lunes, 21 de noviembre de 2022

Cuarto de guerra - Parte 3

 

Cuarto de guerra - Parte 3

“Él respondió y dijo: Escrito está:” Mateo 4:4a

Cuán identificados podemos sentirnos con esta batalla de Jesús, pues ¿Cuántas


veces el enemigo también nos ha lanzado dardos de fuego en medio de ella? Muchas, la gran diferencia es que en ocasiones no hemos reaccionado como lo hizo el Señor, ya sea por desconocimiento de la palabra o por desobediencia, lo que nos ha llevado en esos momentos a actuar bajo nuestros propios razonamientos, y no con sabiduría.

Citemos un ejemplo, cuando nos vemos enfrentados a una batalla, pero de discusión, ¿cómo reaccionamos? Hemos visto cómo en algunos momentos hemos actuado bajo los impulsos de la ira y la soberbia, lo que claramente nos ha conducido a dar de regreso una respuesta soez, entre otras cosas; pero ¿qué pasaría si en todo momento siguiéramos el ejemplo de Jesús? Si lo hiciéramos, saldríamos invictos de esas batallas, pues echaríamos mano a lo que hemos aprendido de la palabra de Dios y entonces lo aplicaríamos en nuestras vidas, ¿cómo? Dejando la ira y desechando el enojo (Salmos 37:8ª), quitando toda palabra áspera de nuestra boca y poniendo a cambio blandas respuestas, pues éstas quitan la ira (Proverbios 15:1), pero sobre todo no daríamos lugar al diablo, pues al igual que Jesús, le diríamos: “escrito está” y de acuerdo a eso voy a obrar.

Jesús nos ha dado ejemplo de cuán necesario es apoyarnos en esos momentos, en la oración y en su palabra, pues estas son armaduras necesarias para proteger a todo soldado que va a enfrentar una batalla (Efesios 6:14-18)

Reflexionemos, ¿cuánto tiempo le estamos dedicando a la oración y a la lectura de la palabra?, ¿una vez al día, a la semana, al mes?, ¿será que este tiempo es suficiente para estar enteramente preparados y así poder enfrentar toda batalla? Hoy decidamos seguir el ejemplo de Jesús, quien nos enseña cuán necesario es buscar a Dios, sin cesar; aferrémonos a su palabra y actuemos con la ayuda del Espíritu Santo de acuerdo a lo que hemos aprendido, entonces veremos la victoria, como lo hizo Jesús.  Oración.

«Padre, gracias por enseñarme, a través de tu palabra, la forma en la que puedo hacer práctica tu verdad, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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