jueves, 28 de mayo de 2015

HERODES


HERODES
La Biblia narra la historia. Ha demostrado ser un preciso y fidedigno registro de personas, hechos y lugares. Hay narraciones históricas independientes que verifican las descripciones y datos de muchas vidas famosas que ofrece la Biblia. Una de estas fue el padre de la familia herodiana, Herodes el Grande.
A Herodes se le recuerda como constructor de ciudades y gran reconstructor del templo de Jerusalén. Pero también destruyó personas. Mostró poca grandeza aun en sus acciones personales y en su carácter. Fue despótico al gobernar su territorio. Sus constantes celos lo llevaron a ser el asesino de muchos niños y de su esposa Mariamne.
El título de Herodes, rey de los judíos, se lo concedió Roma, pero el pueblo nunca lo aceptó. No era del linaje de David, y era sólo medio judío. A pesar de que Israel se benefició de los enormes esfuerzos de Herodes al reparar el templo de Jerusalén, no se le perdonó que refaccionara también templos paganos. Su costoso intento por ganar la lealtad de la gente fracasó porque era superficial. Su lealtad era para sí mismo.
Porque su título real no era legítimo, Herodes siempre estuvo preocupado y temeroso de perder su cargo. Sus acciones, cuando oyó de los magos que buscaban al nuevo rey, respaldan todo lo que sabemos en relación con él. Enseguida quiso localizar y matar al niño antes de que le causara problema. La matanza de niños inocentes que ordenó es una lección trágica de lo que puede suceder cuando las acciones están motivadas por el egoísmo. La suspicacia de Herodes afectó aun a su familia. Se autodestruyó.