sábado, 4 de noviembre de 2023

¡Jesús te llama!

 

¡Jesús te llama!


“Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.” 1 Samuel 3:10

En la rutina del día a día hubo algo que en una ocasión llamó mi atención, los bellos sonidos de unos gorriones; escuché su canto en tres ocasiones, y puedo decirte que mientras uno de ellos elevaba su precioso sonido, el otro le respondía de manera casi que inmediata. Al fijarme en esto pude entender que lo que estaban haciendo era comunicarse mutuamente para ver qué tan lejos estaban el uno del otro, ya que lo que ellos querían era reunirse en un mismo lugar. El solo hecho de escuchar ese llamado y cómo su compañero le respondía de manera inmediata, el Espíritu Santo me hizo pensar: “de la misma manera en la que ese gorrión llama a su amigo, te está llamando Jesús, pues quiere pasar tiempo contigo”. Mentiría si dijera que me paré como ese gorrión amigo, quien respondió atentamente a ese llamado; en mi caso, me paré, pero a seguir haciendo todo lo contrario; en mi corazón sentía dolor, pues el Espíritu Santo me confrontaba diciendo: “hay alguien que te está llamando y está sentado esperando a que vayas a su encuentro”. Una vez caí en la cuenta de mi error y al entrar en ese tiempo de comunión con Dios, me hizo recordar un ejemplo similar que no habla de cómo responden al llamado los gorriones, sino de cómo los creyentes deberíamos hacerlo (1 Samuel 3:1-10). Samuel, en ese entonces, era un jovencito que estaba al servicio de Elí, y al escuchar que alguien le llamaba y pensando que era su maestro, se paró rápidamente del lugar en donde estaba para salir al encuentro de quien le necesitaba. ¡Qué hermoso ejemplo! pues nos inspira a ti y a mí a seguir su modelo.

Hermanos, el mensaje de hoy es claro, una vez que escuchemos el llamado del Padre para pasar tiempo de comunión con Él, seamos como ese gorrión o, mejor aún, como Samuel, quien al instante respondió y fue a ese maravilloso encuentro diciendo: “Habla, porque tu siervo oye”, que la próxima vez estemos listos para decirle esto mismo a nuestro Maestro.   Oración.

«Señor, sé que en cada momento de intimidad que tenemos me revelas cosas maravillosas, grandes y ocultas que yo no conozco, y mi anhelo es estar siempre listo y atento para responder oportunamente a tu llamado, pues una vez escuche tu voz quiero salir corriendo a tu encuentro, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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