jueves, 21 de mayo de 2009

la santidad de Dios2


«Cuando la Biblia dice que Dios es santo, básicamente significa que Dios está trascendentalmente separado. Está tan por encima y tan lejos de nosotros, que pareciera que fuera totalmente extraño para nosotros. Ser santo es ser „otro‟, ser diferente de una forma especial. Este mismo significado básico se usa cuando la palabra santo se aplica a las cosas terrenales».[3] “No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro” (1 Samuel 2:2). “Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni obras que igualen tus obras. Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre” (Salmo 86:8-10; ver también Salmo 99:1-3; Isaías 40:25; 57:15). (2) Ser santo es ser moralmente puro:
«Cuando las cosas son hechas santas, cuando son consagradas, se apartan en pureza. Son para ser usadas de una forma pura. Deben reflejar tanto pureza como el hecho de estar apartadas. La pureza no se excluye de la idea de lo santo; esta contenida en ello. Pero lo que debemos recordar es la idea que lo santo nunca es sobrepasado por la idea de la pureza. Incluye la pureza; pero es mucho más que eso. Es pureza y trascendencia. Es una pureza trascendental».[4] “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación” (Salmo 24:3-5. “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:3-5). “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio [con indulgencia]” (Habacuc 1:13a). (3) Para Dios, ser santo es serlo en relación con cada uno de los aspectos de su naturaleza y carácter:
«Cuando usamos la palabra santo para describir a Dios, nos enfrentamos con otro problema. A menudo describimos a Dios, con una lista de cualidades o características a las que llamamos atributos. Decimos que Dios es espíritu, que Él lo sabe todo, que Él es amor, justo, misericordioso,
que tiene gracia, etc. Tenemos la tendencia de agregar la santidad a esta larga lista de atributos, como uno más entre muchos. Pero cuando la palabra santo es aplicada a Dios, no significa un solo atributo. Por el contrario, Dios es llamado santo en un sentido general. La palabra es usada como un sinónimo de Su deidad. Es decir, la palabra deidad va dirigida a todo lo que es Dios. Nos recuerda que Su amor es santo, que Su justicia es una justicia santa, que Su misericordia es una misericordia santa, que Su conocimiento es un conocimiento santo, que Su espíritu es un espíritu santo».[5] ¿Cuán Importante es la Santidad? La santidad de Dios no es solamente un tema teológico apropiado para estudiosos con interés y vigor para conseguir comprenderla. En realidad, la santidad de Dios es un tema de gran importancia para todas las almas vivientes. El cristiano debiera preocuparse en forma especial de la santidad de Dios. Muchos incidentes en el Nuevo Testamento, acentúan la importancia de la santidad, a los creyentes. Estos ejemplos son sólo algunos de los tantos que aparecen en las Escrituras, relacionados con la santidad de Dios y su impacto sobre los santos