martes, 17 de mayo de 2022

Me seréis testigos

 

Me seréis testigos


 “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8

«No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuando veis que aquel día se acerca.» Hebreos 10:25

Cuando el Señor nos pide que atesoremos su Palabra no solo se trata de comenzar el estudio de la Biblia cada día en oración, de leerla, de meditarla, de mirar otros comentarios de otras personas que han escrito sobre ella y de obedecerla, sino también de transmitirla a otros. Lo que el Señor anhela es que cumplamos su plan soberano, alcanzando las naciones de la tierra.

Jesús les pidió a sus discípulos antes de su ascensión que fueran sus testigos. Literalmente lo dijo así: «Seréis testigos». No les pidió que fueran eruditos, especialistas, enciclopedias ambulantes, simplemente que proclamaran lo que habían visto y oído de Él, eso es lo que siempre hacen los testigos.

Si nosotros hoy queremos obedecer el mandato de la Gran Comisión, no debemos solo memorizar versículos y llenarnos solo de conocimiento, ni ocultar la verdad de Dios en un cuaderno, sino que debemos salir a comunicarla a otros.

En la Iglesia primitiva el cristianismo marchó de Jerusalén, Judea y Samaria; y de ahí hasta lo último de la tierra. Desde esa época, ser misionero no era una tarea fácil, alcanzar este mundo para el reino de Dios implicaba romper barreras raciales, sociales y hasta religiosas, por eso era evidente que la iglesia desde sus inicios necesitó el poder del Espíritu Santo para ser testigos de Jesús.

Pablo en el libro de Efesios da testimonio de los primeros 30 años de la historia de la iglesia del primer siglo y cómo en su soberanía Dios uso a sus siervos para extender el evangelio hasta alcanzar a los gentiles, lo cual desde un inicio fue su propósito. Pablo dice: “que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio”. Efesios 3:3,5-6

El movimiento cristiano ha logrado el pacto que Dios hizo con Abraham y Moisés, los fundadores del pueblo de Dios. Génesis 12:3; Éxodo 19:6-8. Por eso como iglesia tenemos que seguir comunicando su mensaje hasta que Jesús regrese y toda la tierra sea llena del conocimiento de Jesús.  Oración.

«Amado Jesús, gracias por no dejarme sólo para cumplir la tarea de compartir tu mensaje, derramaste tu Santo Espíritu en mí, para darme el poder de ser tu testigo en esta tierra. Que al pensar en tu segunda venida me estimule y despierte, siendo diligente en el cumplimiento de la Gran Comisión, enseñando y predicando cada día tu Palabra. En el nombre precioso de Jesús he orado. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito