lunes, 11 de septiembre de 2017

No disfrutarás el engaño por mucho tiempo




No disfrutarás el engaño por mucho tiempo

La promesa era para Jacob departe de Dios. Pero inducido por la Madre que fue la que la recibió cuando aún los dos niños estaban en su vientre. Cuando Rebeca escucho que Isaac le decía a Esaú su Hijo ve a cazar y acmé un guisado para que yo te bendiga antes de mi muerte, Rebeca su madre incito a Jacob su otro Hijo a que se hiciera pasar por su Hermano Esaú debido a que Isaac su padre por su edad avanzada avía perdido la vista para que las bendiciones fuesen para Jacob    Génesis 27:4.

“Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí.

E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo”. Génesis 27:19-23

Ésta es la parte de la historia en la que Jacob engaña a su padre para obtener su bendición, era el hijo mayor quién debía de ser bendecido, sin embargo, Jacob era el menor. Lo que siempre me pareció injusto fue que, a pesar de su mentira y engaño, al final recibió la bendición de su padre, que por ende tendría que estar respaldada por nuestro Dios, se podría decir que le fue bien a pesar de haber engañado.

Me sorprendió enterarme que Dios ya le había prometido a Jacob ésta bendición en capítulos anteriores: “El mayor servirá al menor” Génesis 25:3. Es decir, iba a ser bendecido de todas maneras. Jacob no necesitaba engañar a su padre porque la promesa ya era para él, pero lo recibiría en el tiempo oportuno. Su impaciencia no solo dividió a su familia, sino que también tuvo que irse de su tierra por escapar de su hermano.

No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Gálatas 6:7

La verdad es que podemos tener todo lo que deseamos, pero al final recibiremos una amarga cosecha si no obtuvimos las cosas de forma honesta. Jacob sembró engaño y traición, eso mismo fue lo que recibió. Si seguimos leyendo la historia, nos enteramos que su suegro Lavan lo engañó y tuvo que trabajar catorce años gratis para él. Como no era bien recibido en su tierra tuvo que aislarse y sobrevivir para que su hermano no lo matara. Es verdad que Dios lo bendijo, pero no pasó por alto lo que sembró.