lunes, 1 de junio de 2009

CUATRO CLAVES PARA OÍR LA VOZ DE DIOS. 3



Clave nº 3 – Cuando oro, fijo los ojos de mi corazón en Jesús, viendo en el espíritu los sueños y visiones del Dios Todopoderoso.
Ya hemos aludido a este principio en los párrafos anteriores; sin embargo, debemos desarrollarlo más ampliamente. Habacuc dijo: "Sobre mi guarda estaré," y Dios dijo: "escribe la visión" (Habacuc 2:1,2). Es muy interesante que Habacuc realmente iba a comenzar a buscar visión a medida que oraba; iba a abrir los ojos de su corazón y mirar en el mundo espiritual para ver lo que Dios quisiera mostrarle. Esta es una idea intrigante.
Yo nunca había pensado en abrir los ojos de mi corazón y buscar visión; sin embargo, cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta que eso era exactamente lo que Dios quería que yo hiciera. Él me ha dado ojos en el corazón, que debo usar para ver en el mundo espiritual la visión y movimiento del Dios Todopoderoso. Creo que hay un mundo espiritual activo funcionando a mi alrededor, y ese mundo está lleno de ángeles, demonios, el Espíritu Santo, el Dios omnipresente, y su Hijo omnipresente, Jesucristo. No hay ninguna razón que me impida ver ese mundo aparte de mi cultura racional, que me dice que no crea ni siquiera que existe y que no me da ningún tipo de instrucción sobre cómo llegar a abrirme para ver ese mundo espiritual.
El prerrequisito más obvio para ver es mirar. Daniel estaba viendo una visión en su mente y dijo: "Miraba yo... estuve mirando... miraba yo" (Daniel 7:2,9,13). Ahora, cuando oro, miro a Jesús que está presente conmigo y le observo cuando me habla, haciendo y diciendo las cosas que están en su corazón. Muchos cristianos se darán cuenta que si solamente miran, podrán ver. Jesús es Emmanuel, Dios con nosotros (Mateo 1:23) y es así de sencillo; usted verá una visión interior espontánea de manera similar a cuando recibe pensamientos interiores espontáneos. Usted podrá ver a Cristo presente con usted en un ambiente tranquilo, porque Cristo está presente con usted en un ambiente tranquilo; en realidad, usted probablemente descubra que la visión interior llega tan fácilmente que tenderá a rechazarla, pensando que es algo que viene de usted mismo. (La duda es el arma más eficaz de Satanás contra la Iglesia). Sin embargo, si usted persiste y escribe esas visiones, la fe enseguida vencerá a la duda a medida que usted reconozca que el contenido de esas visiones solo pudo haber nacido en Dios Todopoderoso.
Dios continuamente se revelaba a su pueblo del pacto usando sueños y visiones, y lo hizo desde Génesis hasta Apocalipsis; Él ha dicho que ya que el Espíritu Santo fue derramado en Hechos 2, nosotros deberíamos esperar recibir un fluir continuo de sueños y visiones (Hechos 2:1-4, 17), Jesús, nuestro ejemplo perfecto, demostró esta capacidad de vivir de un contacto continuo con el Dios Todopoderoso; Él dijo que no hacía nada por iniciativa propia, sino solo lo que veía hacer al Padre y lo que oía decir al Padre (Juan 5:19,20,30). ¡Qué manera de vivir tan increíble!
¿Es en realidad posible que nosotros vivamos de la iniciativa divina, tal como Jesús lo hizo? Uno de los principales propósitos de la muerte y resurrección de Jesús fue que el velo fuera rasgado de arriba abajo, dándonos acceso a la misma presencia de Dios, y se nos manda que nos acerquemos (Lucas 23:45; Hebreos 10:19-22). Por lo tanto, incluso aunque lo que estoy describiendo parezca un poco inusual para una cultura del siglo veintiuno, está demostrado y se describe como una enseñanza y experiencia bíblica central. Es tiempo de restaurar a la Iglesia todo lo que le pertenece a ella.
Debido a su naturaleza intensamente racional y su existencia en una cultura demasiado racional, algunas personas necesitarán más ayuda y comprensión de estas verdades antes de que puedan moverse en ellas. Podrán encontrar esta ayuda en el libro Comunión con Dios, por los mismos autores.