, porque así estuvimos antes de conocer de Cristo; pero hoy, muchos están separados de Dios por causa de su pecado, otros tantos vagan como hijos pródigos, y todos ellos necesitan conocer que, aquel que llamó ese día en el huerto a Adán para confrontarlo con su pecado, también los está llamando, pues al igual que ese día, hoy, su amor está gritando vuelve a mí, pues solo en Jesús hay restauración.  Oración.

«Padre, perdóname por todas esas veces que he faltado a tu amor; permíteme entender que, gracias a la obra preciosa de tu Hijo Jesús, hoy puedo amarte como tú lo pides, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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