miércoles, 31 de agosto de 2016

Aprender a caminar.

Aprender a caminar...

El retrato de Enoc nos muestra un hombre cuyo nombre significa “dedicado”
Los bebe  cuando empiezan a andar suelen  caerse y golpearse hasta que aprenden a caminar  recomiendan que los dejemos hasta que tomen la iniciativa al mantener el equilibrio ya que si tropiezan y caen, aprenden más rápidamente de sus errores. La verdad es que como padre si estas sobre tu bebe las caídas serán muchas menos porque tu como padre caminas junto a tu bebe.
En Génesis 5:21-24 encontramos que el andar de Enoc con Dios era lo que marcó su vida:
“Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén trescientos años, y engendró hijos e hijos. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”
La Biblia no nos da detalles del proceso de aprendizaje que tuvo Enoc para caminar con su Dios, pero sí nos dice que solamente hay una manera posible de haberlo hecho y ésta es: estando junto a Él, cerca de Él, a su lado.
“Jehová Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia con tus siervos que caminan delante de ti de todo su corazón” (2º Crónicas 6:4)
“Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro” (2º Crónicas 34:31)
“Enséñame oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad...” (Salmos 86:11)
“Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová” (Isaías 2:5)
En cambio... si no andamos cerca del Señor, nuestros pasos, serán muy diferentes...
“Y no oyeron ni inclinaron su oído, antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado y fueron hacia atrás y no hacia delante...” (Jeremías 7:24)
"Los dejé pues, a la dureza de su corazón; caminaron en sus propios consejos” (Salmos 81:12)

Recordemos: Mientras más apegados nos encontremos al que guía nuestros pasos, menores serán las probabilidades de tropezar y caer...