lunes, 2 de marzo de 2020

Vuélvete a mí.


Vuélvete a mí.
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. Isaías 43:25
“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí”. Isaías 44:22
 “Borro” es una expresión tomada de un libro de cuentas, en el que, cuando se salda una deuda, la suma cargada en cuenta queda cancelada o borrada. En estos versículos, el Señor nos dice que ha disipado nuestros pecados como una nube y nuestras ofensas como la niebla de la mañana y nos pide volver a Él, porque pagó un precio muy alto por nuestra libertad.
Con Dios nunca hay ensayo y error. Él es perfecto y siempre nos espera, podrá haber días nublados y difíciles a causa de nuestros pecados pero también nos ha prometido ser “ese sol” en el día oscuro, cuando volvemos la mirada a Él. No permitamos que el pecado ensombrezca nuestras vidas, acerquémonos a Dios en arrepentimiento y confiemos en su perdón, Él siempre está listo para borrar nuestro pecado.
“Vuélvete a mí” es la preocupación de Dios por aquellos que se han descarriado, que se han salido del camino. Nuestros pecados son como una nube espesa entre la tierra y el cielo; en otras palabras, son una barrera que nos separa de la presencia de Dios, pero cuando Él nos perdona la disipa de manera que el camino al cielo queda abierto otra vez, con nuestra comunión restaurada y la llenura de su Espíritu en nuestros corazones.
Es gratificante saber que el Señor deshizo la deuda de nuestro pecado, ya no hay nada que nos acuse. Cuando Dios perdona, olvida por amor a sus misericordias, por amor a sus promesas y por amor a su Hijo que hizo su obra perfecta de salvación. Esto nos permite buscar el perdón por la fe en Él, con un verdadero arrepentimiento y una nueva vida. Dios nos insiste en la necesidad de un andar santo como prueba de que lo conocemos. Oración.
«Padre, me lleno de gratitud por estas promesas porque me recuerdan tu disposición para perdonar mis pecados, no quiero que ninguna nube de iniquidad se interponga entre nosotros, quiero permanecer en ti y en tu Palabra, en una continua comunión contigo. Gracias por tu fiel presencia en los días nublados, por ser la luz que ilumina mi caminar. Amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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