viernes, 24 de junio de 2022

Autenticidad

 

Autenticidad


“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” Mateo 7:28-29.

¿Cómo dejar de comportarnos como hipócritas religiosos para actuar como auténticos cristianos, como Jesús, quien es consecuente y obra de acuerdo a los principios de su Padre Dios? Evidentemente el ser cristianos auténticos no se da como resultado de esfuerzos humanos, sino que surge como fruto de la comunión íntima que tenemos con Dios, pues su palabra dice que Él es quien pone en nosotros el querer como el hacer y lo hace por medio de su Espíritu Santo (Filipenses 2:13, Ezequiel 36:27); por lo tanto, al obrar el Espíritu Santo en nuestras vidas, a medida que se lo permitamos, desarrollará en nosotros tres características de su fruto (fe, mansedumbre y templanza), las cuales son necesarias para que podamos andar y permanecer en integridad.

La fe es esencial, pues sin ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6a); y es que ella es la que nos impulsa, primero, a creer en que la dirección que Dios nos está dando es la correcta, y segundo, es la que me lleva a que pase de un creer a un actuar (obediencia), pero no podríamos obedecer si en nuestra vida no tuviéramos la humildad y la templanza, pues ellas son las que nos conducen a que sometamos nuestra mente, emociones y voluntad a la voluntad de Dios, no haciendo lo que nosotros consideramos, sino lo que verdaderamente es bueno y justo ante Dios, tal como lo hizo nuestro Señor (Juan 6:38).

Hermanos, de Jesús, sin duda alguna podemos aprender lo que es andar en autenticidad e integridad, pues Él no solo lo demostraba en su hablar, sino también en su manera de actuar; por eso admiraban su autoridad y esto mismo es lo que quiere que nosotros reflejemos ante el mundo, pues nosotros también podemos ser cristianos auténticos, pero si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo de Dios.  Oración.

«Señor, quiero ser un digno ejemplo tuyo, vivir como tú viviste aquí en la tierra, con coherencia, integridad y autenticidad. Mi anhelo es que, cuando veas y examines mi corazón, puedas hallar en mí un mismo sentir, pensar, hablar y actuar, pues no quiero vivir en hipocresía, sino en autenticidad. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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