jueves, 10 de octubre de 2019

QUE TU ROSTRO SE ILUMINE DESPUÉS DE HABLAR CON DIOS


QUE TU ROSTRO SE ILUMINE DESPUÉS DE HABLAR CON DIOS

“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.”, Éxodo 34:29
"¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.", Eclesiastés 8:1
Moisés no sabía que al hablar con Dios, su rostro se iluminaría porque la gloria de Dios lo había cubierto al estar en su presencia. Ahora que tenemos el Espíritu Santo por medio de la fe en su hijo Jesús, nuestra vida debe ser iluminada, como nos enseña la escritura “¡cómo no será con mayor gloria el ministerio del Espíritu!” (2 Corintios 3:8), ya que hemos sido justificados y limpiados, nuestra vida entera debe resplandecer. Este brillo se debe manifestar cuando demostremos la sabiduría que hay en nosotros y que viene de la Palabra de Dios. Aún nuestro semblante debe cambiar (Eclesiastés 8:1), porque Cristo, que habita en nosotros, es poder y sabiduría manifiesta de Dios que nos guía y da la fuerza necesaria para colocar en práctica su Palabra.
Pero hay un momento en el que nos llenamos de esa sabiduría para que nuestro rostro pueda resplandecer, y es en el momento de la oración cuando entregamos angustias, necesidades o adquirimos confianza y ánimo de parte de Dios.
Cuando subimos al monte espiritual a hablar con Dios, recibimos sus preceptos, reflexionamos en ellos, y entonces nuestro rostro resplandece porque su presencia está con nosotros y estamos listos para enfrentar el diario vivir. Después de que hablamos con Dios, tenemos claridad para actuar correctamente, tener la motivación correcta, el pensamiento de verdad de su Palabra, ser fortalecidos interiormente y la llenura de su Espíritu para que los deseos al pecado sean quitados o debilitados y seamos fortalecidos en el poder y la fuerza de su Espíritu.
¿Cuánto tiempo de calidad dedicamos a hablar con Dios? Así mismo, estará nuestra vida iluminada. Oración.
"Gracias mi Señor, en tu presencia hay plenitud de gozo, llenas mi vida y la haces brillar cuando me enseñas sabiduría y muestras tu poder a través de mi obediencia. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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