sábado, 22 de diciembre de 2018

Disciplina


Es verdad que ninguna
disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. Hebreos 12:11
El castigo viene por menospreciar las advertencias, por no obedecer aquello que evita muerte y dolor, es una medida radical para que comprendamos que el pecado no es un juego y que no se puede tomar a la ligera. Así como corregimos a nuestros hijos, para que no tomen el mal camino y nos preocupamos por qué no cometan una locura que acabe con su vida, así mismo, Dios, como Padre amado, no quiere nuestra ruina ni nuestra muerte por causa del pecado. (Proverbios 13:24).
El pecado es algo serio y tiene consecuencias fatales, no es Dios quien envía las consecuencias, estas son producto de malas decisiones. Si ofendemos, mentimos, robamos o hacemos cualquier otra acción de injusticia, la respuesta clara es una reacción adversa y dolorosa, como bien nos dice Proverbios 27:12: “El prudente ve el mal y se esconde, pero los ingenuos pasan y reciben el daño.” También debemos tener claro que según como sembremos, así mismo recogeremos (Gálatas 6:7).
Somos corregidos para obtener disciplina y madurar, así que “No deseches, hijo mío, la disciplina del SEÑOR, ni te resientas por su reprensión; porque el SEÑOR disciplina al que ama, como el padre al hijo a quien quiere.” Proverbios 3:11-12
Así que no tomemos el pecado a la ligera, pero también estemos dispuestos a ser corregidos por Dios, porque esto será para nuestro bien. Abramos cada mañana en oración nuestro corazón a Dios, para que lo examine y saque todo aquello que no le agrada a Él y que puede tener consecuencias adversas para nuestra vida.  Oración.
Señor, examíname en lo más profundo de mi alma, y ve si hay pecado en mí, corrígeme si tengo alguna conducta que no te agrade, para ser bendecido. Gracias Padre amado, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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