viernes, 19 de febrero de 2021

Un Encuentro personal con Jesús

 

Un Encuentro personal con Jesús


“Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Juan 3:4

“Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” Hechos 9:5

“Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.” Juan 4:25-26

Cuando tenemos un encuentro personal con Jesús no volvemos a ser los mismos que éramos antes. Si tenemos un encuentro personal con Jesús ¡ya no volveremos a practicar el pecado!

Le sucedió a Nicodemo, cuando en secreto fue a visitar al Señor y le fue revelado que tenía que nacer de nuevo por medio de la fe en Cristo, quien iba a entregar su vida por amor al mundo perdido (Juan 3:15-18). Luego, vemos a Nicodemo sirviendo a los propósitos de Dios, cuidando el cuerpo de Jesús después de su muerte (Juan 19:39-40).

Lo mismo sucedió con Saulo, camino a Damasco, persiguiendo a los seguidores del Cristo vivo, tuvo un encuentro personal y único con el Cristo resucitado y su vida cambió para siempre. Teniendo un intelecto al servicio de sí mismo y de su convicción religiosa inquebrantable, fue transformado por Jesús en un siervo fiel y lleno del Espíritu de Cristo, que llevó el mensaje de gracia y verdad por todo el mundo. Lo perdió todo, pero ganó a Cristo. (Filipenses 3:5-7)

La mujer Samaritana, tuvo también un encuentro personal con Cristo, se le reveló como aquel que le quitaría la sed para siempre, esa sed que llevó a la mujer a vivir esclava del pecado (Juan 4:10, 16-19), y terminó siendo transformada y liberada, dando testimonio del Salvador; a través de ella otros vinieron a Jesús y creyeron (Juan 4:39-42).

Y ahora, en este presente siglo, ¿has tenido un encuentro personal con Cristo? Si lo has tenido, tu vida no puede seguir esclava del pecado, sirviendo a las cosas del mundo; si tu vida está llena de dolor, resentimiento, pecado, vicios y derrota, es momento de tener un encuentro personal con Cristo y tu vida será transformada, pues el Padre en su gran amor nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado (Colosenses 1:13).   Oración.

«Señor Jesús, quiero hoy conocerte, hablar y tener un encuentro personal contigo, porque sé que no desechas a quien va a ti, y hoy te necesito; además, no volveré a ser el mismo si tu vienes a mi corazón. Háblame por medio de tu Palabra, y transforma mi vida. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.