miércoles, 20 de octubre de 2021

Reedificados en Cristo

 


Reedificados en Cristo

“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” Efesios 2:20

“en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Efesios 2:22

Cuando nosotros recibimos al Señor Jesús en nuestro corazón, dice su Palabra, que todo el que ahora está en Él es una nueva criatura, lo viejo pasó y todo es hecho nuevo (2 Corintios 5:17). Esto implica que, a partir de ese momento, Dios inicia en nosotros un proceso de sobre edificación o reconstrucción, donde tendrá que derribar, quitar y cambiar muchas cosas, puesto que lo que hasta ahora nosotros habíamos construido en nuestra vida no estaba fundado sobre Cristo, quien es nuestra base estable, nuestra roca.

Aquello que definitivamente Dios tendrá que quitar, es todo lo que Él no plantó, esas cosas que no están de acuerdo con su voluntad y que quizá por ignorancia las sembraron nuestros padres, familiares, maestros, amigos y en general todo el sistema de este mundo. Nuestro Padre derribará pensamientos, hábitos, actitudes, costumbres y cosas que quizá nos acompañan desde nuestra niñez, pero que desafortunadamente dañan nuestra vida espiritual. Y también es fundamental que el Señor cambie a algunas personas o lugares que nos rodean, quizá el trabajo, la ciudad, el oficio y todo ambiente que no permite que en nosotros se produzca buen fruto. Pero, para que esto suceda, es necesario que en nosotros haya buena disposición y el deseo ferviente de que el Señor cambie nuestro corazón.

Es cierto y normal que este proceso nos produzca temor, porque es doloroso y complejo, pero debemos tener la plena certeza de que será para nuestra bendición, porque seremos como pámpanos limpios que, arraigados en nuestra vid, Jesucristo, llevaremos mucho fruto para Dios (Juan 15:2).   Oración.

«Padre, por tu gracia en Cristo, has hecho de mí una nueva persona, que quieres que viva de acuerdo con lo que tú dices y eres; para esto sé que es necesario que muchas cosas de mí sean quitadas, desarraigadas, derrumbadas y cambiadas. Así que, como el Dios bondadoso y misericordioso que eres, te pido que lo hagas, que me tomes en tus manos y me reedifiques conforme a tu verdad y voluntad, en Cristo Jesús, Amén.     Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.