sábado, 25 de septiembre de 2021

Tiempo de ayuno. Parte 1

 

Tiempo de ayuno. Parte 1


“Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.” Marcos 9:26-

El padre de un joven le pide a Jesús que saque de su hijo un demonio, que lo ha poseído y le causa gran daño, ya que sus discípulos no han podido hacerlo, y el Señor le dice algo que debemos tener en cuenta también nosotros: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” (Marcos 9:23), y el padre del muchacho le responde que cree pero que lo ayude en su incredulidad.

Luego, los discípulos preguntan a Jesús la razón por lo cual ellos no pudieron expulsar al espíritu maligno y Él les contestó que es debido a su poca fe, y que ese género de demonios solo podía salir con oración y ayuno.

Entonces, podemos observar que el ayuno nos permite aumentar la sensibilidad espiritual y la fe en la autoridad que Dios nos ha dado a los que hemos aceptado a Jesús como Señor y Salvador.

Jesús obtuvo la victoria en la cruz sobre satanás, por esto, no ayunamos para obtener una victoria sobre los ataques de satanás en contra nuestra o de otras personas, sino para entender, aceptar y aplicar la victoria que Jesús nos dio en la cruz sobre el maligno; así como para recordar y poner en acción en cada situación difícil, nuestra identidad en Cristo, al ser sensibles al Espíritu de Cristo que habita en nosotros los creyentes. Entonces, como en la Escritura promete, si resistimos al diablo por medio de la fe en la Palabra de Dios, él huirá de nosotros (Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8-9).

Apliquemos desde hoy este propósito del ayuno y recordemos que siempre debe estar acompañado de oración y guiado por la fe en lo que “escrito está”. (Mateo 4:4)    Oración.

«Padre, me dispongo a orar y ayunar para que seas tú aumentando mi fe, haciéndome sensible a tu voz y dándome la fuerza para poner en práctica tus principios. Por amor a Jesús, Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.