domingo, 31 de mayo de 2020

Amando a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien


Amando a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?” Romanos 8:31
Nuestro Dios de Amor ha establecido que, a los que en Cristo Jesús tenemos herencia, por haber sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad (Efesios 1:11) y que amemos a Dios con todo nuestro corazón, y con toda nuestra alma, y con toda nuestra mente, y con todas nuestras fuerzas; todas las cosas nos ayuden a bien, que todas las cosas, sin excepción, que acontezcan en nuestra vida conlleven a nuestro ser y a nuestra vida un beneficio espiritual, material o ambos. Por ello debemos siempre dar gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. (Efesios 5:20)
Teniendo de Dios Padre Todopoderoso una promesa tan grande, de que si le amamos todas las cosas nos ayudarán a bien, todo temor, toda duda, toda indecisión debe apartarse de nuestro espíritu, de nuestra alma, de nuestra mente y de nuestro corazón para declarar ante el mundo en plenitud de fe confianza y esperanza “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” (Filipenses 4:13)
Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?, si el todopoderoso, omnisciente, omnipresente y creador de todo lo que existe, es nuestro Padre, y nos cuida como la niña de sus ojos y si nosotros le amamos, creemos, confiamos y esperamos en Él podemos expresar de todo nuestro corazón, de nuestra alma y de todas nuestras fuerzas “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (Salmos 27:1)   Oración.
«Padre, Señor y Dios nuestro, en tu amor y en tu misericordia para con nosotros haces que todos los tiempos, los momentos y las circunstancias de nuestra vida, por más duros y terribles que puedan parecer, involucren un propósito de bien para nuestro crecimiento espiritual, tú eres un Dios de propósitos y eres un Dios de Amor de tal modo que, en tu amor, tus propósitos siempre serán lo mejor para nosotros. Gracias te damos Padre Amado porque sabemos que esto es posible en ese perfecto amor que tú derramas por tu Santo Espíritu en nuestros corazones y que nos permite amarte como tú esperas de nosotros. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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